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Posts Tagged ‘Royal County Down’

Ballybunion (Old Course), Irlanda

29 de May de 2015 5 comentarios

En esta semana del Irish Open en Royal County Down, parece idóneo comentar otro campo mítico sede del torneo. Requiere una enorme determinación llegar hasta este icónico links en el suroeste de Irlanda. Las carreteras son estrechas y peligrosas, diseñadas para acoger un coche y medio en los dos sentidos. Y el campo, totalmente abierto al viento del océano, puede convertir la vuelta en un infierno. Pero merece realmente la pena el esfuerzo para jugar este campo y su hermano menos conocido, el Cashen Course. Si el tiempo acompaña, disfrutaremos un enorme día de dunas gigantes, viento huracanado, naturaleza salvaje y golf. En la panorámica, la calle y el green del 17 y del 18, con la casa club al fondo.

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El campo, siendo un links espectacular, data de 1893, aunque inicialmente fue considerado como «una madriguera de conejos bajo el pueblo, donde un golfista requiere de paciencia infinita y de un innumerable conjunto de bolas de golf». El routing actual data de 1982, cuando se construyó la casa club y el nuevo campo Cashen, diseño de Robert Trent Jones. El Old Course exhibe hoy una primera parte más floja, en especial los dos pares 5 seguidos hoyos 4 y 5 que se juegan al costado de unas horribles casas prefabricadas de veraneantes. (Palabra curiosa aquí, donde los veranos duran 5 minutos y van seguidos de fuertes inviernos, lluviosos otoños y siempre ventosas primaveras.) Pero el campo va mejorando hoyo a hoyo  y en cuanto entramos en las enormes dunas y los greenes contorneados empiezan a castigarnos, conseguiremos gozar de un espectáculo inigualable de links puro, con unos greenes excelsos ubidados en los lugares más insospechados entre dunas enormes. Un ejemplo: el green del 11, encajonado entre un pasillo de dunas.

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La casa club no impresiona por su aspecto tradicional: estamos ante un inmenso edificio de hormigón que más parece un ministerio del este. Eso sí, bien equipada y repleta de fotos icónicas y de recuerdos que dan fe de su historia. Tom Watson aparece como el gran referente de estos links. El hoyo 1 no puede ser más funesto: un ligero dogleg hacia la izquierda que debe apuntar a la derecha de los pot bunkers de la calle para no visitar un cementerio, que es (obviamente) fuera de límites.

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Un letrero nos indica que uno no debe entrar en el camposanto a buscar bolas perdidas. Un incentivo para los locales para visitar a sus parientes…

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El hoyo 2 nos entrega de lleno en el terreno de la excelencia más absoluta. Un enorme par 4 en dogleg hacia la izquierda y con un green simplemente impresionante, en las alturas de una duna espectacular. Desde el tee se intuye el green elevado en los cielos; aterroriza su lejanía. Hay que conseguir un gran drive para tener opciones de tiro a green razonables. El par es un gran resultado.

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El par 3 que continua es largo (más de 200 metros) y precioso. El green parece un flan desde las alturas de la duna, un l por lo que plantea muchas opciones de ataque. La parte derecha es la opción más segura. Una placa en el tee recuerda un hoyo en uno de Payne Stewart.

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Los dos pares 5 que continúan tienen la particularidad de volar los greenes anteriores desde el tiro de salida. Una decisión muy inteligente para ahorrar metros en el diseño del campo. El fuera de límites de la derecha no puede ser más feo. En la foto, la salida del 5 sobre el green del 4. Ojo con un bunker escondido en medio de la calle.

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El hoyo 6 es un dogleg precioso y descendente hacia un green junto al mar. El green recibe alargado y con forma de flan. Como casi todos los greenes, está en un plano distinto del de la calle. Esto hace que los approaches con viento sean complejos y que sea necesario ser creativo en los approaches. O estar muy fino con el putter. A derecha e izquierda de green no es muy recomendable ir.

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El tee del 7, otro gran par 4, está totalmente expuesto al huracán del mar. La línea más agresiva va por encima de la playa para aterrizar en calle. El green es alargado y estrecho. Para dar una idea del infierno meteorológico que puede ser este campo, hay un green de invierno para cuando hay tanto viento que se hace imposible patear en el green.

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El hoyo 8 es un par 3 muy corto, de menos de 120 metros. Pero el viento azota por la espalda y el green tiene más curvas que una silla de montar, con escapatorias terroríficas a la derecha. Varios pot bunkers cavernosos amenazan. Un grandísimo par 3, que da idea de la excelencia en aprovechar unas dunas salvajes.

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El hoyo 9 es un reto infernal. Es un hoyo largo, con una salida en alto, un agujero extraño en medio de la calle y un green elevado y estrecho que resulta infernal. Sufrí un auténtico partido de tenis entre los dos lados de la calle. Algo parecido le pasó a Sergio García en el Irish Open del 2000, donde se hizo 9 golpes.

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La salida del hoyo 10 es semiciega, hacia una plataforma en una duna cercana. La calle girará ligeramente hacia la izquierda.

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Desde ahi un wedge bastará para un green también movido.

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El hoyo 11 es un impresionante par 4. Paralelo al mar, azotado por el viento, con una calle escalonada y serpenteante que vas descendiendo hacia un valle natural. La vista desde el tee de salida es gloriosa.

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El green está elevado y oculto entre dunas, una preciosidad natural.

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El par 3 hoyo 12 nos vuelve a enfrentar a un green enclavado en una duna elevada.

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Otro gran hoyo continúa, un par 5 espectacular. El río Kitty cruza por delante del green planteando la duda de si tirar a green o quedarse corto. Otro green elevado respecto de la calle recibe con mucha superficie. La foto está desde una duna gigantesca que tapa parcialmente la calle.

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Dos pares tres seguidos continúan. El primero no es muy largo, pero tiene un green con fuertes pendientes en ambos lados.

