El hoyo 10 de Riviera Country Club
Hace tiempo escribí sobre «Los mejores pares 4 cortos del PGA Tour«; entre ellos hablé de el hoyo 10 de Riviera Country Club, un sensacional par 4 de sólo 286 metros.
Los mejores hoyos de golf suelen ser pares híbridos, es decir, pares «3 y medio»o «4 y medio». Según explica Georg Ogilvy en este artículo (el jugador australiano es un magnífico comentarista de diseño), un buen par 4 corto (un buen par 3 1/2) debe ser alcanzable por un profesional o un amateur pegador; debe ser un hoyo fácil para hacer par incluso para amateurs de hándicap alto, pero para arrancar birdies o eagles el hoyo debe estar bien cargado de trampas y riesgos. El ejemplo perfecto: este par 4 de Riviera Country Club, un mítico diseño de George Thomas. No hay hoyo más democrático en golf: un hándicap bajo no cuenta con más ventaja que un profesional. Esto no es así, evidentemente, con los pares 4 de 450 metros.
Se le denomina «el par 5 más corto del mundo». Se puede ver el diseño en el plano del hoyo: una calle ancha con un montón de bunkers con forma de ameba pero que se superan con facilidad y tener un pitch para un green estrecho oblicuo respecto de la calle. El diseño alargado del green, bien protegido por bunkers, favorece con claridad el lado izquierdo de la calle. El verdadero toque genial de diseño es el bunker en la parte izquierda de la calle, el que está tapado por la sombra del árbol; para conseguir un birdie hay que acercarse lo más posible, pero sin entrar en la arena.
En el año 2014 la media del hoyo fue de 4,03 golpes. Para ver sus garras, nada mejor que contemplar el doble bogey de Scott Piercy que hizo en la primera jornada del Northern Trust Open que se celebra esta semana. Advierto a los lectores que estas imágenes son tremendamente duras y pueden afectar a su sensibilidad golfística.
Actualización Febrero 2017: con ocasión del Genesis Open en Riviera, la página del PGA Tour comenta de nuevo este hoyo.
Arnold Palmer, un diseñador prolífico
Hace algunos días fallecía a los 87 años Arnold Palmer, el Rey, uno de los grandes iconos del golf, caballero del golf, un héroe americano, el hombre que introdujo el golf en las pantallas de TV americanas.
Arnold Palmer ha sido también un muy activo diseñador de campos. Más de 300 diseños en más de 25 países. Entre los más destacados están dos campos que comenté en este blog: Tralee, en Irlanda, posiblemente sea su obra maestra. Y el Palmer Course del K-Club, sede de la Ryder del 2006, otra maravilla. También tuve la suerte de conocer un campo que nunca sale en los rankings de sus mejores campos, aunque también me encantó: el Cherokee Run Golf Club de Georgia. En la foto el hoyo 15 del Newport Dunes, en Texas.
La realidad es que Palmer no está en la cima de los grandes diseñadores de golf: ningún campo de Arnie está en el Top 100 de campos de golf del mundo. Y que Arnold nunca tuvo muchos conocimientos de topografía o ingeniería de paisaje. Sabía de golf y tenía una imagen tan inmaculada que su nombre daba un glamour enorme al campo. Lo cierto es que supo rodearse de buenos profesionales y supervisar todos sus proyectos. Aquí vemos a Arnold Palmer en su diseño de Península Papagayo en Costa Rica.
Su conexión con el golf proviene de su padre, greenkeeper y profesional del campo de golf de Latrobe Country Club en Pennsylvania. Durante sus años de juventud ayudó a su padre a mover máquinas, cortadoras de césped y otras tareas ligadas con el mantenimiento de campos. Posteriormente, en sus años universitarios Arnold y sus compañeros crearon un campo de golf cerca del campus para practicar. Posteriormente se alistó en la Guardia Costera en Cape May, New Jersey, donde también construyó un campo de 9 hoyos junto a la base. Un trazado rudimentario y complejo que hizo prácticamente con un rastrillo, una pala y una cortadora de césped.
Durante su carrera profesional fue el primer golfista en dedicar tiempo a las tareas de diseño de campos. En 1972 se asoción a Ed Seay para crear Palmer Course Design Company, con sede en Ponte Vedra Beach, donde está la sede del PGA Tour. Hoy su compañía emplea a los arquitectos Thad Layton y Brandon Johnson.
