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Posts Tagged ‘Severiano Ballesteros’

St. Pierre Marriott Hotel & Country Club, Old Course, Gales

17 de abril de 2017 1 comentario

El Old Course de St Pierre es la atracción golfística que propone un hotel Marriott de lujo enclavado en Gales, en una mansión del siglo XIV junto a la Iglesia del siglo XI dedicada al santo. Un lugar soñado para una escapada, con dos campos: el Old Course y el Mathern Course.

El campo ha acogido pruebas del British Masters y de la Solheim Cup. Entre la lista de ganadores vemos nombres ilustres como Seve Ballesteros, José María Olazábal o Bernhard Langer. La web explica que se ha invertido dos millones de libras recientemente para mejorar sus instalaciones, obra de Ross McMurray, en el año 2008.

El campo viejo fue inaugurado en 1962 y es obra de Ken Cotton, un ilustre diseñador fallecido en 1974 y que fue pupilo de Tom Simpson y trabajó durante años con Frank Pennink y  Charles Lawrie. (Ken Cotton participó en el rediseño de un links ya comentado, el Noordwijkse Golf Club en Holanda.) Estamos ante un parkland perfecto y precioso.

Resulta notable destacar que durante la construcción del campo Cotton invitó y conoció al entonces periodista Donald Steel, que más tarde se convertiría en socio y que es el único arquitecto que ha participado en el rediseño de todos los campos de la rotación del Open Championship: Prestwick, Musselburgh, St Andrews, Muirfield, Sandwich, Hoylake, Deal, Troon, Lytham & St Annes, Prince’s, Carnoustie, Portrush, Birkdale y Turnberry. Dato curioso pero esto no tienen nada que ver con un links, como se ve en la foto.

El Old Course está construido en torno a un lago precioso y jalonado de árboles centenarios y enormes, especialmente este roble gigante de más de 400 años que enmarcan la calle del hoyo 2.

Se trata de una finca relativamente plana, muy fácil de caminar y con calles anchas y bien remarcadas por árboles enormes.

En algunos hoyos el green está bien protegido por el propio desnivel de la calle.

Los últimos hoyos son los más bonitos del campo, con el lago enmarcando los tiros a green desde unas calles perfectamente cuidadas.

El hoyo 17 es un par 4 atractivo por el green bien bordeado por el lago.

El hoyo 18 es quizá el más escénico del recorrido, con el hotel al fondo, la salida en alto y el lago enmarcando la salida, sin entrar realmente en juego.

La chaqueta verde

12 de abril de 2017 Deja un comentario

Semana de Masters… tiempo para rescatar este post.

Leo en Golf Illustrated un artículo sobre la chaqueta verde. ¿Cómo conseguir una? Además del improbable suceso de que te nombren socio, o el más improbable aún de que seas capaz de ganar el Masters, puedes ir a la Hamilton Tailoring Company de Cincinatti y comprarla por $250 dólares. O más bien robarla, porque sólo las fabrican para Augusta National.

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Es posible que sea la prenda más deseada por cualquier golfista. Los miembros del Augusta National y los ganadores del Masters pueden llevarla. Pero sólo en el club. A los campeones hoy les dejan tener una réplica, aunque antes durante máximo un año. Seve se negó a devolver la suya.

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La idea se le ocurrió a Bobby Jones cuando, después de ganar el Open en Royal Liverpool en 1927, quedó impresionado con las chaquetas rojas que llevaban los antiguos capitanes del club. Les hacían parecer venerables y elegantes. Así que cuando abrió Augusta National en 1933, le planteó la idea a su socio Clifford Roberts.

El único problema era el color. Al parecer se plantearon que la chaqueta fuera amarilla, roja e incluso naranja, el color melocotón de Georgia. Hasta que en un paseo conjunto, Roberts hizo un comentario sobre el precioso color verde de los arbustos de azaleas. Así nació la leyenda. El verde, para los técnicos, es el Pantone 342.

El artículo cuenta más historias sobre la chaqueta. Por ejemplo, la que tuvo Bobby Jones en 1937 se subastó recientemente por 310,00o dólares. Y las 6 de Jack Nicklaus… pues no se subastaron, porque el Oso Dorado no ha tenido una hasta 1998.

Desde el 2012 por fin, hay un modelo para mujer.

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Y desde 2017 Sergio García luce la suya…

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Los mejores hoyos del Open Championship

13 de julio de 2015 Deja un comentario

Hace tiempo Canal+ Golf emitió una conversación entre Padraig Harrington y Colin Montgomery debatiendo una cuestión interesante: de las nueve sedes del Open Championship que hoy existen, ¿cual sería el mejor recorrido posible? La conversación en esencia es un debate animado e inteligente entre dos amantes de los links sobre lo que debe ser un gran hoyo de golf, salpicado con los golpes más recordados de la historia reciente de los Open Championships. A pesar de lo poco queridos que son ambos golfistas, estamos ante un gran reportaje. Se puede ver (en inglés) aquí:

Recordemos que el Open Championship es el Major más antiguo y siempre se juega en un links tradicional. Actualmente se rota entre 9 campos diferentes, aunque parece que Royal Portrush puede entrar en la rotación en el futuro. Las sedes del Open son:

  1. Old Course de St Andrews Links, la cuna del golf, y la sede más empleada, ya que acoge el torneo cada 5 años (en los años que acaban en 0 y en 5)
  2. Carnoustie, el campo más difícil de la rotación, según los cálculos de Monty por dos golpes. Un campo extraordinario, quizá el que menos preparación requiere para acoger el torneo: no es preciso dejar crecer el rough para intimidar a los jugadores.
  3. Muirfield, sede de la Honorable Sociedad de golfistas de Edimburgo. Un campo sólido, serio, duro. Un gran test de golf. Phil Mickelson se proclamó allí Golfista del Año en 2013.
  4. Royal St George’s, el links más tradicional.
  5. Turnberry Ailsa Course (ahora Trump Turnberry); el campo con más personalidad de los 9, sin duda el más reconocible.
  6. Royal Troon. Otro campo duro. Todd Hamilton fue el último ganador en 2004
  7. Royal Lytham & St Annes, sede de la primera victoria de Seve en el Open.
  8. Royal Birkdale
  9. Royal Liverpool, la sede del Open Championship 2014.