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El siguiente es mucho más largo y serio y además se hace casi contra el viento del mar. El green cuenta con dos partes muy diferenciadas.

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Y para terminar tres hoyos memorables. El primero es un par 5 en dogleg tremendo hacia la izquierda desde una salida en alto. Una colina-duna marca el borde de la calle.

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El segundo tiro se juega en un valle precioso entre dunas, y con el viento soplando con fuerza de cola.

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El 17 es un par 4 con una salida espectacular. La calle desciende majestuosa y natural hacia la izquierda. Las dunas son de un tamaño increíble.

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El green entre dunas es bastante plano y cuenta con los contornos en barranco de este campo. También destaca un pot bunker frontal temible.

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El 18 se suele despreciar como hoyo final, pero a mi me pareció un gran final de golf. La calle gira hacia la derecha desde un tee que casi sobrevuela el green del 17. Un gran bunker espera al jugador al final de la calle. El green está tras la dunas en la línea del bunker y es alargado y estrecho. Otro hoyo muy especial para terminar.

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Noordwijkse Golf Club (Noordwijk), Holanda

13 de julio de 2014 6 comentarios

Sobre las dunas de esta localidad costera ubicada a 45 minutos de Amsterdam se ha jugado al golf desde 1915, cuando el campo de Noordwiijk se creó con 9 hoyos en su recorrido. Afortunadamente, el campo original fue transformado en una urbanización y un parque público. Y digo afortunadamente porque gracias a esto se pudo construir, en 1972, este links salvaje entre las dunas vírgenes de la costa y a través de un denso bosque de pinos. Un recorrido de 18 hoyos reconocido como el mejor de Holanda y, en algún ranking, el segundo de Europa Continental. En la foto, el fantástico green del hoyo 15.

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Frank Pennink, su diseñador, fue un jugador amateur holandés notable, autor de éxito sobre golf. Su libro Golfer’ Companion, una guía de campos británicos, le llevo a ser arquitecto de éxito, asociado a nombres tan célebres como Donald Steel y Cameron Sinclair. Pennick también diseñó en Europa el campo de Vilamoura en Portugal.

En un país con tanta densidad de población sorprende encontrarse un links tan puro y tan salvaje, un campo que parece que siempre haya estado ahí, donde la única casa que se ve es la muy modesta casa club. Otro rasto de civilización: se intuye un carril bici que discurre paralelo por el bosque a algunos hoyos. La sensación de aislamiento y naturaleza (y más de un tiro ciego) son similares a la que se puede vivir en otro links perfecto, Royal County Down. El campo es un links perfecto y un parque zoológico. Yo nunca me había topado con una familia de ciervos pastando: aquí los vemos disfrutando de la vida en las proximidades del green del hoyo 1.

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Aunque el mar no se ve desde los hoyos, se escucha su rumor durante toda la vuelta. Y sobre todo se percibe por el viento, el complemento ideal de un buen links que hará volar la bola y que azota calles y greenes endureciéndo este suelo arenoso. Hay que cambiar el chip (es decir, hay que chipear más) a la hora de atacar greenes y banderas: la bola va a rodar mucho. Si a esto añadimos greenes elevados con amplias escapatorias y cavernososos bunkers, el reto golfístico se puede poner muy serio. En la foto, el green del hoyo 9.

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El campo de prácticas está ubicado entre las calles del 1 y del hoyo 9, y para llegar a él tendremos que tener cuidado en evitar las bolas de salida del hoyo 1, un par 4 en ligero dogleg hacia la izquierda y con salida en alto. De hecho el tee apunta directamente hacia las casetas del campo de prácticas. No está el lugar ideal, y parece que hay planes ambiciosos de rediseño del campo en el futuro.

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El hoyo 2 es un par 5 fantástico con una salida en la que hay que salvar una zona de espeso rough. El único obstáculo de agua, un estanque pequeño, se oculta por la parte derecha de la calle a la altura del drive. La calle serpentea arrugada en ligero dogleg hacia la derecha. El segundo tiro será ciego y debe superar una enorme duna que oculta el camino al green.

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Ya desde lo alto de la duna atacamos a un green elevado con una escapatoria importante. El espectáculo es sobrecogedor. No hacen falta muchos bunkers para proteger al green. Basta con un inmenso montículo en su parte derecha.

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Un par 3 relativamente corto continúa. La sorpresa está en que empezamos a ver muchos árboles: sin dejar la duna, nos adentramos en un espeso bosque, donde jugaremos los hoyos 4 al 7, 11 y 12.

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El siguiente hoyo par 4 es el handicap 1 del campo. Este dogleg hacia la derecha tiene un fuera de límites por toda su parte izquierda y una vaguada llena de árboles y con un rough denso por la derecha. Hay que poner la bola en calle. El hoyo asciende en toda su longitud a un green elevado con un fuerte falso frente. El par es recibido con una gran sonrisa.

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El hoyo 5 es un dogleg hacia la derecha. Es obligado ser preciso con el driver y poner la bola en la parte izquierda de la calle para poder tener tiro a bandera. La calle desciende de forma abrubpta hacia un green rodeado de pinos. Estamos ya en pleno bosque: no hay margen de error fuera de calle.

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El hoyo 6 es un par 3 intimidante entre pinos. El green es tremendamente movido y el tiro no es nada claro por la presencia de tantos árboles y arbustos que ocultan parte de su superficie.

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Después el hoyo 7 nos va sacando del bosque. Aunque sea relativamente corto, el tee de salida entre árboles no deja más opciones que buscar la calle lo más recto posible en este dogleg hacia la izquierda.

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Además de los árboles, un bunker de calle y dos pot bunkers cerca del green obstaculizan nuestros deseos de llegar pronto al agujero.

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El hoyo 8 nos enfrenta a otra salida ciega. El hoyo gira completamente hacia la izquierda por lo que hay que cerrar la bola por encima del borde de la calle y la duna para alcanzar la calle. Los pegadores disparan directamente por encima de la duna en un tiro precioso y lleno de suspense.