Palmer admiró siempre los campos clásicos, donde la longitud de los hoyos no fuera el factor determinante de su dificultad. De hecho abogaba por una reducción obligatoria de la velocidad de la bola de golf para evitar tener que construir campos tan largos como se juegan hoy. Le gustaban los campos estratégicos, en los que no es lo mismo ir a un lado u otro de la calle para acceder al green. Esta foto ilustra uno de sus diseños en China, el Pure Scene de Kumming.
En cuanto a su estilo, le gustaba decir que no tenía un sello propio y fácil de diferenciar: le gustaba hacer campos diferentes en estilo y estructura y probar elementos nuevos que añadieran tiros de golf diferente: en definitiva hacer campos más divertidos.
Arnold Palmer recibió el ASGCA Donald Ross Award en 1999, la más alta distinción que otorgan los arquitectos americanos a sus colegas.
El caso Phil Mickelson y sus asombrosas consecuencias
Desde el 2014 el golfista americano Phil Mickelson está siendo investigado por un caso de información privilegiada en la compra venta de acciones. El caso criminal se ha anunciado esta semana con resultados alucinantes.
En realidad el imputado es su amigo Billy Walters, el más famoso apostante en deportes de Estados Unidos, un tipo que gana 15 millones de dólares al año en apuestas deportivas. Walters, según la SEC (la autoridad bursátil americana) había estado comprando y vendiendo acciones durante varios años con información privilegiada proporcionada por un ex banquero de inversión, Thomas C. Davis, que era presidente del consejo de administración de Dean Foods. Por ejemplo, Davis le enseño hasta 6 estados financieros de la empresa antes de ser publicados. Davis se ha declarado culpable y está colaborando con el gobierno, supongo que a cambio de una pena más reducida. Al parecer Davis le debía un dineral a Walters por sus apuestas.
Durante la primera parte del 2012 el consejo de administración de Dean Foods había estado en conversaciones para vender su división de comida orgánica, WhiteWave, una venta que reclamaban varios analistas de Wall Street. Davis se lo iba contando a su amigo Walters, y éste invertía fuertemente en la empresa.
En esa época Mickelson le debía a Walters dinero por apuestas deportivas. Mickelson, al que le gusta apostar, no suele invertir mucho en el mercado financiero (tenía sólo 250,000 dólares). Parece mucho, pero Mickelson ha ganado en su carrera más de 500 millones de dólares. Los días 30 y 31 de julio de 2012 Mickelson, después de hablar por teléfono y de varios mensajes cruzados con Walters, compró 2,4 millones de dólares en acciones de Dean Foods, en parte con dinero prestado.
Una semana después Dean Foods anunció la venta de su división. La acción subió un 40% con el anuncio.(Por lo que se ve en el gráfico de la acción, recuperando una caída similar en días anteriores). Al día siguiente, Mickelson vendió sus acciones, consiguiendo un beneficio de 931,000 dólares.
Para mi sorpresa, Mickelson, por ahora, evitará cualquier responsabilidad penal, simplemente aceptando devolver el dinero que ganó más intereses (1,03 millones de dólares). No está claro que el caso esté cerrado.
¿Por qué un comportamiento tan obviamente criminal puede salirle gratis? No soy experto en derecho americano, pero por lo que he leído, para que te encierren por información privilegiada, el que te aporta la información tiene que haber recibido un beneficio personal por ofrecerte esta información. Además la persona que recibe esta información tiene que saber que este beneficio existe.
Mickelson empleó las ganancias para pagar las deudas de juego con Walters. Pero Mickelson no sabía si Davis iba a recibir un beneficio por ofrecer esta información. Y como no lo sabía, es inocente.
Varias cosas me sorprenden de este caso:
- Cómo una persona que se embolsa entre 30 y 50 millones de dólares al año en patrocinios, más sus ganancias en el circuito, tenga que pedir un préstamo para comprar unas acciones.
- Que alguien que tenga deudas de juego tenga que realizar una operación bursátil fraudulenta para poder pagarlas.
- Que un golfista profesional realice apuestas de juego. ¿Apostaría contra sí mismo? ¿Las Mickelsonadas son fallos suyos a propósito?
