Hoyos Clásicos: el hoyo Cape
El hoyo Cape, o el hoyo «cabo» en castellano, es un diseño muy repetido en todos los campos del mundo. Es el típico hoyo riesgo-recompensa, que ofrece muchas posibilidades desde el tee de salida para el jugador. Si queremos acortar hacia el green, más posibilidades de acercanos a la bandera con un hierro corto, pero más riesgo de irnos al agua. Ir por zona segura tiene el inconveniente de tener que tirar con un hierro largo a un green pequeño y rodeado de agua. En la foto, el diseño del Falcon’s Fire Golf Club, firmado por Rees Jones, que es un diseñador famoso por sus hoyos Cape. Estaremos ante un par 4 de media distancia donde el green pueda ser alcanzado por los pegadores. El problema es que el green está bien protegido por un obstáculo de agua que lo rodea. Además la calle abraza también otro obstáculo de agua. El jugador suele tener una línea diagonal de ataque a la calle, y puede arriesgar a acercarse más al green, pero con el peligro de irse al agua.
El primer Cape famoso es el 14 del National Golf Links of America, la obra maestra de Charles Blair Macdonald, dicen, porque jugar este campo privado es casi imposible. Este concepto original incluía también un green protegido por obstáculo de agua, aunque la mayoría de los Capes modernos no cuentan con este elemento de diseño. El tiro a green tiene la gracia, además, de tener un stance siempre difícil. Foto de aquí.
Un ejemplo de Cape moderno, notable y famoso es el 18 del TPC de Sawgrass, la sede del The Players, obra fetiche de Pete Dye.
Pete Dye, el diseñador diabólico
Pete Dye es un diseñador de campos americano a quien conocemos, sobre todo, por sus brutales diseños. Tuve la fortuna de jugar uno de sus campos, Pound Ridge, en Nueva York. Se dice que los campos de Dye son «dye-bolicos», es decir, retos temibles para el jugador más experimentado. Campos donde los pros sufren de verdad. Dye ha firmado muchas joyas famosas: el Ocean Course de Kiawah Island (sede de una Ryder y del PGA 2012 que ganó McIlroy), Casa de Campo (el más famoso es el Teeth of the Dog, aunque luego diseñó más en este complejo de la República Dominicana), Harbour Town (inconfundible su faro, ver foto más abajo), Whistling Straits (donde Kaymer ganó su PGA), Mission Hills en China y por supuesto el TPC de Sawgrass, con quizá el par 3 más famoso del mundo. Este hoyo es portada del libro «Pete Dye Golf Courses» que acabo de leer.
Una frase resume bien su alma de sádico torturador: «El golfista apasionado jugaría en el monte Everest si alguien pusiera una bandera en su cima… el golf no es un deporte justo, así que por qué construir un campo justo».
Para dar una idea de su dureza, la primera vez que se jugó el The Players en 1982, el TPC de Sawgrass acogió un plantel espectacular de jugadores, entre ellos 6 ganadores de grandes: Jack Nicklaus, Arnold Palmer, Lee Trevino, Johnny Miller, Lanny Wadkins y Hal Sutton sumaban 35 majors. Ninguno pasó el corte del torneo. La opinión de los jugadores tras el torneo no tiene desperdicio: «Nunca fui bueno parando un hierro 5 en el capó de un coche», dijo Nicklaus. JC Snead remató: «Este campo es un 90% estiércol de caballo y un 10% de suerte». A raíz de esta debacle, Dye suavizó el recorrido. Lo primero que hizo el ganador de aquella edición, Jerry Pate, fue tirarle al agua junto con el comisionado del PGA Tour Deane Beman. En la icónica foto, el momento en que Jerry se tira al agua.
Una breve reseña biográfica: nacido en 1925, lo primero que hay que decir es que Pete Dye se llama Paul D. Dye. Pero para diferenciarlo de su padre, se le llamó PD, que luego fue Pede y al final Pete. Fue un jugador amateur notable, y esto le permitió jugar el Old Course de St Andrews un British Amateur de 1963 (con 38 años). Su primera impresión del campo fue que era «un prado de cabras». Sin embargo fue progresando en el torneo y después de 7 vueltas empezó a entender la grandeza del campo. Desde ahí visitó todos los grandes campos clásicos escoceses, de donde copió muchas de sus ideas: los pot bunkers, por ejemplo, o el uso de traviesas de ferrocarril para limitar bunkers. (Pete Dye escribió un libro titulado: «Enterradme en un pot bunker«). En realidad Dye ponía bunkers de todos los colores y tamaños.