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Desde lo alto de la duna no vemos más que dunas y golf. Una calle abollada y un green con dos bunkers nos recibe, además, con un fuerte viento en contra. IMG_5903

Para terminar la primera vuelta, un largo par 5 recto normalmente contra viento cruzado. Paralelo al mismo discurre el hoyo 10, un par 4 también recto con viento de cola, donde la calle cae fuertemente a la altura del driver a una enorme vaguada, dándonos la oportunidad de alcanzar distancias notables.

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El green del hoyo 10 vuelve a lucir un falso frente e importantes escapatorias por su parte izquierda y trasera. No hacen falta muchos bunkers para complicar el par.

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El hoyo 11 es un maravilloso par 5 corto. La estrechez del tiro de salida es evidente desde el tee, además de dos pot bunkers de calle.

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Desde las cercanías del green el hoyo asciende vertiginosamente hacia un green pequeño y colgado entre las dunas y los árboles. El green, aunque parezca plano, cuenta con una caída constante que ilumina cualquier putt.

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Después de un par 3 jugado desde las alturas y contra el sol, el hoyo 13 nos devuelve a los links con un par 4 temible. Tee de salida agobiantemente estrecho, calles onduladas con mucho peligro por la izquierda y un temible pot bunker protegiendo al green. Desde la foto no se percibe este obstáculo de arena, pero realmente puede causar pesadillas.

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El hoyo 14 es un extraordinario par 5 que serpentea entre dunas a un green elevado. Una nueva tipología de hoyo en un campo en el que todos los hoyos tienen su carácter especial, aunque manteniendo una coherencia general. La salida gira hacia la derecha y más tarde el green se esconde en lo alto de una duna en la parte izquierda de la calle.

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El 17 es un precioso par 3 entre las dunas, largo y tenso. Y para terminar, un glorioso hoyo final que asciende hacia la casa club en un suave dogleg hacia la derecha. Es un hoyo excelente para terminar: un par 4 francamente largo que obliga a dos golpazos para poner la bola en green evitando los dos bunkers de calle y otro pot bunker junto al green. En verano se puede gozar de estas vistas hasta casi las 10 de la noche, disfrutando de una campo de golf muy especial.

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Los mejores campos de golf del mundo: La opinión de los arquitectos

25 de julio de 2013 1 comentario

La revista Golf Course Architecture ha publicado recientemente un ranking de los mejores campos de golf del mundo. Rankings hay muchos, así que otro ranking más… ¿qué puede aportar ?

Lo interesante es que este ranking es resultado de una encuesta exclusiva entre 240 arquitectos de campos de golf. Es decir, expertos profesionales del diseño de campos, los verdaderos artistas que transforman un terreno de links, un vertedero, un bosque o un prado abandonado en una obra de arte para el disfrute de los jugadores.

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El ranking ha confiado en la profesionalidad y criterio de los arquitectos, sin excluir que ellos se voten a sí mismos de forma descarada. Los resultados avalan estos resultados, ya que más de un 62% de los campos votados son campos históricos (de antes de 1960). Tampoco se han establecido intrincados criterios de clasificación, sino que se ha confiado en que cada votante defina su propio criterio y vote. Sí se preguntaba por los criterios empleados, y éste es el resumen de lo que define un gran campo: la localización parece importante (algunos emplazamientos son únicos, o la integración con el paisaje, o incluso el tiempo, es decir, la posibilidad de viento, lluvia y sol en una misma ronda), los greenes bien diseñados, la edad del campo (y cómo éste envejece como el buen vino), pero sobre todo y ante todo,  la diversión: un gran campo de golf es un campo divertido de jugar.

Otras consideraciones interesantes:

  • ¿Quién es el mejor arquitecto de campos de golf (el que tiene más campos en el top 100)? Los clásicos arrasan: el gran Harry S. Colt (con 14 campos del top 100), seguido por Old Tom Morris (10), Alister MacKenzie (8), Pete Dye (6), Tom Simpson (4), AW Tillinghast (4), Herbert Fowler (4) y Jack Nicklaus (4).
  • ¿Cuándo se diseñaron los mejores campos? La década dorada fue la de los 20, con 20 campos, seguida de la década de 1890s, con 15 campos. Desde 1980 hay una tendencia creciente por lo que parece que estamos entrando en una nueva edad de oro.
  • ¿Dónde están los mejores campos de golf? No hay sorpresas: el Reino Unido agrupa 42 campos (18 en Escocia, 17 en Inglaterra, 5 en Irlanda y 2 en Irlanda del Norte) y Estados Unidos,  41 campos. En España, 1 campo en el top 100.

Aquí está el Top 100 (click aquí para ver el informe completo):

