Los siete putts de Ernie Els
Aterradoras imágenes de los siete putts de Ernie Els en su primer hoyo del Masters de Augusta. No aptas para mentes sensibles. Son los temidos yips, la pérdida total del control de tus manos al afrontar un putt.
Four Seasons Golf Club Mauritius at Anahita (Mauricio)
Cuando uno tiene la suerte de elegir la isla africana de Mauricio para irse de vacaciones, no es una decisión motivada por el golf, pero una vez se está ahí se puede disfrutar de un golf de altísimos quilates. Ya he comentado el Touessrok Golf de Bernhand Langer, que para esta web que clasifica a los mejores campos del mundo es el mejor campo de la isla. Hoy describo el segundo clasificado, también según la web mencionada, que además está muy cerca del Touessrok (de hecho se ve perfectamente desde el 17). Pese a su cercanía estamos ante un recorrido de un carácter completamente diferente. El gran Ernie Els ha firmado para el Four Seasons un maravilloso campo de golf ancho, extenso y ondulante como un buen links británico, con una calidad constructiva excepcional y un mantenimiento de auténtico lujo. Nunca he jugado un campo mejor presentado que éste: calles como alfombras, greenes perfectos y rápidos, bunkers homogéneos y con contornos ondulantes. No se ve una rama caída, unas hojas amontonadas; de hecho casi ni se ven chuletas. Había oído muchas veces la expresión «campo manicurado» pero hasta que no vi a un empleado recortar minuciosamente los bordes de una boca de riego con unas tijeras pequeñas de podar no entendí lo que significa. En la foto, la calle del 7, con bunkers contorneados de bermuda adormecida.
Ya la entrada al campo de prácticas nos sumerge en unas instalaciones de primera clase. Un campo de prácticas precioso y un green para ensayar golpes de approach que roza la perfección.
Estamos en un campo donde disfrutaremos de cada minuto de juego de un diseño amable en un entorno estéticamente precioso. Donde en el Touessrok hay que sufrir en cada golpe castigos penales, aquí gozamos de un agradable paseo por anchas calles, sin vaguadas delante de los tees de salida. Aún así, los birdies no suelen salir salvo que uno esté muy inspirado con el putt o conozca donde atacar a los greenes. Greenes ondulantes de bermuda ultrarrápida y con amplias zonas de escapatoria. Estamos ante un campo duro con envoltorio de seda.
Jugamos en un día nublado. Una ventaja para no sufrir el calor y para poder andar el campo. Los empleados no daban crédito cuando rechazamos varias veces el buggie. La pega es que quizá las fotos no sean tan vistosas como merecen.
Un enorme cartel nos da la bienvenida en el tee del hoyo 1 a esta experiencia de golf de lujo. Un par 4 en ligero dogleg hacia la izquierda. Hay que evitar los bunkers de la parte derecha, que son profundos.
Nos vamos a un green que cae de izquierda a derecha y que es suave como una alfombra persa. Una gozada los contornos de los greenes y las escapatorias del green. Me recordaron mucho a los contornos clásicos de Harry Colt, como en Royal Portrush.
El hoyo dos nos enfrenta a un par 5 maravilloso. Sorprende mucho ver que la salida está enmarcada en dos muros de piedra, con aspecto centenario pero construidos para el campo. Cualquier tiro mínimamente desviado tendrá que sortear estos muros. Si quieres un birdie hay que superarlos con una salida recta.
Cerca del green hay un enorme mango en medio de la calle y un bunker a su altura que protege el lado derecho del green. Un green con escapatorias amplísimas.
El hoyo 3 es un par 4 recto. Bunkers en la calle y bunkers profundos protegiendo las curvas del green.
El hoyo 4 es el segundo par 5 del recorrido. Desde lo alto disfrutamos de una preciosidad de salida, con toda la calle enfrente nuestro, el green al fondo enmarcado por el mar. Al viento de cara se le suma los tres bunkers en la parte izquierda como posibles peligros. Más a la izquierda, las residencias del Four Seasons.
El green en alto está bien resguardado por una vista paradisíaca.
El par tres siguiente tampoco facilita las cosas para conseguir un birdie. Els hace que la bola deba sobrevolar un entrante del mar para alcanzar un green estrecho y alargado. Por la derecha el tiro será más seguro. El tiro largo se enfrentará a un putt cuesta abajo.
El hoyo 6 es un par 4 muy largo y complicado, aunque la brisa a favor puede favorecer la salida. Si nuestro drive de salida descansa por la parte derecha, tendremos que sobrevolar en el segundo tiro un obstáculo de agua y dos bunkers temibles.
Nuevo par 4 donde hay que poner bien la bola en calle para tener opciones de green. Els juega al despiste con una serie de bunkers escalonados pero que dan la sensación de bloquear completamente la salida.
El green es una auténtica silla de montar, aunque con la posición de bandera que nos tocó jugar las bolas caían hacia el hoyo.
Otro par 4 hacia el mar y con el tee y el green más alto que la calle. El hoyo es largo y está excepcionalmente bien resguardado por tres bunkers profundos.
