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Posts Tagged ‘Cabell Robinson’

Valle Romano Golf, Estepona (Málaga)

24 de May de 2015 1 comentario

Valle Romano es un campo adosado a una promoción urbanística atroz en una zona montañosa de Estepona, relativamente cerca de Finca Cortesín. En las fotos siempre se ve el mar aunque estemos bastante lejos. La promoción ha sido ampliamente publicitada y todavía quedan muchas casas por vender a precios más que asequibles. El campo que actúa como gancho es un campo diseñado por Cabel B. Robinson, diseñador que trabajó en España con Robert Trent Jones. El resultado es un recorrido muy montañoso, no muy bonito (por la urbanización) y aunque tenga un buen servicio, es bastante caro. Jugar con buggie es aconsejable, por los desniveles y las distancias entre green y tee de algunos hoyos. Además, y esta es una costumbre en demasiados campos de España, las barras amarillas (el día que jugué) estaban muy adelantadas por lo que se juega mucho más corto de lo que debería.

El hoyo 1 es un dogleg hacia la izquierda y con un desnivel espectacular. El reto es escoger una línea adecuada que nos lleve la bola a una calle más bien estrecha. El jugador valiente debería volar los bunkers de la parte izquierda.

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El green recibe en algo y en diagonal, enmarcado por la autopista.

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El hoyo 2 es un par tres con un green en alto protegido por dos bunkers en la izquierda. Detrás la urbanización de Valle Romano; más bien uno de los enormes bloques que van orillando el campo de golf. El green tiene dos pianos.

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Los bloques acompañan, como si de un crucero se tratara, toda la calle del hoyo 3. Este hoyo, el hándicap 1 del campo, cuenta con un bunker en la parte central-derecha que resulta difícil volar. Además el diseño de la calle hace que las bolas ligeramente por la izquierda vayan a ir rodando rápidamente hacia el camino y un barranco. Así que no es nada fácil salir con éxito. Otros tres bunkers con forma de ameba rodean al hoyo.

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El hoyo 4 es un par 4 mucho más corto, de 278 metros desde blancas. Es un hoyo completamente recto. Hay bunkers en la parte derecha y sobre todo mucho viento. El green se asoma al mar de manera espectacular.

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Un muy bonito par 4 continúa. El problema del hoyo 5 es el lago. También un par 4 corto, de 306 metros desde amarillas,  tenemos bunkers-amebas por la izquierda y el agua por el centro derecha, aunque está mucho más lejos de lo que parece. Tendremos un emocionante tiro a green desde la calle.

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Otro buen par 4 discurre por una calle muy ondulada, un dogleg hacia la izquierda y ligeramente ascendente. La calle está bastante más lejos del tee de salida de lo que aparenta. Y naturalmente el lago impone respeto.

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El 7 es un par tres muy largo. Tendremos viento a favor. Varios bunkers por la derecha del green enmarcan el tiro.

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El hoyo 8 es un par 5 en continuo ascenso hacia la casa club. El bloque de apartamentos que vimos en el hoyo 2 queda ahora a nuestra derecha. Tres tiros fuertes y rectos y a green. Un hoyo un tanto soso.

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El hoyo 9 que cierra la primera vuelta es un par 3 muy bien protegido por bunkers a derecha e izquierda del green. La enorme casa club cuenta con una terraza espectacular desde la que se puede disfrutar perfectamente de este hoyo.

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El hoyo 10 es un par 5 bastante estrecho, en ligero dog leg hacia la izquierda. El viento a favor apoya en la salida. Varios bunkers por la izquierda protegen el green, un green muy estrecho y muy inclinado con posiciones de bandera durísimas.

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11 es un par 3 muy agreste, junto a la montaña, muy natural. Lo curioso es que hay que recorrerlo entero andando para jugarlo, es decir, el green del 11 está pegado al green del 10.

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El hoyo 12 es un par 4 tipo Himalaya, uno de esos tiros que parecen desde un rascacielos con un desnivel brutal. La calle está muy ondulada. El lago de la izquierda de green parece más cerca de lo que está en realidad. Es uno de esos hoyos imposibles de circo que, personalmente, detesto.