  1. St Andrews (Old), Scotland
  2. Cypress Point, USA
  3. Pine Valley, USA
  4. Augusta National, USA
  5. National Golf Links of America, USA
  6. Royal County Down, Northern Ireland
  7. Shinnecock Hills, USA
  8. Pebble Beach, USA
  9. Royal Dornoch, Scotland
  10. Royal Melbourne (West), Australia
  11. Muirfield, Scotland
  12. Turnberry (Ailsa), Scotland
  13. Ballybunion (Old), Ireland
  14. Oakmont, USA
  15. Pinehurst (No.2), USA
  16. Sand Hills, USA
  17. Royal Portrush (Dunluce), Northern Ireland
  18. North Berwick, Scotland
  19. Kingsbarns, Scotland
  20. Pacific Dunes, USA
  21. Merion (East), USA
  22. Sunningdale (Old), England
  23. Lahinch, Ireland
  24. Carnoustie, Scotland
  25. Kingston Heath, Australia
  26. Royal Birkdale, England
  27. Royal St Georges, England
  28. San Francisco, USA
  29. Cruden Bay, Scotland
  30. Seminole, USA
  31. Winged Foot (West), USA
  32. Crystal Downs, USA
  33. Kiawah Island (Ocean), USA
  34. Prairie Dunes, USA
  35. TPC Sawgrass, USA
  36. Portmarnock, Ireland
  37. Gleneagles (Kings), Scotland
  38. Muirfield Village, USA
  39. Riviera, USA
  40. Swinley Forest, England
  41. Royal Troon, Scotland
  42. Chicago, USA
  43. New South Wales, Australia
  44. Castle Stuart, Scotland
  45. Valderrama, Spain
  46. Bethpage (Black), USA
  47. Whistling Straits (Straits), USA
  48. Metropolitan, Australia
  49. Friar’s Head, USA
  50. Tobacco Road, USA,
  51. Walton Heath (Old), England
  52. Royal Aberdeen, Scotland
  53. Sunningdale (New), England
  54. Morfontaine, France
  55. Utrecht De Pan, Netherlands
  56. St Andrews (New), Scotland
  57. Spyglass Hill, USA
  58. Royal Liverpool, England
  59. Prestwick, Scotland
  60. Maidstone, USA
  61. Barnbougle Dunes, Australia
  62. Woodhall Spa (Hotchkin), England
  63. Trump International, Scotland
  64. Royal Cinque Ports, England
  65. Casa de Campo, Dominican Republic
  66. Western Gailes, Scotland
  67. Machrihanish, Scotland
  68. Noordwijk, Netherlands
  69. Mid Ocean Club, Bermuda
  70. Royal Lytham & St Annes, England
  71. Cape Kidnappers, New Zealand
  72. Los Angeles (North), USA
  73. The Country Club, USA
  74. Shoreacres, USA
  75. European Club, Ireland
  76. Harbour Town, USA
  77. Formby, England
  78. The Island, Ireland
  79. Baltrusol (Lower), USA
  80. Monterey Peninsula (Shores), USA
  81. St George’s, Canada
  82. Saunton (East), England
  83. Pasatiempo, USA
  84. Bandon Trails, USA
  85. Chantilly, France
  86. Rye, England
  87. The Berkshire (Blue), England
  88. Cabo Del Sol, Mexico
  89. St George’s Hill, England
  90. Wentworth (West), England
  91. Capilano, Canada
  92. Fishers Island, USA
  93. Loch Lomond, Scotland
  94. Kinloch, New Zealand
  95. Olympic Club (Lake), USA
  96. Torrey Pines (South), USA
  97. Peachtree, USA
  98. Shadow Creek, USA
  99. Honors Course, USA
  100. Woking, England
Categorías: Arquitectos, Campos, Casa Club Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Royal County Down (Championship Links), Irlanda del Norte

5 de julio de 2013 5 comentarios

En mi último viaje de golf por Irlanda he podido conocer dos campos excepcionales: Royal Portrush y Royal County Down. Ríos de tinta derramados y miles de pintas de cerveza testigos de cómo miles de golfistas debaten hasta la extenuación y durante décadas una cuestión golfística fundamental: cuál es mejor de los dos. Para muchos, incluido Golf Digest, Royal County Down es el mejor campo del mundo fuera de Estados Unidos. Un links salvaje, la mejor combinación de belleza estética y brutalidad golfística. No es casualidad ver la misma firma en ambos campos: Old Tom Morris y Harry Colt.

Leo que el primer trazado de 18 hoyos lo realizó Old Tom Morris (1890), aunque el campo es prácticamente obra del capitán del campo George Combe (a principios de siglo) y posteriormente por Harry Vardon (en dos visitas, 1908 y 1919) y por Harry Colt (1925). La huella de Colt es reconocible en los pares 3 del recorrido. Donald Steel hizo algunos cambios a los hoyos 16 y 18 en 1997. Pese a la intervención de los diseñadores, la sensación predominante es que estamos en un links absolutamente natural, una reliquia victoriana perfecta. Quizá el links más salvaje que he jugado. El triunfo de la civilización sobre la selva. En un emplazamiento privilegiado, con vistas a las montañas de Mourne, el campo luce una orografía muy accidentada entre dunas, lo cual obliga a ir muy recto desde el tee de salida. Además muchos tiros son ciegos, por lo que si no estamos finos podremos perder muchas bolas. Muy aconsejable jugar con caddie o con alguien que conozca el campo, o en su defecto con un stroke saver. Encontraremos en este paseo entre dunas muchos bunkers con barbas, infinidad de arbustos de todos los colores, vistas increíbles y unos greenes fantásticos, muy duros como es norma en links. Aunque para un campo con esta fama y con este precio, la velocidad de los greenes que jugamos fue muy lenta e impropia de su categoría. Esta es la vista desde la calle del 1, que está prácticamente pegada a la playa de la bahía de Dundrum.

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Los primeros nueve hoyos son caviar puro, 9 joyas durísimas. El hoyo 1 es un par 5 franco, recto y sin demasiados problemas atacando a un green alargado. Es básico empezar bien porque estamos en uno de los hoyos más sencillos del recorrido.

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El hoyo 2 discurre recto y paralelo a la playa. Primer drive ciego aunque a una calle ancha. La gracia está en que si no estamos en el centro de la calle no veremos el green, que queda tapado por dunas. Un enorme bunker también aterroriza al golfista pusilánime. La foto es mala porque en cada hoyo tuvimos una estación diferente: aquí pasamos del verano al otoño-invierno. Hay que tener mucha paciencia y ropa cómoda para todas las condiciones posibles.

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El green del 2, además de varios bunkers cercanos que lo escoltan, está bien elevado en un área con abundantes caídas y escapatorias. No me quiero imaginar lo que es este campo con greenes rápidos: una masacre.

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Esta maravilla es el grandioso hoyo 3, par 4 natural donde los haya, con al menos 10 bunkers totalmente naturales. Como siempre la calle es el sitio donde hay que estar. Es un hoyo fantástico porque tienes miles de formas para llegar al green, pero sólo con la bola larga en la izquierda uno tiene visión del green en su segundo tiro.