- Que el PGA Tour, con un código ético interno, no haya actuado contra el zurdo de California.
- Que alguien con este juego corto no sea algo más inteligente a la hora de gestionar su patrimonio y su imagen.
- Que ninguno de sus patrocinadores haya abandonado a este personaje; máxime cuando muchos patrocinadores se pusieron de perfil cuando otro golfista americano famoso, Tiger Woods, engañó a su mujer.
Estatuas de golf
A veces ir a un campo de golf es como ir a un museo. Y no me refiero a los venerados links. Una de las cosas que más solera da a un campo es vestirlo con una placa conmemorativa, un cartel o incluso una estatua; en esta generación selfie, donde todo el mundo tiene un móvil en el bolsillo, las estatuas son mucho más fotogénicas que un prado verde con una bandera al fondo. Así que, señores responsables de campos, pongan una estatua junto al green del 18.
Por ejemplo, en Tralee, un gran links irlandés, ¿Quiere usted que se sepa bien claro que Arnold Palmer ha diseñado el campo de golf? Nada mejor que una estatua en tamaño real, para dar la oportunidad del selfie de turno.
En Ballybunion, otro links de los mejores, se recuerda la partida de un gran jugador, un caballero dentro y fuera del campo y que falleció trágicamente y se convirtió en una leyenda.
Waterville, un campo links muy activo en esto del marketing, es un festival de placas y estatuas. ¿Se muere usted por comunicar que en su campo también jugaba regularmente Payne Stewart? Una placa sería poca cosa: estatua al canto.
La más famosa estatua de Payne Stewart, recreando la celebración de un putt, es la que preside la entrada en el campo de Pinehurst, que fue donde ganó su US Open en 1999.
Sigamos en Waterville: ¿Y que pasa con el diseñador del campo? ¿Acaso no merece otra estatua? Pues se pone otra y punto.
¿Cómo se puede hacer recordar al jugador que pisa un terreno sagrado? Explicando la historia del hoyo más famoso del campo. La historia es estremecedora.
¿Hay proezas que deben ser recordadas? No hay problema: otra placa más.
Y otra placa más recordando el punto más escénico del campo.
En Killeen Castle hay una estatua icónica del diseñador del campo haciendo un swing.
Aunque el gesto más recordado de Jack Nicklaus lo podemos ver inmortalizado en el Salón de la Fama de Georgia.
O en Muirfield, Ohio, el campo del Oso Dorado, enseñando a un niño.
O en Valhalla, en Louisville, Kentucky, como diseñador, con Dwight Gahm, el fundador del campo.
La estatua más fea que he visto nunca es la de Pete Dye en la entrada del Teeth of the Dog, en República Dominicana. La verdad es que él nunca fue un adonis.
En España, obviamente rendimos homenaje a Seve Ballesteros con dos estatuas: Una en Santa Marina que recrea su swing.
Y otra en Pedreña donde se recrea, quizá con menor fortuna, su triunfo en el Open Championship.
Añado la estatua más fea, extravagante y ridícula que he visto nunca. Está en el campo de golf de Las Matas (el Nuevo Club de Campo). Un tipo sin ropa haciendo un swing.
Un amigo me envía una placa del Glen Abbey Golf Club, en Ontario, Canada, con la hazaña del jugador más ilustre que ha pisado sus calles.
Lo curioso de la placa es que no recree el golpe con el que ganó el torneo, uno de los más famosos de su carrera, golpe del año en el PGA Tour del 2000; desde un bunker de calle Tiger dispara un hierro 6 de 195 metros.
Un nuevo campo de golf en Nueva York
El 1 de abril se inaugura en Nueva York el primer campo de golf en 52 años. Desde hoy pueden ustedes hacer sus reservas por internet. El campo es público y se llama Trump Golf Links at Ferry Point. El diseñador: Jack Nicklaus. El promotor: Donald Trump. El campo está localizado en el Bronx, sobre un antiguo vertedero. Reconvertirlo en campo de golf ha costado la friolera de 269 millones de dólares. Esto hace que sea el campo público más caro de la historia de Estados Unidos. Donald Trump se está creando una colección de campos impresionante, muchos sedes futuras (o pasadas) de Grandes: Trump National Bedminster en New Jersey (sede del PGA de 2022), Doral en Miami (sede del Cadillac Championship), Trump International Golf Links en Aberdeen… Su penúltima adquisición: Turnberry en Escocia (4 Opens). Trump significa lujo y calidad golfística. Pronto veremos un torneo del PGA Tour en este nuevo campo neoyorkino. Disfrutar de las vistas del skyline de Manhattan no será excesivamente caro, para lo que es el golf en Estados Unidos: lo más barato será 141 dólares para residentes entre semana. Para no residentes en fin de semana, habrá que pagar 215 dólares.