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Después de un par 3, el hoyo 14 es un par 4 muy largo y muy recto, con tee en alto. El hoyo es bastante feo por la presencia desordenada de muchas casas.

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Seguimos con un par 5 en subida y encajonado entre bloques blancos.

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Paralelo al mismo discurre el hoyo 16, un gran par 5 en dogleg hacia la derecha. Se puede y se debe descoser la bola desde el tee.

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Los dos últimos hoyos son sendos pares 4 en ascenso hacia el green. Del 17 me parecieron muy penalizadores, aparte de los bunkers ameba del recorrido, varios grupos de arbustos que ocupan parte de la calle.

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Todos los hoyos llevan el nombre de un golfista profesional. El 18 es el de Gonzalo Fernández Castaño, quizá porque fue la principal imagen del campo en su promoción. Estamos ante un par 4 en subida.

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Destaca un green en anfiteatro rodeado rutinariamente de bunkers. Me da la sensación de que son más estéticos que penalizadores.

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Marbella Golf & Country Club (Marbella)

9 de septiembre de 2012 4 comentarios

El campo de Marbella Golf & Country Club es diseño del insigne Robert Trent Jones (RTJ), quizá el diseñador más importante de la segunda mitad del siglo XX. RTJ trabajó en todo el mundo, y con intensidad en la costa del Sol (junto al arquitecto Cabell Robinson) donde nos dejó obras maestras como Valderrama o Las Brisas. El diseño de Marbella Club data de 1988, aunque el campo fue abierto en 1994.

El campo es francamente bonito, y disfruta de suaves contornos de las calles, bunkers en forma de ameba y greenes grandes y redondeados, típicos de campos americanos. Un campo estratégico, con varios hoyos riesgo recompensa. Hay que ser preciso como un arquero, porque salirse de calle puede ser devastador. Aunque algunos hoyos del campo son notables, este no es el mejor diseño de RTJ: el campo serpentea por un terreno imposible para construir un campo de golf. Un campo bastante duro para jugar andando: además del desnivel, la distancia entre green y tees en algunos hoyos es enorme; hay que cruzar la AP-7 un par de veces (por un túnel) y hay que subir una colina para acercarse al tee del 7. El campo de prácticas, adjunto al hoyo 1, nos muestra algo de esta irregular orografía.

El hoyo 1 es un par 4 corto y ascendente, con el green en ligero dogleg a la izquierda y con bastante peligro a izquierda y derecha de la calle. No es aconsejable emplear el drive.

El segundo tiro apunta a un green invisible, elevado, largo y estrecho. Hay que ser preciso como un cirujano porque el green es estrecho, los bunkers amenazan cualquier tiro corto y porque el rough de detrás del green, en ladera hacia el green, atrapa las bolas.

Tras cruzar la autopista por un túnel, nos acercamos al hoyo 2: un par 5 que serpentea con elegancia por un valle (esta foto es unos días anterior al devastador incendio de la Costa del Sol de finales de agosto; no sé cómo habrá quedado este bosque). La salida exige precisión. Si te sales de calle estás bastante muerto: es la selva. El green está elevado y es relativamente plano.

El hoyo 3 es un par 3 corto, por encima de un estanque que no entra en juego. Una bonita cascada a la izquierda recuerda a la del hoyo 4 de Valderrama. Desde el tee del tres vemos en la foto el green del hoyo 2, en la parte derecha detrás de los árboles.

El hoyo 4 es un par 4 cortito e interesante, porque permite varias líneas de ataque al green. Desde el tee de salida tenemos 220 metros de vuelo a green desde barras amarillas. En la parte derecha del green tres búnkers recogen las bolas cortas. O bien podemos optar por una estrategia conservadora por la parte izquierda del green. No conviene desviarse demasiado: una jungla espera los golpes malos.

El hoyo 5 es un par 4 tipo «Himalaya». Uno de esos tiros desde las nubes en el que si cazas la bola recta puedes ver la bola volar una eternidad con una sonrisa de oreja a oreja. La calle además tiene forma de glaciar, así que si nos vamos un poco a derecha o izquierda, la bola correrá mansamente al centro de la calle. Un hoyo clásico de la costa del Sol.