Pete Dye empezó su carrera profesional en el mundo del seguro, pero dejó la misma para hacerse diseñador de campos, junto a su inseparable mujer Alice (que colabora con él en todos sus diseños). Su primer campo data de 1961 (Dye tenía 37 años). Su método de trabajo es siempre el mismo: sin contratos, planos, maquetas en 3D o dibujos por ordenador. Dye trabaja con un apretón de manos y andando la finca durante innumerables días hasta que el campo se va formando en su mente. Es un artista meticuloso, con enorme atención al detalle, y que siempre presta una enorme atención a la estrategia de juego y a la estética del campo. Sus campos son un puzzle para el jugador: exigen rigor en el juego y precisión en cada golpe. Cada hoyo debe ser memorable.
Su primer gran éxito fue Harbour Town, uno de los campos más respetados de Estados Unidos. Dye se enfrentó a una finca plana y algo sosa y diseñó un campo memorable. Utilizó las encinas para bloquear entradas al green. En una época donde el gran Robert Trent Jones diseñaba campos con tees, bunkers y greenes enormes, Dye trazó greenes pequeños y pot bunkers (aunque en el 13 el bunker abraza casi completamente al al green).
Desde los 60 Dye ha diseñado más de 100 campos, casi todos en Estados Unidos.
La filosofía de diseño de Dye está explicada en su web. Transcribo sus ideas.
- Los campos deben ser jugables por todo tipo de jugadores, desde principiantes a profesionales. Hay que introducir jugadores nuevos y hay que retar a los que saben. Para ello Dye suele emplear hasta 5 tees de salida. Aunque hay que adaptarse al cliente: si el promotor quiere un campo difícil, Dye afilará el lápiz de diseño para crear un campo de pesadilla.
- La experiencia de golf debe ser memorable. El jugador debe ser capaz de recordar los 18 hoyos al terminar la vuelta. Hay que evitar hoyos vulgares o repetidos.
- Las calles deben de ser anchas. Un famoso arquitecto dijo: «Calles estrechas y hierba alta son los malos remedios a un diseño pobre». Dye sobre todo piensa en campos públicos, donde el juego lento es un problema. No basta con coger calles: hay que tirar el drive a una zona determinada de la calle para ir a por birdies.
- El golf se juega más agradable cuando es cuesta abajo. Da una mejor perspectiva del golpe.
- Dye también es acreditado por rediseñar de nuevo pares 4 cortos.
- Los greenes grandes reducen el stress sobre los mismos cuando hay mucho jugador. Eso al final favorece un uso reducido de fertilizantes y pesticidas, lo que redunda en un daño menor al medio natural.
- Dye también dice que trabaja de cerca con los greenkeepers y responsables de mantenimiento para que éste sea mínimo (en realidad todos los arquitectos dicen esto). Las caras de los bunkers deben poder favorecer la entrada de máquinas.
- También Dye deja amplias áreas nativas que no exijan mantenimiento. Son muy típicas sus «waste areas».
En el año 2008 Pete Dye ingresó en el Salón de la Fama de golf.
Cómo ganar un torneo después de perder un playoff
He visto recientemente un programa de «Academia Golf Plus» sobre psicología. El tema era la actitud que hay que tener para jugar un play off. Ilustraban los comentarios con lo que le ocurrió a David Toms en el The Players del 2011 (luego añado dos ejemplos más muy recientes). Toms llegaba a este torneo, el «quinto major», después de 8 años de sequía.
En el 16, un par 5, Toms, líder con un golpe de ventaja, arriesga para ir a green y se va al agua. Comete bogey, y K.J. Choi se pone co-líder. En el 17 Choi consigue un gran birdie y lidera por un golpe. Toms responde en el 18 y consigue con un putt de 8 metros un birdie buenísimo y van a jugar el play off. El lenguaje corporal de Toms es de alivio tremendo por no haber perdido un torneo que tenía en el bolsillo, y llega algo revolucionado al play off. Pierde cruelmente al fallar un putt de 1 metro en el 17 del TPC de Sawgrass.
La televisión entrevista a un hundido Toms: sus palabras son extraordinarias. Dice que está «feliz porque después de 8 años ha podido pelear por el triunfo», que ha jugado bien, que necesita mejorar el putt y que está muy satisfecho del trabajo de toda la semana.
La semana siguiente Toms gana el Crowne Plaza Invitational en el Colonial Country Club, y en la entrevista posterior dice: «Hoy le he echado agallas. He luchado y he ganado».
Este año hemos visto una situación similar, cuando Kyle Stanley perdió en Torrey Pines el Farmers Insurance Open en el playoff ante Brand Snedeker al irse al agua en el último hoyo. Al empezar el día tenía 5 golpes de ventaja. Está hundido pero sus palabras el lunes son positivas. La semana siguiente gana el Waste Management Phoenix Open.