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Si hasta ahora hemos tenido el viento a favor, el hoyo 4 lo jugamos con viento en contra. Un espectacular par 3 de 180 metros, con el sello de Harry Colt, que sobrevuela desde un tee elevado un mar de jaras y arbustos y con las montañas al fondo.

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El green del 4 es largo y estrecho. Está escoltado por 9 bunkers en su parte frontal y derecha. El Stroke Saver dice que como todos los greenes en este campo, los putts que caen del frente hacia el fondo tienen a caer hacia el mar.

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El hoyo 5 nos enfrenta a otro drive ciego en el que hay que apuntar a una piedra blanca y rezar. Aquí el problema no es sólo que el tiro sea ciego, sino que la calle va en diagonal. Nuevamente la ondulada calle parece bombardeada de bunkers por todas partes.

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Otro par 4 sigue con salida semiciega. El green es quizá el más pequeño del campo. No hay que pasarse nunca del green porque la duna se tragará la bola.

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El hoyo 7 es el par 3 más corto del recorrido. El green está elevado por lo que el viento azotará bien. Hay que tirar la bola a la parte frontal del green por la derecha, porque si no se marchará por las escapatorias que tiene a la izquierda o al fondo y el par será muy complicado.

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Otro hoyazo sigue: el 8 es un par 4 ascendente muy largo, con bunkers protegiendo la salida tanto con viento a favor como en contra. Un green estrecho y elevado y con muchas caídas.

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Y para terminar, el hoyo quizá más famoso del campo, no por su salida que es ciega, sino por lo que se ve al llegar a la cima. Una salida muy curiosa, única; hoy no se diseñan hoyos así. Un poste marca la línea a seguir: hay que pegarle duro y por esa línea para tener esperanzas de llegar a la calle.

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Desde la cima se extiende la calle ligeramente hacia la izquierda. Podemos admirar la casa club enmarcada en las montañas. Dos bunkers y una duna protegen la entrada del green a unos 40 metros del mismo, aunque parezcan mucho más cercanos al green. Una primera vuelta gloriosa y que me castigó con dureza.

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Comento algunos hoyos de la segunda vuelta. El hoyo 11 es otra salida completamente ciega y donde un poste marca la línea para superar una duna y llegar a una calle que gira ligeramente a la derecha. Lo que no contamos es que las barras no estaban en su sitio teórico: 4 drives perfectos y 4 bolas a un rough denso y complicadísimo.

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Seguimos hacia el segundo par 5 del recorrido. La calle hay que visitarla para tener opciones. Desde el segundo tiro vemos el green y varios bunkers escalonados hacia el, recibiendo las bolas que no vayan muy rectas. Hay que pensárselo dos veces para atacar este green desde lejos.

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Para mi, el hoyo 13 es el mejor del campo. Un dogleg de izquierda a derecha maravillosamente estratégico. Ante nosotros una calle ancha y alcanzable con madera. Podemos intentar ganar metros y visibilidad del green por la izquierda, pero si cerramos la bola en exceso nos espera un rough selvático. Si decidimos tirar por la derecha en dirección al bunker de calle, nos quedará un tiro ciego y muy largo al green.

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Desde la esquina del dolgeg avistamos el green, protegido por la izquierda por un bunker (hay otro en la derecha que no vemos). Podemos ver las barbas de los búnkers, que penalizan de verdad. Este green, metido en un anfieteatro de dunas, es diabólico y hacer tres putts es la norma. El arco iris apareció para enmarcar este prodigioso hoyo.

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Esta es la vista del hoyo 13 desde detrás del green, donde se puede ver lo amplia que es la zona derecha del green, y por la derecha elevada, la calle del hoyo 15.

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Después de un hoyo así uno se quedaría a jugarlo de nuevo, pero nos toca otro extraordinario par 3, desde un tee elevado. Un bosque de pinos encuadra el golpe de un green muy difícil de puttear (otra vez). Los tres hoyos finales retornan en dirección a las montañas. El hoyo 15 tiene un tiro precioso a una calle ascendente que luego gira hacia la derecha. Hay que hacer volar la bola y conseguir avanzar para tener oportunidad de llegar al green de dos golpes.

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El hoyo 16 es un par 4 corto y llegable por los muy pegadores (no es mi caso). Mucho ojo con los arbustos de la derecha o izquierda porque perdemos bola seguro.

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El hoyo 17 nos enfrenta a un par 4 ligeramente ascendente. Si pegamos la bola bien podemos acabar en un pequeño obstáculo de agua en medio de la calle (que no se ve desde el tee de salida).

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Para terminar, un par 5 exigente donde hemos de negociar desde el tee de salida 18 bunkers que acompañan a la calle. Curiosamente el green no necesita bunkers, le basta con las caídas tremendas que tiene y por un arbusto que lo protege en su parte izquierda. Un final duro para este gran campo de golf.

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El honor de Tom Morris

24 de septiembre de 2012 7 comentarios

Es una de las imágenes más icónicas del golf. La fotografía de un anciano, vestido con un basto traje de franela, con gorra de tweed, que agarra un palo como si fuera un azadón, en un bunker pero con los zapatos impecablemente lustrados. El viejo luce una barba blanca densa. Mira a la cámara con un gesto de infinita tristeza. Es el viejo Tom Morris.

Old Tom fue el primer profesional de club del mundo. Fue greenkeeper de los links de St Andrews durante 39 años. En esos años transformó el Old Course en un campo perfecto. Diseñó más de 60 campos, cobrando siempre lo mismo: una libra por día de trabajo (a menudo necesitaba sólo un día para diseñar un recorrido de 18 hoyos). Su firma aparece en los links clásicos más renombrados: Carnoustie, Royal County Down, Royal Dornoch, Macrihanish, Muirfield… Fue un jugador notabilísimo, ganador de 4 Open Championships y de miles de torneos amateurs. Fue padre de Tom Morris, el primer profesional, es decir, el primer golfista dedicado en exclusiva a su profesión. Entre padre e hijo ganaron 8 de los primeros 12 Open Championships. Sus vidas aparecen descritas en un libro estupendo, «Tommy’s Honor«. Su autor, Kevin Cook, transforma una conocida fotografía en blanco y negro en un relato apasionante de dos vidas increíbles, y con ello nos cuenta cómo empezó todo en el mundo del golf.