Volvemos a cruzar la autopista para llegar al mejor hoyo del campo, el par 5 hoyo 6. Aquí sí se nota la mano de RJT, un arquitecto al que le gustaba proponer diferentes alternativas al jugador para atacar un hoyo. Desde el tee tienes dos calles donde elegir, en distintos planos, y separadas por un bunker (otros bunkers de calle han desaparecido). La calle de arriba exige un tiro más preciso y potente pero premia al jugador con mejor visibilidad hacia el segundo tiro, en el que hay que cruzar múltiples obstáculos de agua.

El segundo tiro ha de negociar con dos obstáculos de agua, para llegar al green. Por si esto no fuera suficiente, un lago aguarda la entrada del green. Un gran hoyo.

Nos desplazamos de nuevo a otra zona separada para jugar el 7 y el 8. El 7 es un par 4 bastante sádico, donde lo mejor es pegarse lo mas posible a la derecha de la calle para tener menos metros a green. Algunos árboles delimitando la calle pueden impedir que tengamos línea a green.

El segundo tiro es realmente duro, a un green elevado, que estará lejos (150 m) y separado por una vaguada arbolada.

El 8 es otro par 4 «Himalaya», similar al hoyo 5 ya mencionado. Bonitas vistas.

El 9 es un par 3 a un green algo elevado y compartido con el green del 18. El tiro encuadra la casa club del campo, una de las mejores de la costa del Sol.

Los segundos 9 hoyos son menos montañosos y más benignos. El 10 es un par 4 corto y con una calle ancha. Incluso irse al rough no plantea problemas, ya que está peladito. Volvemos a disparar a un green enorme que recibe en diagonal. El 11 es un par 3 a otro green bastante grande. Como en otros hoyos, el green presentaba una evidente invasión de grama y estaba algo castigado por los rigores estivales. Al fondo, una muestra de la fauna local y la calle del 12.

El 12 es un dogleg de izquierda a derecha que exige un drive fuerte (por la parte izquierda mejor) para coronar una colina que nos permita tener tiro a un green protegido por un obstáculo de agua. Un buen hoyo.

El 13 es otro par 5 estratégico, donde si hacemos las cosas con prudencia podremos optar al par con calma, pero si arriesgamos podemos salir bastante castigados. Un obstáculo de agua acompaña a la calle por la izquierda. El green está encajado entre este obstáculo y una ligera colina bien protegida por bunkers.

El 14 es un par 4 recto y que dispara a un green elevado.

El 15 es otro buen dogleg en subida, donde el tiro de salida está protegido por un obstáculo de agua. El tiro se realiza a un green elevado muy grande y que guarda enormes caídas. En la foto, el green y la calle por la parte derecha del mismo.

El 16 es un par 3 corto a un green inferior bien protegido por un bunker y un obstáculo de agua al fondo. Hay bastante desnivel por lo que el hay que elegir bien el palo.

El último par 5 nos espera en el 17, en subida y a un green elevado y de nuevo con abundantes bunkers. Y por último un par 4, donde accederemos a un green elevado frente a la casa club. La calle discurre por la parte derecha. Los jugadores, degustando sus pintas de cerveza, aplaudirán efusivamente nuestros precisos tiros a bandera.

Otra cosa a comentar del campo: muy activo en redes sociales (link a su twitter), es el único (que yo conozco) que publica buenas ofertas de última hora: cuando el campo está sin jugadores, twittea cosas como «si vienes en los próximos 30 minutos, juega con un descuento x». Una estrategia muy inteligente.

Había jugado el campo hace años. Este verano me ha sorprendido la demolición, durante el invierno de 2010, de un monstruoso esqueleto de hormigón armado para un hotel de 10 plantas, que estorbaba la entrada al club junto a la calle del 18. Fue construído en los años 70, y se había convertido en nido masivo de aves y en el símbolo de los excesos urbanísticos de Marbella. Esta demolición ha mejorado brutalmente la vista desde el campo y sobre todo desde la casa club. El vídeo es espectacular.