Para terminar la primera vuelta, Els diseña un par 4 corto y alcanzable (por los muy pegadores, son 265 metros de drive). Un canal de agua parte en dos la calle y protege la parte frontal del green. Buena oportunidad de birdie si no nos bañamos.
La segunda vuelta es menos espectacular que la primera, aunque cuenta con hoyos finales realmente buenos. El 10 es un par 4 también corto, ascendente y escoltado por decenas de palmeras. Un green en alto muy movido y protegido por un bunker frontal.
El hoyo 11 cuenta con hasta 5 bunkers pequeños en la caída del driver que hay que sortear. El green también está guardado por dos pequeños bunkers profundos y complicados que hay que evitar.
Un buen par 3 continúa. Con la fuerte brisa del océano desde la derecha, el green se protege por sus amplias escapatorias. Una buena oportunidad para replicar los clásicos chips de approach al hoyo al más puro estilo de los links.
Continúa el recorrido con un largo par 5 en ascenso continuo. El green no se verá desde el segundo tiro por lo que habrá que ser preciso para evitar los bunkers que lo rodean. Oportunidad de birdie si no visitamos cualquiera de los bunkers de calle.
Gran hoyo 14 el que continúa. El clásico hoyo de golf con un muro de piedra que divide la calle en dos y provoca que haya que pensar estratégicamente. Si queremos arriesgar, buscamos una línea más agresiva pero habrá que superar el muro más cerca del green. A veces hay que ser humilde y seguir el camino más fácil (para asegurar el bogey…)
Un largo par 4 continúa, con buenas vistas de toda la bahía y un estanque. Dogleg hacia la derecha y con el green en alto, habrá que jugar un palo largo o híbrido para tener oportunidad de birdie. Otro ejemplo de excelencia en el diseño de greenes.
Con vistas a la Ile aux Cerfs y la bahía, el hoyo ofrece una calle descendiente hacia el green, nuevamente elevado. Hay que evitar los bunkers de la derecha y sobre todo el fuera de límites de la izquierda. En primer plano, el tee de negras («Ernie Els Tee») del hoyo 11.
El glorioso paseo desde el green del 16 hasta el tee del 17 es simplemente espectacular. Estamos ante el hoyo más corto del recorrido, un par 3 bien bunkereado.
Por último el hoyo 18, según el propio Els uno de los mejores hoyos finales que existen en el mundo. Un par 5 en dogleg hacia la derecha. La salida es espectacular.
No es fácil llegar de dos a green, aunque tengamos distancia. Muchos bunkers que sortear por el camino. El green es pequeño y está bordeado por un waste area enorme por la izquierda. Literalmente la playa del beach club del Four Seasons.
Los recortes en Callaway
Los recortes también llegan a Callaway.
He leído en Golf Digest una entrevista al consejero delegado de Callaway donde explica los recortes que ha impulsado en la compañía.
En un post anterior hablé de los números de Callaway y de la necesidad de variar el rumbo económico de la compañía. La compañía facturó en 2011 886 millones de dólares y perdió 172 millones. Chip Brewer llegó a Callaway en marzo.
Se han despedido a 250 trabajadores, un 12% de los cerca de 2.500 empleados que tenía Callaway, la mayoría en puestos corporativos. También se recortan 52 millones de dólares en gastos, en todas las divisiones, incluída la de I+D, la joya de la corona de Callaway.
Brewer señala que si han sorprendido a alguien, es que no sabía donde estaba. La verdad es que Callaway ha sido una empresa con más grasa que sus competidores (por dólar vendido). La empresa ha adelgazado en los últimos meses (Top Flite, ropa, el negocio de zapatos o Ben Hogan han sido vendidos) así que había espacio para recortar sobre todo en el área corporativa. Aún así habla de que no esperaba hacer recortes tan importantes. También dice que los despidos son dolorosos, pero necesarios. Y sobre todo incide mucho en la idea de la Callaway del futuro y de las ganas y pasión de los empleados por volver a la senda del éxito.
Los comentarios de la gente a la noticia son muy similares a los que se escuchan por otros recortes recientes: para algunos son hipócritas e injustos, para otros necesarios para no hundir la compañía definitivamente. Lo que es claro es que la empresa se juega su existencia futura en estos próximos años.
Una buena noticia: El Golfista Campeón del Año es un embajador de Callaway. Mr. Theodore Ernest Els. Su bolsa es Callaway / Odyssey.
Sobre la polémica de los putters largos
Resulta difícil entender que los putters largos (los belly putters o putters escoba) sean legales. La longitud de los palos sigue una progresión desde el driver hasta el sand wedge, que se rompe claramente con el putter escoba. Son palos legales y por eso se pueden emplear para dropar, pero resulta sonrojante ver a Adam Scott aliviarse sin penalidad con un putter largo en el Open Championship y librarse por ello del rough. Aunque el punto clave de la posible prohibición no es el tamano, sino el anclaje. El único palo que va anclado al cuerpo es claramente una anomalía en la forma en que debe ejecutarse el swing.