El psicólogo de Canal+ Golf decía que en golf hay que aceptar que hay días malos y que son mayoría. No hay que dramatizar las derrotas. Así saldrán los buenos golpes.
Esta semana Louis Ousthizeen ha ganado el torneo de Malasia del Circuito Europeo después de perder un play off en el Masters. Creo que su victoria empezó a cimentarse escuchando la entrevista final en el Masters. Louis dice: «Un gran día, me lo he pasado muy bien, he jugado bien al golf, estoy contento, he podido luchar por el triunfo, grandioso golpe de Bubba…» Nada de «he jugado mal» o «esto es un desastre» o «no tengo nivel para ganar un major» .
Grande Louis Ousthizeen.
Pound Ridge – New York
(Junio 2011)
Esta semana he tenido que viajar a Nueva York por trabajo, y me quede un dia más. Normalmente mucha gente va a NY a ver turismo y de compras, pero yo quería jugar al golf en la ciudad o alrededores. Hace tiempo empecé a buscar cómo poder jugar en algunos de los míticos nombres del golf norteamericano.
Descubrí que mayor parte de los campos más famosos (Shinnecock Hills, Winged Foot, Liberty National, National Golf Links of America, Fisher Island, Oak Hill…) son privados. Esto quiere decir que sólo puedes jugar con un socio como invitado, no puedes comprar un greenfee como cualquier mortal. Esto restringe mucho las opciones a campos públicos, aunque los hay a docenas.
Se puede intentar jugar en Bethpage Black, el campo del US Open de hace dos años, pero para jugar hay que dormir literlamente en el parking para obtener los tee times libres que se reparten a las 6 am. O pagas un pastón a una empresa que te lleva en limousina (800 USD).
Al final y después de muchas búsquedas, acabé jugando en Pound Ridge www.poundridgegolf.com, un campo creado hace 2 años y diseño de Peter Dye, el mismo diseñador que creó el campo de Whistling Straits (donde Kaymer ganó su PGA), Casa de Campo, Ocean Course at Kiawah (sede de una Ryder), TPC Sawgrass (la famosa sede del The Players) o Harbor Town. Dye tiene fama de hacer campos duros, casi sádicos. Pound Ridge está a 1 hora de NY, en la frontera con Connecticut. Es lo más parecido a un parkland privado que se puede jugar, y ha recibido muy buenas críticas desde su creación.
Según leí en algún artículo, el campo está basado en el concepto de crear un campo publico de alta calidad para que el 70% de los greenfes los paguen las empresas que invitan a gente a jugar. Fenómeno muy popular en USA pero de escasa raigambre española, aqui se da mas la comilona o la caja de vinos en Navidad. También me contó el americano con el que jugué que el campo ha costado una fortuna considerable, y se nota. Por lo visto han necesitado 10 años de permisos y de convencer a ecologistas para construirlo.
El campo es espectacular, y parece mentira que tuviese sólo dos años de vida, porque parece que ha estado ahí desde hace siglos, en un bosque de robles centenarios. Además al parecer el terreno es muy rocoso, y en muchos hoyos ves rocas en los lados de la calle (o en medio, como en el par 5 hoyo 13). Prácticamente todos los tees son ciegos, casi nunca tienes una visión clara de la calle o de los bunkers. Hay cientos de bunkers repartidos por todo el recorrido, y cuando consigues llegar a la calle es muy raro que disfrutes de un stance plano. Los greenes, como las calles, son grandes y muy ondulados, pero sin los pianos exagerados que te encuentras en muchos campos. Nunca tienes un putt recto, siempre hay una o varias caídas sutiles.
El campo tiene 5 tees diferentes según el nivel que declares. Desde Negras es un campo de 7165 yardas, aconsejado para handicaps 0-4. Yo jugue desde «Granite», para HCP de 13 a 20, son 6261 yardas.
El servicio es buenísimo, tienes coche gratis (que no usé), tees, botellas de agua, libro de yardas… El campo cuesta 160 USD si reservas con 5 días o más de antelación, y alquilar palos sí que es caro, 70 USD. Inicialmente los greenfees eran aún más caros pero han tenido que rebajar sus pretensiones, supongo que por la crisis.
En definitiva, Muy recomendable!!!
Os adjunto algunas fotos. Si alguien va a NY y quiere jugar espero que esta referencia le sirva.
Una panorámica del 2 y el 3 con la casa club.
Esto es el green del hoyo 1, con lago detrás.
El par 3 del hoyo 15 recibe un green larguisimo y estrecho con una pared de roca detrás, hay que ajustar mucho el tiro (el tee esta en la parte izquierda de la foto)
Esto es lo que se ve desde el tee del 18, un monton de bunkers y a la izquierda, la calle, que tampoco se ve mucho.