Old Tom empezó su carrera como aprendiz en el taller de Allan Robertson, fabricando «featheries», las primeras bolas de golf de cuero relleno de plumas. Un trabajo artesanal: un buen artesano podía fabricar tres bolas al día. También fue un jugador notable. El golf en aquella época era un deporte de apuestas, y Old Tom ganó mucho dinero en partidos con caballeros, es decir, con la alta sociedad cuya ocupación principal era divertirse. El libro explica las diferencias de clase y la enorme influencia que tenían en sus vidas. Los Morris no eran unos caballeros; fueron unos sirvientes. De hecho Old Tom jamás pudo entrar en la sede del R&A.

Old Tom jugaba el campo cada día. Odiaba las vueltas de más de dos horas de duración. Jugaba de forma notable pero tenía yips con los putts cortos. Paradójicamente fue mejorando a medida que se hacía viejo.

Cuando aparecieron las primeras bolas de resina, las gutta percha, Allan Robertson debió sentirse como el CEO de Kodak cuando aparecieron las cámaras digitales. Se opuso frontalmente a ellas. Prohibió a Old Tom su uso. En un partido en el que se quedó sin bolas, Old Tom utilizó durante algunos hoyos una bola de gutta percha. Esto le costó el despido.

Old Tom se marchó a vivir a Prestwick, un links de 12 hoyos al oeste de Escocia, para construir y mantener el campo. Allí descubrió el método para tratar los greenes (relato ya contado en este post sobre top-dressing). Años más tarde regresó a St Andrews y convirtió al Old Course en el campo más famoso del mundo. El libro cuenta cómo transformó el campo: el nuevo green del 18, dejando la depresión del Valle del Pecado; los tees de salida, el tamaño de los greenes, incluso la creación de una barrera para impedir inundaciones con la colocación de los cascos de varios barcos y su hundimiento en arena.

El título del libro gira en torno a las circunstancias terribles que envolvieron el súbito fallecimiento de de Tom Morris Jr. en 1875, con sólo 24 años. Tom Morris Jr. fue el segundo de sus hijos (el primero murió siendo un bebé). Creció en St Andrews y jugó al golf de manera desconocida hasta entonces, inventando golpes jamás vistos. Un jugador sensacional.

Una lectura muy recomendable.

La primera victoria de Seve en Royal Lytham & St Annes

17 de julio de 2012 2 comentarios

El Open Championship vuelve a Royal Lytham & St Annes. Un links venerable y curioso, donde no se ve el mar y sí carreteras, vías de ferrocarril y muchas casas victorianas de ladrillo rojo. No es el campo más bonito del mundo. Faldo dijo que es como jugar en una pequeña ciudad. Fue diseñado por George Lowe, el primer profesional del club, en 1886 y remodelado por Harry Colt al inicio de la década de los 20. Al igual que en Royal County Down, Colt fue llamado para reemplazar los greenes planos y hundidos en superficies algo más elevadas. Colt cambió varios greenes de sitio y creó nuevos tees de salida, añadiendo los doglegs que tanto le gustaban. En la foto, el icónico hoyo 18.

El campo parece un campo minado por bunkers: hay más de 200, es decir, algo más de 11 bunkers por hoyo. Algunos son profundos, muy profundos, como muestra Pablo Larrazábal en esta foto.

El campo es el único de la rotación del Open que empieza en un par 3. También es famoso por su final: 5 hoyos durísimos comparables a los de Carnoustie. Bernard Darwin escribió que «el campo es una bestia, pero una bestia justa».

En este campo fue donde Bobby Jones consiguió su primer Open Championship en 1926. Una placa celebra un famoso golpe desde una zona arenosa en el hoyo 17 (foto de aquí)

Tony Jacklin consiguió la primera victoria británica en 18 años en el Open de 1969, Gary Player ganó su tercer Open en 1974, Tom Lehman ganó en 1996 y David Duval en el 2001, aquel en el que Ian Woosnam empezó su ronda con 15 palos. Pero sobre todo este links es especial porque Severiano Ballesteros ganó dos Opens, en 1979 y 1988.

Su primer grande en Royal Lytham & St Annes lo consiguió un sábado de junio de 1979. Ya había quedado segundo en Royal Birkdale tres años antes en un Open Championship. Pero esta victoria fue la primera europea (no británica) en un Open desde 1907.

La victoria fue épica porque en la última jornada Seve empleó el driver en 9 salidas y sólo cogió una calle. En un campo como Lytham, con tanto bunker, es decir, con tanto bogey y doble bogey esperando al jugador errático, lo que hizo Seve es estratosférico. No tuvo el mejor lie en muchos segundos tiros, y sin embargo ganó con claridad.

Durante el torneo su bola cayó en 15 bunkers, y en 14 de ellos recuperó con sólo un putt. Y con el sand wedge con el que salió tan bien de bunker fue con el que hizo birdie desde un aparcamiento en el 16.

Y ese es el último y asombroso putt. Como dice el comentarista, la bola parecía que tenía un imán hacia el hoyo.

Links

18 de marzo de 2012 17 comentarios

(Ojo: muchos links, en este post, pero no los de internet, sino de los otros.)

Hay unos 30.000 campos de golf en el mundo. Según el libro «True Links«, de George Peper y Malcolm Campbell, sólo 246 pueden ser considerados como links. ¿Cómo se llega a semejante filtro?  ¿Qué es un links?