Hoyos Clásicos: El hoyo Biarritz
El hoyo Biarritz, más bien el green Biarritz, no existe hoy en su primera versión original. El primer hoyo así denominado era el hoyo 3 del campo de Biarritz, al sur de Francia, diseño de 1888 y obra del insigne arquitecto Willie Dunn. En aquellos días Biarritz era la meca del lujo, un lugar de encuentro de millonarios y aristócratas. Se cuenta que el millonario William K. Vanderbilt estuvo de visita a finales del siglo XIX, conoció a Willie Dunn, y éste le mostró el juego del golf. En el hoyo Biarritz Dunn dejó dos bolas junto a la bandera sobrevolando los acantilados, y Vanderbilt se enamoró del deporte, convenció a Dunn y le contrató para construir un gran campo en NY. En 1890 diseñaría Shinnecock Hills, uno de los campos clásicos americanos más célebres.
El hoyo era prodigioso: un par 3 sobre los acantilados de 170 metros, tal y como se ilustra en este grabado de la época. Hoy este hoyo, junto con el campo, yace sepultado entre apartamentos y casas con vistas al mar. El progreso…
El típico green Biarritz es un green alargado y recto, de más de 70 metros de largo, que cuenta con una depresión profunda que lo cruza por su mitad. La diversión consiste en ver tu bola aterrizar en la loma del principio de green, desaparecer rodando y volver a aparecer al final del green en la segunda loma. Normalmente varios bunkers flanquean los lados del green. El green original no era tan alargado y no tenía esta doble depresión.
Charles B. McDonald conoció el hoyo y transmitió el concepto de forma extensiva. Le cautivaron dos cosas: los bunkers paralelos protegiendo los lados y un green en plataforma superior. Esto hacía que fuera necesario atacar muy recto al green. Posteriormente añadió una segunda plataforma superior al fondo del green para hacer este green en U tan característico. Al parecer hay más de 30 hoyos Biarritz por el mundo. Varios ejemplos afamados:
El 17 de Black Creek, en Texas, diseño de Brian Silva. Este campo es reciente pero es un festival de hoyos clásicos.
El hoyo 3 de Greenbrier en West Virginia, obra de MacDonald y Raynor. Greenbrier ya fue mencionado en este post por ser la sede de Sam Snead, y sede del torneo de esta semana en el PGA Tour.
El hoyo 9 en el campo de Yale, diseño de McDonald y Raynor. Un obstáculo de agua separa al tee del green en este largo par 3 (casi 230 yardas). El green es un Biarritz puro.
El hoyo 5 en el campo de Fishers Island en Nueva York. Otro diseño mítico de Seth Raynor, campo de 1925. Este hoyo es el Biarritz más estético de todos los existentes. La foto es de este blog, un inglés que ha jugado los 100 mejores campos del mundo.
El hoyo 4 del campo de Lookout Mountain Golf Club, en Georgia. Un campo diseñado por Seth Raynor poco antes de su fallecimiento en 1925, que sucumbió a la Gran Depresión, pero que ha sido recientemente restaurado por Brian Silva siguiendo los criterios estéticos clásicos.
¿Alguien conoce más ejemplos?
The Charlie Yates Golf Course at East Lake, Atlanta (USA)
Jugar en East Lake (Atlanta) está al alcance de pocos humanos. Es un campo privado exclusivamente para socios o invitados de socios, así que si no conoces a algún afortunado jugador local, lo tienes crudo. Incluso muchos profesionales no han jugado nunca en este campo de Bobby Jones. East Lake es la sede del Tour Championship, quizá el torneo más exclusivo del PGA Tour (con permiso del Hyundai Tournament of Championship). En este torneo patrocinado por Coca Cola, se decide cada año la Fedex Cup y sólo juegan los 30 mejores jugadores del año.