Algunos de los hoyos seleccionados fueron:

Hoyo 1: El primero del Old Course de St Andrews. Golfísticamente es un hoyo simple y absurdo: una enorme pradera que se extiende suavemente hasta el green, con un único obstáculo: un pequeño canal serpenteante 20 metros antes del green. Pero no existe en el mundo un escenario comparable: la salida es una estupenda inyección de adrenalina. Se comentan también como grandes hoyos iniciales el hoyo 1 de Royal Birkdale o el inaugural de Royal St George’s, hoyo en el cual Tiger Woods cometió un triple bogey en la última jornada del Open Championship, torneo que al final ganó Ben Curtis en 2003 con un golpe de ventaja sobre Tiger.

Hole 1 St Andrews

Hoyo 2: Royal Birkdale o Carnoustie. Ambos son dos grandes hoyos de golf, dos ejemplos de lo buenos que pueden ser los links. Birkdale es un dog leg ligero a la izquierda que deja un segundo tiro espectacular a un green protegido por muchos bunkers, y que siempre se juega con viento cruzado. Royal Birkdale Golf Club-The Open 2008 venue

El hoyo 2 de Carnoustie, aunque no es el mejor de este impresionante campo, es un fantástico par 4. El ligero dogleg hacia la derecha cuenta con hasta 9 pot bunkers en los laterales de la calle. Si conseguimos esquivarlos, tenemos un tiro a un green que mide más de 50 metros de largo y donde la posición de bandera es crucial para escoger el palo correcto. Esta es la vista desde detrás del green.

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Hoyo 3: Aunque se menciona el hoyo 3 de Royal Liverpool, como un gran hoyo de riesgo-recompensa, (los birdies sólo se consiguen si eres agresivo), la cosa está clara. El hoy 3 de Carnoustie es una obra de arte de las que te obligan a pensar desde el tee de salida. Hoyo bastante corto, el Jockie’s Burn cruza la calle justo por delante del green y varios bunkers también pueblan su superficie. Los jugadores suelen salir con un hierro corto para asegurar la calle y tratar de dejarla junto a la bandera en este green fantástico.

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Hoyo 4: Old Course de St Andrews. Despúes de tres hoyos relativamente amables, aquí empieza la vuelta de verdad en este campo. El par 4 más largo del recorrido. Una salida con driver difícil. El segundo tiro requiere jugar con cabeza para no liarse, sin jugársela demasiado. El green comparte superficie con el 14. Otro candidato es el 4 de Turnberry, un par 3 precioso, tradicional y que precisa de un tiro a green para evitar problemas: un bunker y una densa zona de rough en la parte derecha. El hoyo 4 es una copia del hoyo 8 de Royal Troon, el «Sello de Correos», o «Postage Stamp».

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Hoyo 5: El par 4 de Carnoustie gana. Un dogleg hacia la derecha que se puede jugar de muchas maneras, pero siempre evitando un sinfín de bunkers.

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Hoyo 6: el gran par 5 de Carnoustie. Un dramático par 5, en el que una de cada 10 bolas se van fuera de límites. Un hoyo para sobrevivir. El nombre del «Hogan’s Alley» (Callejón de Hogan) se debe a que en las cuatro vueltas del Open de 1953 Ben Hogan escogió la línea entre los bunkers de calle y el fuera de límites de la izquierda.

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Hoyo 7: El 7 de Royal Birkdale. Parece un par 3 normal, un tiro con un hierro 5. Pero causa un montón de problemas desde un tee levantado con viento cruzado. Rodeando al green hay 7 bunkers, uno de ellos en forma de anillo, y donde caer es una desgracia enorme. Otro magnífico hoyo 7 es el de Royal Lytham & St Annes.

Royal Birkdale Golf Club-The Open 2008 venue

Hoyo 8: El famoso «Sello de Correos» de Royal Troon. El apodo está dado por el tamaño del green. Es un tiro muy corto, de 113 metros, pero como falles un metro por la derecha o por la izquierda estás muerto. Hay un festival de bunkers enanos donde además la bola se quedará muy pegada al talud. El gran Gene Sarazen hizo un hoyo en uno en 1973, nada menos que con 70 años.

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Hoyo 9: El par 4 de Turnberry, quizá de los más fotografiados del campo. La salida es especial, ya que el tee de salida está literalmente sobre el mar y muy aislado. El tiro es muy intimidante, aunque no es difícil.

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Hoyo 10 de Muirfield: Un serio par 4. La calle y el green están bien protegidos por bunkers a la derecha, donde el viento se lleva la bola. Los dos bunkers del centro de la calle no están a distancia, pero obstaculizan la visión del green. Hay que tirar largo y recto.  Otro candidato: el hoyo 10 de Turnberry.