El British Golf Museum en St Andrews define un links como un campo de golf ubicado en «una franja de terreno cerca de la costa, …caracterizada por terreno ondulado, asociado a menudo a dunas, con tierra arenosa poco fértil y plantas indígenas (fescues, bents, sea lyme, marram) que, adecuadamente tratadas, producen el césped firme y duro que da forma a los links.»

Para los más radicales y tradicionalistas esta definición se queda corta. Un links, dicen, debe reunir 5 condiciones estrictas:

  1. El campo debe estar sobre el estuario de un río
  2. Es obligatorio que tenga vistas ocasionales al mar
  3. Debe tener pocos árboles
  4. Tiene que tener muchos bunkers
  5. Debe tener 9 hoyos de ida y 9 de vuelta, la ida hacia un punto lejano y la vuelta retornando a la casa club, como en el Old Course de St. Andrews.

Obviamente con criterios tan restrictivos muchos campos sedes del Open no estarían en esta lista. Carnoustie tiene muchos árboles, Royal Lytham & St Annes no tiene vistas al mar, Royal Portrush no tiene muchos bunkers (ni falta que le hacen) o el hoyo 9 de Muirfield retorna a la casa club. Y nadie discute que sean links.

Los autores del libro pasaron tiempo visitando campos y consultando a los expertos más renombrados del mundo para resolver esta cuestión fundamental. Después de sesudos y envidiados análisis, estos criterios son los que definen lo que es un links verdadero:

  1. El campo tiene que estar situado cerca del mar: aunque hay muchos links imitaciones en interior (Sand Hills en Nebraska, por ejemplo), no son links. Tampoco es un links la sede del US Open del 2015, Chambers Bay.
  2. Calles rápidas y duras, greenes también duros que favorezcan approachs tendidos.
  3. Terrenos abiertos y lo más naturales posibles, con invasión controlada de los arbustos.
  4. Debe tener casi todos sus hoyos como links. Esto excluye los campos con mucho arbolado, o los de la península de Monterrey en California (Spyglass Hill, Cypress Point, Spanish Bay…).
  5. Deben tener un terreno arenoso. Se excluyen los campo sobre acantilados (Pebble Beach, por ejemplo) porque están construídos sobre un suelo más arcilloso. Los links deben drenar perfectamente.
  6. Deben estar expuestos a los elementos, en particular al viento.
  7. El clima debe ser frío, porque en climas cálidos la hierba suele ser bermuda y requerir mucha agua de riego, y todo esto retiene mucho la pelota. Recientemente se están construyendo campos en climas tropicales (Bahamas, México…) con un tipo de hierba (Paspalum) regable con agua de mar y que necesita poca agua. Este tipo de hierba duerme y amarillea con el frío, y normalmente los campos son regados abundantemente para recuperar su color, por lo que no se juegan con links.

El campo más icónico de la lista de links es, obviamente, el Old Course en St Andrews. La foto de arriba corresponde a su maravilloso green del hoyo 2.

¿Donde están los links verdaderos?

  • Escocia  84
  • Irlanda 58
  • Inglaterra 53
  • Gales 15
  • Nueva Zelanda 9
  • Australia 7
  • Estados Unidos 4
  • Holanda 4
  • Alemania 3
  • Suecia 3
  • Canadá 1
  • Sudáfrica 1
  • Francia 1
  • Dinamarca 1
  • Noruega 1
  • Bélgica 1

Los autores también ofrecen una lista de los 25 links más icónicos del mundo:

  1. Ballybunion (Old Course) en Irlanda, cuyo hoyo 11 aparece en la primera foto.
  2. Brora (al norte de Escocia)
  3. Carnoustie Championship (Escocia)
  4. County Louth (Irlanda)
  5. Cruden Bay (Escocia)
  6. Lahinch (Irlanda)
  7. Muirfield (Escocia) – En la foto superior con una casa, los bunkers que saludan al hoyo 8
  8. Nairn (Escocia)
  9. North Berwick (West Links) en Escocia
  10. Portmarnock (Irlanda)
  11. Prestwick (Escocia)
  12. Royal Aberdeen (Escocia) – la segunda foto.
  13. Royal Birkdale (Inglaterra)
  14. Royal County Down (Irlanda del Norte)
  15. Royal Dornoch (Escocia)
  16. Royal Liverpool (Inglaterra)
  17. Royal Lytham & St Annes (Inglaterra)
  18. Royal Porthcawl (Gales)
  19. Royal Portrush (Dunluce Links) en Irlanda del Norte
  20. Royal St. George’s (Inglaterra)
  21. Royal Troon Old Course (Escocia)
  22. Royal West Norfolk (Inglaterra)
  23. Rye (Old Course) Inglaterra
  24. St Andrews New Course (Escocia)
  25. Turnberry (Ailsa Course) Escocia

Harry S. Colt, el patriarca de los arquitectos

12 de marzo de 2012 16 comentarios

Tengo pendiente escribir una entrada (o varias) sobre el club de golf Sant Cugat, donde soy socio (actualizo: ver post y routing original). He estado leyendo sobre su diseñador, Harry Shapland Colt, el patriarca de los arquitectos de golf británicos y posiblemente el más importante arquitecto de la historia del golf. En este cuadro de A. Wardlow de 1894 posa como miembro del R&A, es el caballero en primer plano que mira a la derecha debajo del obelisco.

He leído Creating Classics: The Golf Courses of Harry Colt. La portada corresponde al hoyo 5 del campo de Sunningdale, campo que hizo en 1922. Cuanto más leo más asombrado estoy de que nuestro club esté firmado por arquitecto tan ilustre. Este dato incluso pasó desapercibido durante bastante tiempo. En otra entrada hablaré de la historia del club y lo que queda del diseño de Colt.