Muy cerca del campo se ubica el campo público de 9 hoyos Charlie Yates. Evidentemente no es el mismo diseño, pero el terreno y arbolado nos da una idea de lo que puede ser su rico campo hermano. Originalmente con 18 hoyos, se ha reducido su recorrido para construir una escuela infantil sobre los segundos 9 hoyos. Tras un invierno duro, la hierba bermuda presentaba un aspecto marrón muy poco estético, aunque el campo se disfruta perfectamente.
En el Charlie Yates destacan los greenes, a un buen nivel para ser un campo público. Me contaron que están mantenidos por los mismos greenkeepers que luego operan en East Lake. Greenes enormes, con una combinación de muchas caídas sutiles o abruptas. En la foto, el green del hoyo 9, con el campo de prácticas al fondo y la casa club.
Estamos ante un recorrido par 30, con 6 pares 3 y 3 pares 4. Diseño de Rees Jones, el hijo de Robert Trent Jones, y autor, entre otros, del Golf Santader, Charle Yates es un campo bonito con varios obstáculos de agua en su recorrido. Este es el lago que hay que superar para alcanzar la calle del hoyo 6.
Charlie Yates fue un jugador contemporáneo de Bobby Jones, del que aprendió a jugar al golf, y que ganó un British Amateur. También jugó en el primer Masters en Augusta en 1934, y asistió a todos los Masters, como socio de Agusta, hasta el año 2003. Murió en el 2005.
Un recorrido en este campo entre semana me costó 15 dólares e incluye 18 hoyos. Si queremos ir con coche (como es habitual en USA), diez dólares más. Precios más que irrisorios para una vuelta agradable de menos de dos horas.
El golf en Corea
Esta semana he estado en Seúl, capital de la República de Corea. No he podido conocer ningún campo, por falta de tiempo y porque hace un frío tremendo. Pero algunas impresiones puedo contar de este país que domina el golf femenino mundial (9 coreanas en el top 25, incluyendo la número 1 Inbee Park) y que empieza a exportar también buenos jugadores al PGA Tour.
Los coreanos están locos por el golf. El hotel donde estoy hospedado, además de tener dos canales de golf que emiten 24 horas, cuenta con gimnasio, piscina, cancha de prácticas y un putting green. Es el primer hotel del mundo que veo con cancha para dar bolas. Abundan las canchas de prácticas por toda la ciudad. De hecho, muchos de los más de 3 millones de coreanos que juegan al golf nunca han salido al campo. Lógico si pensamos que hay pocos campos, suelen ser privados y la entrada puede costar medio millón de dólares (aunque parece que han llegado a estar por el millón). Esta es la cancha del hotel.
También abundan las tiendas de golf. En una misma calle, he podido contar unas 20 tiendas relacionadas con el golf. La de Adidas – TaylorMade está pegada a la de Nike Golf.
Muchas otras tiendas de moda / golf. Titleist, Mizuno, Le Coq Sportif, Lacoste, Elle Golf, Ping, etc. También veo marcas de golf insospechadas, como Playboy Golf.
Todas abundan en ropa (una amplia selección carísima) y palos. Veo muchos palos japoneses de marcas que no conocía. La última moda, lo más de lo más, palos dorados. Son espantosos. El golf en Corea es un símbolo de status.
Un último apunte: por si hay alguien despistado, estoy hablando de Corea del Sur. En Corea del Norte no parece que haya la misma afición al golf. El actual líder Kim Jong Un está más interesado por el baloncesto. Su padre, eso sí, era un golfista excepcional: solía hacer tres o cuatro hoyos en uno por cada vuelta que jugaba, de acuerdo con los informes oficiales de la agencia de noticias estatal. En la década de los 90 (algunas fuentes apuntan a 1991, otras a 1994) el dictador estableció un récord golfístico sin igual. El día de la inauguración del Pyongyang Golf Complex, el único campo de 18 hoyos en Corea del Norte, Kim Jong Il, con 50 años y sin haber cogido un palo de golf en su vida, hizo una ronda de 34 golpes (38 bajo par). Al parecer consiguió 11 hoyos en uno, de acuerdo a lo que declararon los 17 guardias de seguridad que le acompañaban. Esta noticia fue celebrada en medios oficiales para el gozo y disfrute del pueblo coreano.