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Hoyo 11: Se discute entre el 11 de Carnoustie (un maravilloso par 4, largo y con muchos bunkers en la calle y sobre todo cercando el green),  y el de Royal Troon. Al final resulta ganador este hoyo tradicional de Troon. Una salida semiciega con fuera de límites por la derecha (el ferrocarril a Prestwick, tan clásico del paisaje de los links) y donde hay que sobrevolar un océano de tojos. Hoyo muy serio y muy duro. Jack Nicklaus hizo 10 golpes en el Open de 1962.

Hoyo 12: Un muy atractivo par 3 de Royal Birkdale. No es muy largo pero puede hacer que el green parezca muy pequeño. Y el tiro está amenazado por bunkers profundos y mucho rough protegiendo el green. Es uno de los mas duros del recorrido, quizá de toda la rotación del Open. Un green natural, parece que no ha sido diseñado; nació así. Casi no se ve la bandera, si se pone en la parte derecha del green. Monty habla de que es casi un dogleg; tienes que hacer un fuerte fade para llegar al objetivo. Es un hoyo crucial. Si fallas el tiro de salida, el bogey está asegurado.

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Hoyo 13: Seguimos en el campo inglés de Royal Birkdale. Harrington elige este par 4, clave en su victoria del 2008. Es clave la salida, y más con los bunkers que hay en la zona de drive. Jugar corto tiene el inconveniente de que te queda un hierro muy largo.

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Hoyo 14: El elegido es el par 5 del Old Course en St Andrews. Es un par 5 larguísimo, de más de 600 yardas. Hay unos bunkers en la izquierda, los «Beardies», que son horribles, donde es posible que para salir uno tenga que tirar hacia atrás. Y por supuesto está el famoso «Hell» Bunker, una especie de cráter monstruoso que yace en medio de la calle. También tenemos un fuera de límites por la derecha.

stroke_saver_15Hoyo 15: Casi al final del recorrido de Royal St Georges encontramos este par 4 serio y duro. No es un hoyo que pueda ocasionar una catástrofe pero es difícil. La calle esta repleta de bunkers y es necesario usar el driver porque el green tiene mucho peligro. También se mencionan los últimos 4 hoyos de Royal Lytham, hoyos tremendos que fueron testigos de la debacle de Adam Scott en el Open del 2012, donde hizo bogeys en los 4 últimos hoyos para darle la victoria a Ernie Els.

Hoyo 16: No se olvida la bestia abominable de Carnoustie: un par 3 eterno, de 200 metros, y con viento. Casi es un par 3,5. En realidad los tres últimos hoyos de este campo son brutales, con el Barry Burn serpenteando para causar destrozos. Se recuerda también el hoyo 16 de Lytham, donde Seve se fue a un parking en 1979.

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Hoyo 17: No hay duda: el «Road Hole» de St Andrews. Difícil, intimidante, divertido, histórico. Muchas cosas extravagantes en este hoyo: un tiro ciego que sobrevuela un hotel, una carretera pegada al green, un bunker, el bunker. Quizá el mejor segundo tiro del golf, un hierro largo a un green difícil por ese bunker tan famoso.

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Hoyo 18: Pese a lo icónico del 18 de St Andrews y su valle del pecado, o los hoyos finales en Royal Troon o en Royal Lytham, se elige como mejor hoyo final de la rotación el 18 de Muirfield. Hoyo sólido, difícil, recto, con bunkers en la calle.

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Seve en la playa

23 de diciembre de 2014 1 comentario

Severiano Ballesteros nos quiere vender la tarjeta American Express mientras juega al fútbol en la playa de Trengandín, en Noja, Cantabria.

Un anuncio perfecto para explicar el gigantesco tirón de Seve: con  una sonrisa luminosa y su innegable carisma era capaz de vender una tarjeta de crédito en un spot más falso que un billete de 3 euros con un chandal azul, unos shorts ajustados, una actuación atroz y su pavoroso y personalísimo unicejo.

 

Seve, la película

12 de noviembre de 2014 Deja un comentario

La historia del campeón fallecido y elevado a la categoría de mito es una fórmula que funciona en cine: recuerdo un documental reciente sobre Ayrton Senna. Quizá por ello hay que aplaudir la astucia del productor británico Stephen Evans para haber realizado esta película, que acabo de ver (en iTunes UK). Digo película aunque más bien estamos ante un documental híbrido donde se combinan imágenes reales de las victorias de Seve en los Open Championships, en el Masters de Augusta (primer europeo que lo consiguió) y en la Ryder Cup, con un relato guionizado de la infancia y juventud de Seve en su Pedreña natal, y cómo aprendió a jugar en la playa con un hierro 3 fabricado por él mismo empleando piedras por bolas. Es un montaje muy bien hecho, emocionante,  y el propio Seve aporta, en voz en off y a través de muchas entrevistas, su visión sobre su vida, su familia, su determinación inquebrantables, su toque mágico, sus habilidades como club maker, sus eternas sesiones de práctica. Varias leyendas golfísticas agrandan su figura con sus recuerdos y opiniones, hablando del mago, del artista, del ganador y (en menor medida) de su faceta más polémica como agitador permanente y enfurruñado.