Harry S. Colt, un abogado inglés nacido en 1869 y fallecido en 1951, jugador notable, desarrolló muchos campos en Inglaterra, trabajó en Europa y en América. Pasó una semana en Pine Valley durante la cual realizó contribuciones decisivas al diseño de este campo. Su contribución exacta en este campo, quizá el mejor de USA, es un tema largamente debatido, pero sin duda tuvo un rol decisivo. En Escocia trabajó el Eden Course de St Andrews. Y también contribuyó a diseñar Royal County Down en Irlanda del Norte.

Su habilidad en el diseño estratégico crearon las bases para la explosión del golf y la época dorada del mismo. Casi todos los grandes arquitectos de campos deben su influencia a su trabajo y sus libros, conferencias y cartas. Para él la prueba esencial era si un gran campo podría pasar el test del tiempo.

Colt introdujo varias innovaciones: por ejemplo fue el primero en realizar planos de trabajo, con detalles constructivos e instrucciones detalladas del proceso de construcción. Se le atribuye (aunque otros cronistas otorgan el mérito a Old Tom Morris) el haber inventado el mejor amigo del golfista: el dogleg, como una forma de retar al jugador y forzarle a elegir la mejor ruta al green. Siempre pensaba en cómo forzar al jugador a pensar en el lugar idóneo para el drive de salida, nunca una calle ancha y fácil. Fue un pionero en plantear que un buen diseño debe obligar al jugador a emplear todos los palos de la bolsa. Fue el primero en integrar casas dentro de los campos, que es como se debe hacer (ahora se suelen integrar campos dentro de urbanizaciones). También ejerció su influencia en el tipo de hierba y otras mejoras agrícolas que mejoraban el mantenimiento y la jugabilidad de los campos. Su trabajo definió una nueva profesión: la del arquitecto de campos de golf.

Cuando Colt comienza a trabajar, los campos de golf del interior de Inglaterra no estaban precisamente pensados para encajar en su entorno y padecían de escasa imaginación en su diseño: campos planos y anodinos, con greenes planos y pocos bunkers. Incluso algún iluminado hacía campos extravagantes, con greenes cuadrados o rectangulares, por ejemplo. No resistían comparación con los links de las islas británicas. Su trabajo dejó varias obras maestras como Royal Portrush (en la foto), el New Course en Sunningdale, Royal Lytham & St Annes (sede del Open Championship de 2012), Muirfield, Wentworth y Royal Worlington, un gran links en el interior.

Su lista de colaboradores es espectacular: Nombres como Hugh Alison (que trabajó en USA y sobre todo en Japón, y de diseños más sádicos que Colt), John Morrison (cuyos campos destacan en Francia) o Alister MacKenzie (diseñador que trabajó en Australia y en USA, firmando con un tal Bobby Jones un campo llamado Augusta National). Todos, en sus inicios, discípulos y aprendices de Colt.

Colt siempre buscaba que los campos se mezclaran con el paisaje, que parecieran naturales. Como si fueran producto de la naturaleza, no de la excavadora. Para mi éste es el mayor arte del diseño: como el artista que convierte una roca en una escultura, rescatar un campo de golf de un prado salvaje, como si siempre hubiera estado ahí. Instalar la civilización en la naturaleza de la manera menos agresiva. Buscaba campos movidos, con calles en dogleg, movimiento en los greenes, movimiento en las calles. Al fin y al cabo la naturaleza no dibuja calles rectas o greenes planos. Evitaba siempre primeros tiros ciegos, le parecían un fracaso del campo. Aún así a veces colocaba tiros ciegos de segundo golpe, pero no demasiados. Cuando había montañas buscaba que los tiros siempre fueran diagonales a la misma, nunca directamente hacia arriba o abajo. Este es el impresionante tiro a green del 15 de Kennemer, uno de sus diseños holandeses.

Colt buscaba que desde la casa club partieran dos hoyos: así puedes tener el campo más o menos lleno en fines de semana. Para él el hoyo 1 debe ser razonablemente largo y fácil: nada peor que un primer hoyo en que los jugadores detengan el campo buscando bolas. Y el 18 debe ser un hoyo duro. El lay out mejor con 4 hoyos cortos (pares 3). Le gustaba también dejar un hoyo llegable con drive (un par 4 corto) con un green sobre una plataforma. Y permitía campos elásticos: muchos tees para permitir alargar o acortar el campo en función del jugador o del viento.

Colt era un mago en la selección de las ubicaciones de los greenes y del trayecto general del campo. Elegía primero estas ubicaciones y luego pasaba mucho tiempo buscando el mejor diseño que se adecuara a estos greenes. Le gustaba que el green fuera lo más natural posible, y que tuviese un barranco o una colina delante para dar interés.

El espíritu de Colt también se refleja en las formas de los bunkers. Todos los hazards artificiales deben parecer naturales. Márgenes irregulares y con rough, arena irregular. También prefería un conjunto de 3 o 4 bunkers pequeños y desperdigados antes que un gran bunker. Su filosofía no era castigar un tiro malo, sino retar al buen jugador. Obliga a pensar en la mejor línea de juego de ataque al green. La profundidad de los bunkers, siempre en función del riesgo. Este es el green – ataúd del 17 de Muirfield.

Una de sus particularidades es que era un maestro de los pares 3. Algo común a todos los campos que diseñó Colt: siempre cuentan con una gran serie de pares 3. Este es el de Kennemer, en Holanda. No hace falta ningún bunker para defender el green.

En aquella época los greenes eran mucho más lentos de lo que son hoy, y el contorno de los greenes bastante más irregular de lo que se ve hoy. Sus greenes no eran pequeños: Colt siempre diseña pensando en un reto para el buen jugador, pero siempre pensando en la jugabilidad. Colt era consciente de que el jugador medio de golf era un hombre de negocios de mediana edad y handicap alto. Sus campos se disfrutan.

En España trabajó en Sant Cugat, en Puerta de Hierro y en Pedreña.

Esta es una foto fantástica del hoyo 9 de Puerta de Hierro, data de 1935 (gracias a Txomin Hospital). Se ve el green bien protegido por una huella de gato formada por multitud de bunkers irregulares que asustan.