Santana Golf, Mijas (Málaga)

6 de May de 2012 2 comentarios

Comento hoy el que a mi juicio es, con permiso de Aloha, el mejor campo de Marbella y alrededores. Santana Golf es un campo relativamente nuevo y poco conocido, sin la solera que tienen otros campos marbellíes. A pesar de su juventud, es un campo asentado. Una joya que mejora con los años y que cada vez presenta un mejor aspecto. Jugamos un jueves a las 9.20 de la mañana y el greenfee de temporada alta nos costó 75 euros. Una ganga comparada con otros campos sensiblemente peores y con precios similares. No tiene campo de prácticas. El buggy para dos cuesta lo mismo que un carro manual, pero es totalmente innecesario: es de los pocos campos que se camina perfectamente.

Un diseño maravilloso de Cabell B. Robinson en una finca de aguacates, cuenta con hoyos muy variados y divertidos. Un campo agradecido para disfrutar: calles anchas, planas y bien delinedas, un rough benigno (con excepciones), greenes amplios y movidos, y salpicado por bunkers-amebas abundantes y bien situados. Los pares 3 y 4 son variados tanto en distancia como en forma y tiro, y los pares 5 son realmente excepcionales. Es un campo para pasarlo bien en el que se puede hacer un buen resultado: yo cumplí mi handicap pero mi compañero de partido, un sólido jugador handicap 4, me destrozó firmando un 71 bruto con una vuelta modélica.

El hoyo 1 es un par 4 corto y en dogleg a la derecha. Un tiro lógico para el amateur que produce un slice natural. Me gustan los campos en los que el hoyo 1 es franco: nada peor que gente buscando bolas en el 1 y retrasando el campo.

El hoyo 2 es un par 3 protegido por bunkers y sobre todo un estanque de agua, que añade una cierta tensión sobre todo si la bandera está escondida. Cruzamos una carretera y nos acercamos a un tee elevado de salida al hoyo 3, un par 4 largo que precisa de un drive fuerte para atacar a un green pequeño, alargado y protegido por bunkers.

El siguiente hoyo es un par 5 magnífico, el mejor del campo, que comparte calle con un par 5 de vuelta. Así la calle es anchísima. Un bunker en la parte derecha de la misma penalizará a los ambiciosos que quieran acortar o a los que producen un slice con su drive.

Rodeado por un bosque de naranjos y enmarcado en un acueducto en ruinas, se tira a un green movido cruzando un río. Este canal suele impedir tirar a green de dos. El green tiene un piano importante y hace que la diversión continúe aunque estemos ya en la pista de baile y pensemos que el par está hecho. Hay que hacer los dos putts.

Después tenemos dos pares 4 cortos, ambos dogleg. El primero es un dogleg de izquierda a derecha corto, donde atacamos a un green en subida a un green con caídas salvajes. Cualquier putt desde la plataforma superior con un poco de fuerza se saldrá de green.

Desde el tee del hoyo 7 se observa un hoyo de la Cala, otro diseño de Cabell Robinson mucho más montañoso. El hoyo 7 es otro dogleg de derecha a izquierda y en bajada a un green amplio y también movido, protegido por toda una exhibición de bunkers, como se aprecia en esta foto desde el tee del 6 al green del 7.

Posteriormente nos encontramos con un par 3 serio y largo, con el río penalizando a cualquier tiro malo, al que sigue otro par 5 larguísimo y en S, que pide una salida a la parte izquierda de la calle para poder tener un tiro cómodo para preparar el asalto al green. Otro gran hoyo de golf.

Terminamos la primera vuelta con un hoyo 9 par 4 en subida y con la calle en U. Aquí el viento puede alargar mucho el hoyo.

La segunda vuelta comienza con un par 5 esplendoroso, un hoyo en suave bajada hacia un green protegido por un lago. Otro hoyo precioso donde si pegamos un drive decente quizá tengamos tiro a green de segundo golpe. Unos bunkers en la parte izquierda son el peligro de la salida.

El lago de la izquierda quizá nos haga reconsiderar nuestra valentía, sobre todo si la bandera está al fondo y pegada al lago.

El siguiente hoyo es un dogleg de izquierda a derecha en subida, relavitamente corto desde el tee de salida. Hay que colocar la bola antes de los numerosos bunkers de calle para atacar a un green cuya superficie no veremos bien. El green está justo detrás de los árboles de la foto en la parte derecha.

Seguimos con un par 3 largo y en bajada. Es un tiro de unos 160 metros a un green que recibe en diagonal.