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La primera parte de la película, de una longitud algo excesiva, aporta una visión muy edulcorada y algo tramposa de su infancia. Rodada en español, se ve con interés porque está bendecida por vistosas imágenes de la costa cántabra, (tan escasa en campos de golf), del pueblo y del precioso campo de golf de Pedreña. Y sobre todo por la presencia del debutante José Luis Gutierrez, un chaval de extraordinario parecido físico con Seve, con el acento ideal y que además luce un swing poderoso y muy similar al del campeón. El niño transmite con acierto su enorme carisma y su ambición sin límites. Otros personajes reales que vemos en la ficción: su familia, su maestra, el doctor Santiago Ortiz de la Torre, con quien debuta como caddie con 9 años y hasta Jaime Botín, el hermano del recientemente fallecido Emilio Botín, ambos expresidentes del club de golf, en un famoso partido con Eduardo de la Riva al que Seve batió con 13 años. Quizá echo en falta a Ramón Sota, su tío, que fue quien probablemente le metió el virus del golf en el cuerpo.

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Pero lo realmente poderoso de la película llega al final. Es difícil no sentir un nudo en la garganta con una escena que, al menos yo, no había visto nunca en Canal Plus Golf. Ya con Seve retirado y enfermo, se muestra la entrega del BBC Life Achievement Award, con un auditorio (inglés, donde Seve era más popular y más querido) puesto en pie, y presentado con elegancia por José María Olazábal. Fuera de esa emisión oficial, la cinta muestra el minuto posterior a la entrega: ambos campeones se abrazan en un momento sincero y emocionante que es oro puro. Y para añadir fuego a la caldera, las imágenes del milagro de Medinah nos devuelven la magia infinita de esa tarde memorable en la historia del deporte mundial.

En definitiva, y a pesar de sus defectos, estas es una película que cualquier lector de este blog no debe perderse. Aquí un trailer.

 

 

El Encín Golf, Alcalá de Henares (Madrid)

15 de septiembre de 2013 7 comentarios

Comento hoy un muy reciente de la Comunidad de Madrid, y para mí uno de los mejores. El Encín Golf fue inaugurado en el 2011 en una árida, seca y completamente llana finca a las afueras de Alcalá de Henares el estudio Von Hagge Smelek & Baril (liderado en este proyecto por Rick Baril, su hombre en Europa) proyectaron y construyeron una obra maestra, una adaptación casi perfecta de los links mas legendarios, con calles firmes y onduladas, bunkers de todas las formas posibles, obstáculos de agua retadores, roughs densos. Y como elemento más destacado y polémico unos greenes enormes y movidos como montañas rusas, que sólo ofrecen al jugador un elemento absolutamente fundamental en este juego: diversión a manos llenas. Cada green de este campo parece una versión en miniatura de los legendarios Himalayas de St Andrews. He oído criticar a estos greenes; hay quien piensa que son absurdos e irracionales. Que si son como un minigolf. Creo que merece la pena jugar un campo diferente: Von Hagge siempre buscaba que un campo emocione, que sean diferentes. Y lo han conseguido plenamente: este campo no aburre. En la imagen, parte del fantástico putting green del complejo y al fondo el campo de prácticas.

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Robert Von Hagge falleció en 2010, y como siempre ocurre con los diseñadores su muerte paso relativamente desapercibida en la prensa deportiva (su vida también). Curioso deporte este que encumbra a los mejores jugadores y que condena al anonimato a los artistas que mas nos hacen disfrutar del golf. Porque el golf se disfruta jugando. El golf sufrió una perdida irreparable con la desaparición de este artista de la mesa de diseño.

El hoyo 1 nos enfrenta a la misma sensación paisajística que tenemos en un links, donde las apariencias engañan. En esta salida los bunkers parecen estar mas juntos de lo que están. Un grupo desordenado de bunkers en linea de green, y si uno no conoce el campo resulta dificil saber a que distancia estan.

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Al llegar al green ya vamos comprobando que las superficies tienen muy poco de vulgares. Un auténtico tobogán. En este campo si uno quiere sacar birdies no tiene otro remedio que atacar a las banderas. Dejar la bola (sólo) en green suele ser garantía de tripateo.

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El hoyo 2 es la confirmacion de que estamos ante la obra de un genio. Desde el tee de salida podemos contar alucinados casi una treintena de bunkers pequenos. El hoyo parece tener sarampión y uno puede decidir la mejor ruta al green. Otra pista de baile ondulada como una ruffle.

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El hoyo 3 es un par 3 que cuenta con un green aplatanado y enorme. Un enorme waste bunker salpica todo el trayecto de la bola. Abundan las zonas arenosas que no son bunkers: es tierra dura y no hay rastrillos. Supongo que con ello se ahorra en agua y mantenimiento.

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Nuevamente nos encontramos con un green sinuoso y retorcido. Clicken en la foto para agrandar y ver este green. ¿Cómo serían recibidos estos greenes por los profesionales? Cuando se disputó el Madrid Masters en 2011, Paul McIngley subrrayó que no le gustaban nada, pero que eran similares a los del Old Course o a los de Augusta National, dos campos icónicos. Son greenes dramáticos, jugables, francamente divertidos.

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El siguiente hoyo es un par 5 en dogleg hacia la derecha. Los pegadores podrán llegar de dos a green con holgura. La zona de rough estaba, cuando jugamos, bastante despejada, lo cual permite acelerar el juego y ofrece líneas de tiro tentadoras. Un waste bunker enorme acompaña la calle por la derecha.

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El hoyo 5 es un par 3 con un green alabeado y retorcido como todos, pero que particularmente presenta un reto adicional por su forma, abrazando un bunker en su lado derecho. Esto quiere decir que si la bandera está retrasada las bolas en el frente de green no tendrán línea de putt a bandera. Así que tocará intentar un approach peligroso o aceptar los dos o tres putts con resignación.