Hasta la victoria de Keegan Bradley en el PGA del 2011, jamás un belly putter había conseguido la victoria en un major. Hasta ahora, parece que la presión de los fabricantes haría inviable prohibir estos palos. Y todo apuntaba a que en la reunión de la USGA con el R&A antes del US Open la prohibición sería anunciada. Pero al final, nada de nada.
Pero tres de los últimos cuatro grandes han sido ganados por jugadores con putter largo (K. Bradley, Webb Simpson y Ernie Els). Y ya parece que es cuestión de meses que las normas cambien.
Charlé del tema del material de golf con el miembro del R&A con el que jugué el Old Course (ver post). Me contó como el trabajo para introducir limitaciones a las bolas para que no hicieran tanta distancia los pegadores no estaba funcionando: cierto que rebajaba algo la distancia a los mayores pegadores, pero afectaba aún más a los que no lo son.
También le pregunté por la polémica de los putters escoba: Me contó que él no era del comité de reglas pero que sospechaba que estos palos no serían prohibidos: «Ten en cuenta que más de la mitad de los miembros de ese comité usan putters escoba…»
El quijotismo de Michael Campbell
¿Qué le pasa a Michael Campbell?
Desde hace varios años que todo el mundo se pregunta lo mismo. Resulta increíble que un jugador de primer nivel, ganador de un US Open ante el mismísimo Tiger Woods, haya caído en un abismo tan profundo. Su juego y resultados bucean en el océano de la mediocridad para adentrarse en lo más profundo de la infamia.
Estamos ante el jugador más regular del circuíto, mucho más regular que un Luke Donald o un Steve Striker: nadie es capaz de quedar tantas veces en la misma posición (último) de forma tan consistente. Michael Campbell acumula temporada tras temporada récords negativos de golpes y de pésimas posiciones.
Estuve buscando por internet sobre el bueno de Campbell y encontré varias sorpresas y teorías:
Lo primero que me sorprendió es que Campbell no ganó el US Open por casualidad. Era un jugador bastante sólido antes de este major. Su temporada en 1999 fue espectacular, la del 2000 también fue buenísima: quedó 4º en la orden de mérito. De hecho acumula más de 21 millones de dólares en ganancias, y ha ganado 15 torneos en el circuito europeo, incluyendo un HSBC Campeonato del Mundo en Wentworth unos meses después de ganar el US Open (ese torneo le reportó un cheque de 1 millón de libras).
En el 2005 un extraterrestre se adueña del cuerpo de Campbell. Gana su major en 2005, queda 5º en el Open Championship y 6º en el PGA. Y gana el campeonato del mundo en Wentworth. Un escándalo de temporada.
Después de ganar su major, con sus años de exención automática y sin la presión de resultados, Cambo se lo toma con calma. Deja de entrenar duro, se abandona, no aparece por el gimnasio ni por accidente. Así lo reconoció Campbell en alguna entrevista.
En un punto posterior, Campbell se lesionó y volvió a jugar demasiado pronto. Empezó a acumular resultados espantosos. Su confianza quedó destruida. Entró en un círculo vicioso de mal juego y pérdida de confianza que le llevó a resultados cada vez más horribles.
Su record en majors es estremecedor: ha pasado 19 cortes (no está mal), pero ha fallado 28 veces los cortes. En Augusta National ha jugado 10 veces, jamás ha jugado el fin de semana.
El neozelandés juega mucho en el circuito europeo; creo que tiene exención hasta el 2015. En el 2009 Campbell pasó 3 cortes. En el 2010, pasó 1 corte. En el 2011 hizo una temporada mucho mejor pero sólo pasó 6 cortes; su mejor posición el puesto 25 en el Omega European Masters. En el 2012 lleva tres torneos jugados, tres cortes fallados. Torneo tras torneo sigue intentando volver, sin demasiado éxito.
Cambo ha buscado consejo en varios profesionales. Como se cuenta aquí, Steve Williams, el ex-caddie de Tiger, le recomendó jugar de manera mucho más agresiva. Cuando uno juega mal, lo peor es empezar a jugar de forma defensiva. Ernie Els le aconsejó lo contrario: intenta bajar de 40 golpes, así si lo consigues tu confianza mejorará. No sé a quien hizo caso al final.
Es difícil entender que un jugador con estos pavorosos resultados siga entrenando y jugando a este nivel y no se haya ido a su casa. Jugar el tour europeo es viajar sin parar, torneo tras torneo, una vida dura. ¿Donde queda su dignidad y su sentido del ridículo? El golf profesional es un deporte cruel y curiosamente muy justo. Si juegas mal, no ganas absolutamente nada. Sus ganancias en el circuito en los últimos años no le dan ni para los billetes de avión. Cambo reconoce que ha pensado más de una vez dejar el golf profesional, pero que no tendría nada mejor que hacer. Además él dice que en el campo de prácticas le sale todo. Y ahí sigue, dando un ejemplo de tesón, voluntad, fortaleza mental y quijotismo admirables.