Este par 3 provocó nuestra incredulidad por la posición de bandera, según mi compañero de partido totalmente ilegal. Una bola dropada en bandera se alejaba varios metros de la misma por la caída brutal del green. En la foto se aprecia más o menos bien la posición criminal de bandera en la pendiente del green. Las fotos tienen a aplanar las caídas…

El hoyo 14 es un par 4 corto interesante porque el green está a distancia de drive para pegadores medios. Hoyo de birdie.

El 15 es el último par 5 del recorrido, otro hoyo en forma de S donde nos cautivarán los bunkers que reciben los tiros a green pobres del segundo golpe. Realmente el tiro lógico es a la derecha de los mismos para atacar el green. Si nos salimos de calle encontraremos un rough denso y complicado.

El 16 es otro par 3 relativamente corto pero con agua a la derecha para intimidar al amateur.

Después del 17, un dog leg tremendo de izquierda a derecha, el 18 es un par 4 durísimo por su longitud. El green está elevado y bien protegido. Además puede entrar en juego un lago en el drive de salida. Un buen 18 para terminar un campazo.

Cabell B. Robinson, un americano en Marbella

29 de abril de 2012 5 comentarios

Cabell B Robinson es un arquitecto norteamericano nacido en 1941 que ha desarrollado casi toda su carrera profesional en España. Sin duda uno de los grandes. Aunque hay muchos jugadores profesionales de golf que se pasan a ser diseñadores de campos (en España Seve Ballesteros, José Piñero, Txema Olazábal…incluso recientemente Miguel Angel Jiménez ha diseñado un campo en la República Checa), Cabell Robinson es diseñador profesional «pata negra» por formación. En Estados Unidos uno puede formarse en esta especialidad: después de estudiar Historia en Princeton, se graduó en la escuela de Diseño de Harvard y posteriormente obtuvo el título de «Arquitecto de paisajes» (Landscape Architecture) en Berkeley en 1967. Pertenece a la American Society of Golf Course Architects, el único miembro afincado en Europa. Y Golf Magazine le incluyó en el panel que elabora la lista de los 100 mejores campos de golf del mundo (vuelvo a presentarme voluntario para este panel).

En Harvard conoció a Rees Jones, el hijo de Robert Trent Jones, y  a raíz de esta amistad trabajó durante los veranos en el estudio de Trent Jones en New Jersey. Cuando terminó sus estudios se incorporó como arquitecto al estudio. En los tres años que trabajó en Estados Unidos, diseñó un complejo en Puerto Rico (Cerromar, Dorado Beach), un campo en Michigan (Oakland Hills) y en Nueva York (Crag Burn Club). Además viajó por todo Estados Unidos conociendo campos de golf, sobre todo los diseñados por Trent Jones.

En 1970 se convierte en el responsable de la oficina de Trent Jones para Europa, y se establece en la costa del Sol, en Fuengirola (como me apunta un amable lector). Allí permanece durante 17 años, hasta que en 1987 monta su propia oficina. El éxito de los diseños de Trent Jones en dos campazos como Sotogrande (1964) y Las Brisas (1968) hizo que llovieran los contratos. En los siguientes 17 años Trent Jones proyectó 25 campos en Europa, muchos de ellos en España, y Cabell Robinson estuvo implicado en todos ellos: Mijas Golf, Los Naranjos, Las Brisas, El Bosque (Valencia), Royal Golf d’Agadir (el espectacular campo sede del Open de Marruecos, en la foto), Quinta da Marinha, La Duquesa, Marbella Golf & Country Club y por supuesto Valderrama.

En 1987 se establece por su cuenta. Como diseñador principal, firma dos campos en La Cala de Mijas, en un terreno difícil. Posteriormente reconstruye Los Olivos, diseña La Reserva de Sotogrande (en la foto abajo), Santana Golf & Country Club y Valle Romano. Fuera de España destaca el campo portugués de Praia del Rey o el de Palheiro Golf en Madeira, los 27 hoyos de Golf Les Dunes en Agadir, el de Aphrodite Hills en Chipre, el Golf De Limere en Francia (Orleans), el Lugano Golf Club en Suiza, etc. Sus últimas obras maestras son Finca Cortesín y Las Colinas.