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El hoyo 6 es un par 4 con una serie de bunkers pequeños salpicando la calle. El green está protegido por unos bunkers enormes en forma de ameba que lo rodean por todos lados. Este green comparte superficie con el green del hoyo 8.

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El hoyo 7 nos da un respiro en cuanto a obstáculos de arena. Curioso hoyo donde sólo hay tres bunkers pequeños y bastante alejados de la línea ordenada de juego. Pese a ello es el handicap 3 del recorrido. ¿Quizá porque una zona de rough recorre la calle? ¿O por su green increíble?

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El ocho comparte el green con el hoyo 6. Cuenta con una serie de bunkers que salpican la calle y los alrededores del green como las manchas de un test de Rorschach. Unas auténticas playas que hay que evitar.

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Finalmente volvemos hacia la casa club con un par 4 de 418 metros; es casi un par 4 y medio, porque para llegar a green hay que pegar dos tirazos. Y además evitar un montón de pequeños bunkers que salpican la calle.

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La segunda vuelta mantiene o supera el nivel de excelencia de este campo. El hoyo 10 vuelve a ser un par 4 en dogleg hacia la derecha a un green ligeramente elevado y de abruptas superficices.

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Continuamos con un par 5 muy interesante, porque plantea dos enormes bunkers ameba en la distancia del driver de salida. Un pasillo muy estrecho queda por la derecha. También la opción de volar los bunkers (aunque con viento en contra se necesita pegar fuerte). O salir con madera o hierro y quedarse corto del bunker. En cualquier caso desde calle casi se ven más bunkers que calle.

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Las emociones no terminan aquí, porque al llegar al green tendremos nuevamente que negociar con una superficie de montar. El green cuenta con una plataforma en su parte frontal derecha (donde estaba la bandera cuando jugué) desde la cual desciende hacia el fondo del green. Desde atrás vemos el hoyo más elevado que nuestra bola, con un desnivel brutal de metro y medio. Y si nos pasamos, la bola se sale de green con seguridad.

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El siguiente hoyo es un par 3 largo, de 172 metros desde amarillas, pero con un green en alto y no excesivamente cómodo.

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El hoyo 14 nos enfrenta a otro par 4 en dogleg hacia la izquierda. Bunkers de calle amenazan el tiro de salida. El green, algo elevado, cuenta, en palabras de mi compañero de partido, con más curvas que Marilyn Monroe. Aunque la comparación es anticuada, la definición es acertadísima.

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El el 15 destacan un apreciable numero de bunkers que protegen al green en su parte izquierda y trasera.

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El hoyo 16 par 3 es quizá el más emblemático del campo. Un par 3 a un green que recibe en diagonal y en el que hay que superar un lago. Dependiendo de la posición de bandera podemos tener un tiro de 130 a 160 metros. Y conviene tirar a bandera: el green vuelve a ser un tobogán tremendo.

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Curioso hoyo el 17. Su hándicap bajo se explica por un green absolutamente surrealista, alargado como una salchicha y retorcido como una silla de montar. En este green cabe un par 3 corto. Con una bandera al fondo se convertiría en un hueso durísimo. Los bunkers que lo rodean son verdaderos obstáculos. Este es el green desde la parte de atrás.

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Finalmente terminamos con el par 5 homenaje a Severiano Ballesteros. Desde el tee de salida hay riesgo de irse al agua si uno es pegador, por lo que interesa no aproximarse demasiado por la derecha. La calle es bastante ancha y deberíamos evitar el búnker…

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Para el segundo tiro y la aproximación a green el lago amenaza nuestra precisión, y cómo no un fantástico grupo de bunkers protegiendo al green. Al fondo el hotel de 5 estrellas con restaurante y bar nos espera.

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La deplorable realidad del golf en Cantabria

19 de agosto de 2013 6 comentarios

En Cantabria, cuna de nuestro gran campeón Severiano Ballesteros, se puede jugar al golf en sólo 3 campos de golf de 18 hoyos: Pedreña (campo de socios, en la foto), Nestares y Santa Marina, aunque este último está en la enfermería. Otros recorridos de pares 3 tratan de saciar la sed de golf de aficionados, con escasa fortuna.

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Este verano el golf ha gozado de un protagonismo singular en los medios locales. A raíz de la reapertura del campo de golf de Santa Marina, el Presidente de Cantabria Ignacio Diego declaró con solemnidad que la provincia (o la comunidad autónoma o la región) gozaría en un futuro no lejano de 5 ó 6 campos de golf de primer nivel, junto a varios hoteles, para convertirse en un polo de atracción turística mundial.

Mi escepticismo ante semejante declaración de intenciones era sideral, pero se desbordó cuando el señor Diego señaló, sin ruborizarse, que la intención es convertir a Cantabria en un «entorno St Andrews».

Por esas fechas me comentan que el campo de Abra del Pas, en Mogro, actualmente de 15 hoyos, será ampliado a 18. Es un trazado joven, bastante plano y un poco peligroso: con todos los hoyos pegados, no es raro ver cruzar bolas de una calle a otra constantemente.

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Unos días más tarde, el alcalde de Santander presentaba un anteproyecto para construir un campo de golf en el Parque del Litoral del Norte, ubicado entre el Faro Mayor y Virgen del Mar. El campo estaría enclavado en un área de 73 hectáreas entre el Bocal y el Panteón del Inglés. El proyecto está firmado por Severiano Ballesteros Design y es un par 72 de 6665 metros, con 6 pares 3, 6 pares 4 y 6 pares 5, combinación que siempre gustó al falllecido campeón. Severiano siempre pensó en este campo como «el gran campo de golf de Cantabria y España». El ayuntamiento ofrecía todas las facilidades para su construcción a inversores privados. El plano del routing fue presentado hace tiempo en El Diario Montañés.

