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Golf de Chantaco, San Juan de Luz (Francia)

29 de septiembre de 2014 3 comentarios

No muy lejos de la frontera franco-española, en la localidad francesa de San Juan de Luz, se encuentra el golf de Chantaco: un campo clásico, muy bien conservado y un ejemplo de la excelencia de Harry S. Colt, quizá el más grande de los arquitectos clásicos.

Inaugurado en 1928, el campo está muy ligado al apellido Lacoste. Thion de la Chaume fue su primer presidente, seguido de su hija Madame René Lacoste, 13 veces campeona de Francia. Ella aseguró la supervivencia del club durante la guerra y su restauración en 1945. Su hija Catherine Lacoste, ganadora del US Open de 1967, también fue presidenta del club en 1974. Hoy la presidencia está en manos de Veronique Smondack, hija de Catherine.

Es un campo maduro, relativamente fácil, no muy largo (cosa comprensible por su edad) y muy, muy agradable de jugar. Un campo con cierto perfil movido, aunque sin pendientes excesivas. Colt aprovecha esta orografía para diseñar alguna gloriosa salida en alto, como en el hoyo 7. No hay demasiados bunkers; hay varios bunkers de hierba, una solución más benigna para el amateur que la arena. La segunda vuelta cuenta con obstáculos de agua aunque no obligan a tiros heroicos; siempre hay una ruta segura que evita el agua. Muchos elementos típicos de su diseño: calles movidas, doglegs, algún tiro ciego, greenes con falsos frentes, pares 3 extraordinarios… Aún así ignoro qué queda de Colt en este campo: el paso del tiempo y los comités suelen desvirtuar bastante el trabajo de los arquitectos.

Cuenta con instalaciones de prácticas para el honrado y honorable golfista: después de pagar en la casa club, te sirves los cubos de bolas que has pagado, sin control de nadie. Sospecho que en algún otro país eso sea sinónimo de bolas gratis… Otra curiosidad es que el caddy master exhibe una colección de insignias de todos los grandes clubes de golf del mundo (y desde mi visita cuenta con una más, la de mi club actual, la RSHECC).

El hoyo 1 es un par 4 totalmente plano de unos 350 metros de longitud. Estamos en un escenario muy similar al hoyo 1 del Old Course de St Andrews: una pradera anchísima que incluye las calles del 1 y del 9 y donde podemos pegar el driver a conciencia. Sólo un par de bunkers planos de calle nos puede molestar. Aquí no habrá colas para buscar bolas. Me parece el hoyo 1 modélico para acelerar un campo.

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El hoyo 2 es un par 4 en ascenso ya dentro del bosque a un green elevado y grande. Estamos en pleno bosque, por lo que sólo hay una opción: la calle.

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Una entrada a green que me recordó mucho a los greenes de Pedreña o de Sant Cugat, otros campos españoles de Colt: además de un bunker frontal protector, el frente del green es falso y que las bolas cortas caerán como en un tobogán. El green además está dividido por un nervio y con una pendiente constante hacia la entrada que implica putts con caídas francamente emocionantes.

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Otra de las señas de identidad de Colt son su serie de pares 3. En este caso, Colt ubica el green en lo alto de una pequeña colina. El tee está en otra colina adyacente, lo que obliga a llegar a green. Otro green con caída constante en toda su superficie.

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Después del un par 4 recto, el hoyo 5 es una maravilla de movimiento. Tras una salida semiciega, la calle desciende abruptamente hacia una vaguada. El green está en lo alto de la vaguada por el extremo contrario. El tiro es una maravilla.

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Espectacular salida la del hoyo 6 desde lo alto. Un par 5 para masacrar el driver. La calle gira ligeramente hacia la parte  izquierda. Un pequeño bunker de calle en la parte derecha de la calle y otro más grande en la derecha del green. El tiro de approach al green tiene su gracia porque la calle desciende hacia el mismo, y hay que botar bastante antes si queremos parar la bola en green.

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El hoyo 7 es un par 3 espléndido. Green en alto, con superficie inclinada y escoltado por dos bunkers en la derecha y mucho árbol en la izquierda. Posteriormente el 8 discurre en sentido contrario hacia un green alargado guardado por obstáculo de agua.

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Para terminar la primera vuelta, volvemos a la pradera del hoyo 1. Un par 4 sin mayor problema que los dos bunkers en la parte central de la pradera y las mansiones por la parte derecha.