Robinson tiene fama de ser un arquitecto meticuloso, detallista, implicado en cada proyecto. No hace campos mediocres y rechaza encargos que no ve viables. Y sus campos no son copias unos de otros. Adapta al terreno que tiene el mejor diseño. Se ha convertido en una garantía de calidad, buen diseño, paisajismo y grandes rondas de golf.

En este video sobre Valleromano explica algunos de sus principios de diseño: le gusta construir campos con calles anchas, porque piensa en el amateur tipo, no en hacer campos para pros solamente. No le gusta poner bunkers u obstáculos de agua o de otro tipo que sean ciegos. Le gusta retar al jugador con segundos tiros tensos (describe Valleromano como un campo de segundos tiros). Greenes de tamaños variados y con formas diferentes que permitan posiciones de bandera complicadas. Y por supuesto el respeto por la flora y condiciones del lugar donde construye el campo, así como el uso de agua reciclada.

He leído una entrevista suya (aquí) en que defiende la profesionalidad y denuncia el intrusismo de muchos profesionales a la hora de ser diseñadores. Según Robinson, el diseñador es una mezcla de talento y formación. Los pros tienen a construir campos pensando en las zonas donde aterrizan las bolas, pero no en los problemas y obstáculos adyacentes que los jugadores amateurs ven. Además tienen a imitar los grandes hoyos que conocen, construyendo cosas que no son adecuadas por el terreno o su mantenimiento.

Hay excepciones, dice: Jack Nicklaus, por ejemplo, que se rodeó de gente capaz y aprendió el oficio. O leyendas del golf tan honestas como Arnold Palmer, que siempre deja claro que le pagan por el nombre y para pegar el primer drive de salida, pero no por diseñar. También se refiere a Seve, un diseñador pobre por culpa de los terrenos con los que trabajó para construir campos (véase Santa Marina o Los Arqueros). Según Robinson, hay sitios donde «ni Dios mismo» sería capaz de construir un campo decente. En la entrevista también aboga por hacer campos no pensados en super-pegadores, jugando con la posición de los tees de salida. Me parece una reflexión muy acertada contra el virus «Tiger Woods»: en el PGA Tour ya se han dado cuenta que no tiene sentido seguir alargando campos y dificultan los recorridos de otra manera.

Para mi, sus campos demuestran es que para ser buen diseñador no hay que ser pro, y que un jugador profesional no tiene porqué ser un buen arquitecto de campos. Un grandísimo diseñador casi español.

Las Colinas de Campoamor

3 de febrero de 2012 3 comentarios

Julio de 2011

Aprovechando un viaje al sur desde Barcelona, me quedé a dormir en el complejo de Las Colinas de Campoamor, en la frontera de Alicante y Murcia, y jugar en el campo Las Colinas Golf & Country Club. Las Colinas Golf & Country Club es un exclusivo complejo residencial alrededor de un campo de golf con una amplia oferta comercial y deportiva, que  cuenta además con un Beach Club en primera línea de playa.

El campo está en un valle natural entre colinas, relativamente verde, desde el que se disfrutan vistas del mar.

El servicio es muy bueno, las bolas antes del campo, el stroke saver con buggie incluido, también tees.

Es un magnífico diseño de Cabell Robinson francamente interesante. Cabell Robinson es un gran diseñador: además de éste ha firmado La Reserva, en Sotogrande; Finca Cortesín, en la Costa del Sol; Praia d’El Rey, en Portugal; o el Royal Golf d’Evian, en Francia; y para mi el mejor campo de la zona de Marbella (con permiso de Aloha), que es, Santana Golf. Es un campo variado, par 71, con pares tres cortos y largos, algún par cuatro corto, buenos pares 5. Un montón de bunkers bien puestos, y un green con agua detrás  (hoyo 3) que desde la calle no se percibe su anchura, y también oculta bunkers traseros.

Las calles perfectas y los greenes amplios y rápidos; el estado de los mismos: como alfombras.

Un gran dia de golf. Y en el restaurante de la casa club se come sensacional.

Barras negras, blancas, amarillas y rojas.

Por cierto ha sido elegido como sede para disputar las pruebas de clasificación para el circuito europeo.