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Durante los siguientes días, Ayuntamiento y Comunidad (gobernados por el mismo partido político) se enzarzaron en una discusión pública sobre qué opción era mejor, descalificando de forma bastante explícita los planes de sus contrarios. Y algunos días más tarde un ex-presidente de Santa Marina publica una tribuna en un medio local explicando que la re-apertura del campo es una acción ilegal. Ignoro las consecuencias de este escrito, pero la imagen del golf cántabro ofrece su cara más tétrica.

Sólo queda desear que las buenas intenciones cristalicen y los aficionados podamos disfrutar de una mayor oferta de golf en el futuro.

Real Club de Golf de Pedreña, Marina de Cudeyo (Cantabria)

30 de agosto de 2012 8 comentarios

El Real Club de golf de Pedreña, fundado en 1928, es un diseño de arquitecto clásico Harry S. Colt. El emplazamiento es maravilloso: la finca es una colina arbolada, una península rodeada por el mar Cantábrico y la ría de Cubas. Colt no hizo mucho movimiento de tierras y planeó un campo en el que los hoyos no tuvieran fuertes pendientes y bordearan las mismas. El diseño reúne varias de las cualidades de Colt, ya glosadas en este post: un routing nada lineal, abierto, donde desde muchos puntos del campo uno puede ver varios jugadores jugando en otros hoyos, pero sin sin molestar en absoluto. Una serie fantástica de pares 3. Entradas a green con zonas de escapada muy interesantes. Greenes pequeños y movidos y con una cantidad enorme de caídas sutiles. Los greenes fueron reconstruidos hace algunos años, y son de lo mejor del campo.

El hoyo 1 es un par 4 en suave pendiente descendente y ligero dogleg de derecha a izquierda. La calle es ancha y franca, como debe ser en un hoyo 1. Me sorprendió ver que el antegreen y el rough que rodeaban al green estaban en bastante mal estado. Aparte de la falta de lluvias en verano, se había jugado la semana anterior el campeonato de España de profesionales y el campo estaba bastante castigado. Sin embargo los greenes estaban muy rápidos. Mi primer putt descendente se fue 5 metros del hoyo. Un test de putt sensacional.

El hoyo 2 es el primer par 3 de la enorme serie de pares 3 que disfruta este campo. Un par 3 con green inferior, con agua a la derecha. La bola a la izquierda del green rodará mansamente al mismo, pero para proteger el tiro hay que evitar un búnker en este lado. El green es un espectáculo de movimiento.

El hoyo 3 cuenta con otro green maravilloso.  A la izquierda de la foto se puede ver el green del hoyo 2. La calle está en una ligera subida hasta el green, pero no es un hoyo largo. Es mejor ir por la izquierda de la calle para atacar el green.

Esta es la entrada del green del hoyo 3, con una escapatoria en caída un bunker protegiendo el tiro. Quedarse corto tiene peligro, bien porque hay un bunker o por la escapatoria en bajada, pero quedarse largo obliga a puttear cuesta abajo. Gracias Sr. Colt.

En el hoyo 4 nos encontramos otro hoyo buenísimo, un dogleg espléndido donde hay que dejar la bola por la parte izquierda para poder tener un tiro franco a green (ciego). Uno de los mejores segundos tiros del campo, desde una depresión, hay que pegar 150 metros de fade para poder dejar la bola en green. El green te recibe en diagonal, y tiene caídas más que interesantes.

El hoyo 5 tiene una salida semiciega pero franca. El green, cuyas caídas me recordaron a una silla de montar, se cruza con la salida desde el hoyo 6, por lo que conviene esperar a que el partido de delante salga. Este cruce tan raro no es el inicialmente proyectado por Colt: el hoyo 6 original era más corto.  Este es el green del 5 y la salida del 6, en cuesta abajo hacia un green elevado.

Desde el tee del hoyo7 se pueden ver los greenes del hoyo 6 (en primer plano) y del hoyo 3 (más al fondo). Y más al fondo la bahía de Santander y el mar. El hoyo 7 es otro par 3 relativamente corto, con green en diagonal de derecha a izquierda y donde el peligro está en los bunkers que protegen al green. Además la pendiente del green tiende a llevar la bola a la entrada , por lo que tiros largos cuentan con putts en cuesta abajo y fuerte caída. Un buen hoyo tipo Redan.

Llegamos al 8, uno de los hoyos más impresionantes del campo, y quizá de los más bonitos de España. Un par 4 en dogleg de izquierda a derecha, enmarcado por la derecha por la ría y las montañas. El tiro ha de superar una pequeña vaguada para atacar un green enorme. Una belleza.

El 9 es un par 5 ascendente, relativamente sencillo, que cuenta con un green alargado, con unas vistas preciosas sobre Somo. Más abajo se contempla el campo nuevo del club, 9 hoyos diseñados por Severiano Ballesteros en 1992.

El hoyo 10 es un par 3, un monstruo de 171 metros en subida, donde irse a la derecha del green es mala idea. Este hoyo no es tampoco el que proyectó Colt: el inicial iba perpendicular a la pendiente a un green elevado. El 11 es otro par 5 también relativamente sencillo en ligera pendiente descendente, donde el peligro es fallar por la derecha.