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La segunda vuelta es más abierta, más sencilla, menos encerrada entre bosques, quizá con menos carácter que la primera. Tras un par 3 sencillo, el hoyo 11 es un curioso y discutible par 4 con una calle estrechísima que serpentea entre dos colinas. El green está en la parte derecha al fondo.

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Un par 3 corto continúa en una zona más abierta. El obstáculo de agua no debería entrar en juego salvo para los que piensen demasiado «no la tires al agua…».

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El hoyo 13 nos enfrenta a un par 5 recto y plano como una pista de aterrizaje y con obstáculo de agua por la parte derecha. Varios bunkers salpican el borde izquierdo de la calle. Es un hoyo para atacar el birdie.

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Ascendemos a un tee elevado para disfrutar de un grandioso par 3. El pequeño estanque en frente del green seguro que almacena infinidad de bolas. También hay bunkers rodeando el green.

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Otra preciosa salida en el 15, un par 4 en ligero dogleg y con calle ligeramente inclinada de derecha a izquierda. El green está guardado por un bunker en pendiente por la parte superior que impide el ataque por ese lado.

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El hoyo 16 es el último par 5 del recorrido. Una calle ancha, generosa donde el único problema es el pequeño estanque y arroyo que cruzan la calle antes del green. Este arroyo ofrece un interesante dilema estratégico: ¿intentamos llegar a green de dos o aseguramos el tiro antes del estanque para dejarnos 120 metros?

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Cruzamos la carretera para terminar el recorrido en los hoyos 17 y 18, junto al campo de prácticas. Son dos hoyos algo sosos, bonitos pero lejos de la altura de los de la primera vuelta. Enmarcado en las montañas del Pirineo, el 17 es un gran par 4 relativamente largo y con un green pequeño y bien guardado por bunkers y lomas. El 18 nos dibuja un pequeño dogleg hacia la izquierda a un green también pequeño y protegido por pequeñas lomas.

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Sede del Lacoste Ladies Open de Francia, Azahara Muñoz acaba de proclamarse campeona por segundo año consecutivo. Un vídeo del resumen con imágenes del campo:

 

 

 

El recorrido original del Club de Golf Sant Cugat

30 de enero de 2013 Deja un comentario

El año que viene el Club de Golf Sant Cugat celebra su centenario. El recorrido es obra del gran diseñador británico Harry Colt, autor también del recorrido de Pedreña o el de Puerta de Hierro en Madrid. Estuve indagando para saber qué queda del recorrido original de Colt: sobre el campo han pasado muchos años, muchas crisis e incluso una guerra. Estando en (casi) la misma localización, el routing es bastante diferente al que disfrutamos hoy. Además, el paso del tiempo y la naturaleza ha transformado lo que era una zona relativamente despejada al campo muy arbolado, corto para los estándares actuales y técnico.

El campo actual, totalmente urbano, discurre entre cuatro  zonas bien diferenciadas, y obliga a cruzar las calles de Sant Cugat para atravesar de una a otra zona del campo. Las cuatro zonas son:

  • La zona de la vía del tren, donde están los tres primeros hoyos y las instalaciones de prácticas.
  • La zona de la casa club, donde jugaremos los hoyos 4 al 7 (antiguos hoyos 1 al 4 antes de la última modificación)
  • La zona de montaña, que acoge los 8 hoyos del 8 al 15. En realidad hay 9 hoyos, y uno de ellos no se suele jugar: el par 3 «El Mirador» sustituye a un par 4 en verano.
  • La zona de la balsa, donde están los últimos 3 hoyos del recorrido.

He dibujado sobre una vista de Google Earth el mapa del recorrido actual, que fue modificado a finales del 2012. (Se puede agrandar la foto haciendo click sobre la misma)

Recorrido Sant Cugat

El campo se construyó en tres fases diferenciadas:

  • Fase I: Hoyos 1 al 9, en la zona de casa club y montaña.
  • Fase II: Ampliación con tres nuevos hoyos (entre 1920 y 1921), ubicados en la zona de la balsa.
  • Fase III: Últimos 5 hoyos, terminados en 1927, ubicados en la zona del ferrocarril.