El hoyo 12 es un par 3 más corto, y el 13 es un par 4 largo y ascendente, a otro green bien protegido por bunkers, con vistas preciosas sobre Somo. El 14 es una salida semiciega donde probablemente no sea necesario machacar la bola con el driver. La calle cae fuertemente hacia el green. Cuando coronamos la colina, disfrutaremos de unas vistas sensacionales del green, el Palacio de la Magdalena y el faro de la isla de Mouro, que da la entrada a la bahía de Santander. Este paseo hacia el green es, sencillamente, glorioso.

El hoyo 15 es el último gran par 3 del campo: 180 metros descendentes, donde mejor lanzar la bola por la izquierda para que la pendiente lleve la bola al green. Otra pequeña joya del diseñador.

En el 16, otro hoyo magnífico, el último par 5 del campo, el peligro está en que el segundo tiro es ciego, por lo que hay que saber por donde disparar para dejar la bola en calle y atacar un green que debe superar una pequeña vaguada. El tiro a green vuelve a ser estéticamente impresionante. Hay un obstáculo de agua que no se ve bien y que puede destruir nuestras esperanzas. Otro green rapidísimo nos espera.

El hoyo 17 es un dogleg acusado de izquierda a derecha. Lo más curioso es que la calle tiene un piano enorme. Lo lógico para tirar a green es quedarse por la parte izquierda de la misma, cualquier otro punto no da acceso directo al green, ya que los árboles nos taparán el tiro.

Y por último el 18 es un par 4 ascendente, donde el green cae bastante de derecha a izquierda. Hay que ir mejor por la parte derecha de la calle. La salida está en alto junto a una curiosa gruta de piedra llena de mosquitos.

La visita al golf de Pedreña está justificada sólo por el hecho de que Severiano Ballesteros se formara como jugador en este campo. Pero además se disfruta de un gran campo de golf, un recorrido clásico, no largo y con unos greenes espléndidos y vistas sensacionales. Un oasis golfístico en una Cantabria muy floja en cuanto a campos de golf se refiere.

Golf Sant Joan, Sant Cugat del Vallés (Barcelona)

25 de julio de 2012 11 comentarios

Golf Sant Joan es un campo público ubicado entre Sant Cugat del Vallés y Rubí. El campo se inauguró en 1994, y es diseño de Severiano Ballesteros. Según se dice en la web, nació «de la voluntad de la Real Federación Española de Golf y la Federació Catalana de Golf, de construir un campo cerca de Barcelona; con el objetivo de promocionar y popularizar el deporte del Golf.» En la foto, la casa club.

Es algo difícil entender porqué la Federación quiere promocionar un deporte tan atractivo con un campo sádico y complicado como éste. Un campo donde los amateurs con handicaps altos sufrirán una vuelta infernal, física y golfísticamente. Es un campo muy difícil donde no es raro perder alguna bola. Y los desniveles son brutales, por lo que jugar sin buggie supone un esfuerzo notable. Conozco gente a la que le gusta el recorrido: es muy asequible y un gran campo para entrenar, ya que físicamente equivale a jugar dos vueltas. Pero no para principiantes, que disfrutarán más en otros campos más fáciles (Vilalba, por ejemplo).

La finca es apta para un recorrido por la montaña. No sé porqué razón Seve aceptaba construir campos en lugares imposibles. No es el único campo de Seve que conozco cuyo pecado es el terreno a emplear para proyectar un buen campo de golf; vease Los Arqueros o Santa Marina, dos recorridos similares. Seve hizo lo que pudo, y hay hoyos preciosos, pero aún así el resultado es un campo difícil y con demasiados elementos más que discutibles: tiros ciegos en muchos golpes, excesivo fuera de límites en juego, bosques espesos muy cerca de las calles estrechas, calles en desnivel que favorecen tiros hacia obstáculos de agua o fuera de límites, desniveles brutales, barrancos, etc.

Los nueve primeros hoyos, diseñados inicialmente, son con todo mucho mejores que los segundos nueve, construidos en 2004. Aún así el club está facilitando el recorrido recientemente. Jugué el campo hace varios años y lo recordaba aún más duro. Se han limpiado barrancos, acercado tees y agrandado calles. Y los greenes están en perfecto estado de mantenimiento. Para el precio (irrisorio) es una magnífica opción de golf. Pese a sus limitaciones, es un campo divertido y técnico, que obliga a ser muy preciso. Comento algunos hoyos con fotos:

Esta es la salida del 1, uno de los tees que ha sido adelantado unos 40 metros. Nos recibe una calle… más bien una montaña en fuerte pendiente. El green no se ve, pero está en dogleg hacia la derecha. El hoyo exige un hierro largo para no salirse, aunque permite a los valientes un tiro más certero con madera por la parte derecha de la calle, pero con un riesgo enorme. Otro problema añadido es el stance que tendremos para tirar a green, que probablemente no sea plano. Fallar por la derecha es ir a un bosque espeso, pero por la izquierda o largo es tener que dropar. El segundo golpe es a un green ligeramente en alto con dos grandes bunkers a su derecha. En definitiva, un mal hoyo para empezar una vuelta: intimidatorio, con riesgo de perder bolas y truquero.

El hoyo 2 también ha inaugurado un nuevo tee mucho más adelantado. No es un hoyo complicado, salvo los bosques que acompañan la calle a la izquierda y a la derecha. Nos recibe un green de gran tamaño.

El hoyo 4 tiene una salida ciega hacia una vaguada descendente, donde no debemos pasarnos. Por la izquierda, fuera de límites. El hoyo hace dogleg hacia la derecha, y si llegamos a calle disparamos un hierro largo a un green elevado. Un buen tiro, que exige precisión y distancia.

El hoyo 5 es uno de los mejores hoyos del campo. Un par 4 con una salida donde hay que tirar a la izquierda de un buen bunker de calle que recibe el tiro natural. Desde ahí en dogleg disparamos a un green elevado y bastante natural protegido por un bunker. El green disfruta de interesantes caídas.

El hoyo 6 ha pasado de ser un par 4 imposible (un hoyo que exigía un drive de 220 de carry para llegar a la calle) a un par 5 bastante más razonable. La calle es generosa, aunque no conviene ir al fuera de límites de la izquierda. Por la derecha hay un rough denso que me provocó una sucesión de golpes malos.

Este es el par 3 hoy 7, 150 metros pero con un desnivel notable que obliga a jugar uno o dos palos menos. Pasarse es malo porque hay un fuera de límites que te mata.

Después de dos hoyos más (donde nos acordamos del diseñador mientras escalamos la montaña hacia el tee del 9), llegamos al 9, un par 3 muy corto y de poca entidad. El hoyo 10 es un dogleg hacia la derecha, donde la inclinación de la calle (estrecha) lleva la bola hacia la izquierda, y donde un árbol nos obstaculiza una salida limpia. El segundo tiro es a un green elevado y protegido por bunkers.

Esta foto desde el tee del 11, par 3, donde se puede ver la calle del 17, y más al fondo Rubí y la espectacular silueta de Montserrat. El rough que rodea a la calle es bastante selvático, este es un campo para ir muy recto.

El hoyo 14 es un par 5 donde la diversión está en el fuera de límites que hay a derecha e izquierda en la salida. Exige un drive fuerte y recto. El green está elevado y protegido por bunkers a la derecha.

El hoyo 15 es un par 3 corto, de unos 130 metros, y con fuerte desnivel, enmarcado en el bosque de la finca. El green cuenta con un piano interesante. Un hoyo bonito.

El 16 es un par 5 muy estrecho y difícil (donde mandé dos bolas fuera de límites). La salida del hoyo 17 es más despejada, a una calle en alto, que cae de izquierda a derecha.

El hoyo 18 es un buen final. Son 280 metros en subida. Destaca el bunker en forma de S en la parte izquierda de la calle. Por la parte derecha hay un fuera de limites (el campo de práctica) Un buen drive entre los dos bunkers nos deja la bola a un pitch de distancia del green, uno de los greens más curiosos del campo, con una enorme plataforma en la parte central trasera donde suele estar la bandera y que hace que los putts tenga que superar un piano enorme.

Desde el tee del 10 se observa el green del 18 y, a la izquierda, las instalaciones del campo de prácticas. Al fondo Sant Cugat y toda la sierra de la Collserola.

¿Es un campo que mejora cuando lo juegas muchas veces? No lo sé, pero muchos de los lectores de este campo tienen fuertes opiniones al respecto…

La primera victoria de Seve en Royal Lytham & St Annes

17 de julio de 2012 2 comentarios

El Open Championship vuelve a Royal Lytham & St Annes. Un links venerable y curioso, donde no se ve el mar y sí carreteras, vías de ferrocarril y muchas casas victorianas de ladrillo rojo. No es el campo más bonito del mundo. Faldo dijo que es como jugar en una pequeña ciudad. Fue diseñado por George Lowe, el primer profesional del club, en 1886 y remodelado por Harry Colt al inicio de la década de los 20. Al igual que en Royal County Down, Colt fue llamado para reemplazar los greenes planos y hundidos en superficies algo más elevadas. Colt cambió varios greenes de sitio y creó nuevos tees de salida, añadiendo los doglegs que tanto le gustaban. En la foto, el icónico hoyo 18.

El campo parece un campo minado por bunkers: hay más de 200, es decir, algo más de 11 bunkers por hoyo. Algunos son profundos, muy profundos, como muestra Pablo Larrazábal en esta foto.

El campo es el único de la rotación del Open que empieza en un par 3. También es famoso por su final: 5 hoyos durísimos comparables a los de Carnoustie. Bernard Darwin escribió que «el campo es una bestia, pero una bestia justa».

En este campo fue donde Bobby Jones consiguió su primer Open Championship en 1926. Una placa celebra un famoso golpe desde una zona arenosa en el hoyo 17 (foto de aquí)

Tony Jacklin consiguió la primera victoria británica en 18 años en el Open de 1969, Gary Player ganó su tercer Open en 1974, Tom Lehman ganó en 1996 y David Duval en el 2001, aquel en el que Ian Woosnam empezó su ronda con 15 palos. Pero sobre todo este links es especial porque Severiano Ballesteros ganó dos Opens, en 1979 y 1988.

Su primer grande en Royal Lytham & St Annes lo consiguió un sábado de junio de 1979. Ya había quedado segundo en Royal Birkdale tres años antes en un Open Championship. Pero esta victoria fue la primera europea (no británica) en un Open desde 1907.

La victoria fue épica porque en la última jornada Seve empleó el driver en 9 salidas y sólo cogió una calle. En un campo como Lytham, con tanto bunker, es decir, con tanto bogey y doble bogey esperando al jugador errático, lo que hizo Seve es estratosférico. No tuvo el mejor lie en muchos segundos tiros, y sin embargo ganó con claridad.

Durante el torneo su bola cayó en 15 bunkers, y en 14 de ellos recuperó con sólo un putt. Y con el sand wedge con el que salió tan bien de bunker fue con el que hizo birdie desde un aparcamiento en el 16.

Y ese es el último y asombroso putt. Como dice el comentarista, la bola parecía que tenía un imán hacia el hoyo.