¿Qué hay de Harry Colt en el recorrido actual? El diseño original difiere bastante del que se juega hoy. Este es el plano aproximado de la localización de los hoyos originales, más un comentario de los mismos (subrayando lo que queda de Colt):

Recorrido Sant Cugat Original WANTES

  • Hoyo 1: Un par 5 de 476 yardas. El tee de salida estaba cerca del actual tee de salida del hoyo 4, y el green estaba cerca del actual green del hoyo 5.
  • Hoyo 2: La salida de este par 5 estaba próxima al tee de salida del hoyo 6 par 3 actual. El green, pegado a una balsa existente entonces, y que discurría paralela a un camino que hoy es la Rambla de Rivera. El camino discurría por la zona arenosa actual, estando la carretera actual en los terrenos del golf.
  • Hoyo 3: El tee de salida de este par 4  estaba situado a unos 100 metros delante del actual green del hoyo 7. Desde ahí, cruzando la Rambla actual, el hoyo ascendía a un green ubicado cerca de los grandes cipreses actuales. El hoyo estaba bautizado como «Los Hilos», ya que las bolas golpeaban con frecuencia los tendidos de luz.
  • Hoyo 4: Un par 3, apodado «Tío Genaro», cuyo green se encuentra hoy ocupado en terrenos ajenos al club, tras la venta de los mismos en 1976.
  • Hoyo 5: Nuevo par 5, cuya salida estaba donde hoy hay una rotonda. El hoyo describía un pequeño dogleg e  iba a caer justo antes de llegar a la balsa de arriba del recorrido.
  • Hoyo 6: Con alguna pequeña variación el la localización del tee de salida, este es el actual hoyo «Mirador», marcado en en mapa del recorrido actual como hoyo 19 (ya que se suele jugar en los meses de verano).
  • Hoyo 7: Este par 4 descendente se apodaba «El Tobogán»: salía algo más abajo del green del “Mirador”, cayendo fuertemente hasta el actual green del hoyo 7 actual «Colchón». El green, aún así, no se construyó levantado como está hoy, sino que gozaba de memorables caídas.
  • Hoyo 8: Salía de la curva de la rambla de Rivera, cerca del roble y, superando la pendiente, iba a encontrar un green construido al pie del camino del refugio.
  • Hoyo 9: Nuevo par 5 recto, que, desde cerca del refugio, atravesaba toda la zona alta y cruzaba el camino a Can Trabal (actual Career Bisbe Morgades). El green estaba frente a la mina que separa los hoyos 16 y 18 actuales.
  • Hoyo 10: Similar al actual hoyo 16 «La Mina»; con el tee adelantado 50 metros.
  • Hoyo 11: Este par 3 nacía de la actual zona boscosa cercana al green del 10, junto a la riera, y ascendía más allá de la Calle Canadá a un green hoy en zona de casas.
  • Hoyo 12: Un buen hoyo riesgo recompensa: el tee estaba cercano al green del 11. Desde esta salida se bordeaba la balsa hasta ir a parar al actual green del 18. Los muy pegadores podían acortar por encima de la balsa.
  • Hoyo 13: Un hoyo muy similar al actual hoyo 1, «Los Bunkers», aunque el tee de salida estaba situado donde hoy está la calle Vila.
  • Hoyo 14: El mismo par 3 «Frontón» que se juega hoy.
  • Hoyo 15: El tee de salida estaba situado junto al green del “Frontón” e iba a parar a un green que estaba junto a la actual zona de prácticas de los infantiles.
  • Hoyo 16: Desde cerca del green del 15 salía un par 3 corto, hacia un green cercano al actual green del 1. El lago es posterior, antes había una riera cercana al green.
  • Hoyo 17:  Un par 3 que partía desde la mitad de la calle del hoyo 1 actual, hacia la zona de prácticas.
  • Hoyo 18: El tee de salida estaba detrás de la vía del tren, muy poco transitada en aquella época. El green estaba situado cerca de la casa club.

Esta es la tarjeta del recorrido original:

Tarjeta original St Cugat

(Lectores de más de 90 años que recuerden el campo original: por favor comenten esta descripción.)

 

Mi primera victoria del 2012

7 de julio de 2012 3 comentarios

Hoy he conseguido una vuelta de 81 golpes, 42 puntos stableford en el Trofeo «Pericos de Sant Cugat» celebrado en mi club.

Al terminar he estado a punto de hacer lo que hace el gran Fred Astaire (a partir del minuto 1 de este vídeo…)

 

 

Como mejorar tus resultados de forma inmediata

9 de junio de 2012 1 comentario

El golf es un deporte muy sencillo, pero por alguna razón cuesta mucho bajar de hándicap.

Había oído muchas recetas para mejorar los resultados de tus vueltas de golf:

  • La típica: dar cubos y cubos de bolas en el campo de prácticas. Es lento pero seguro.
  • Más rápida: contratar a un buen profesor y dar con él 35 clases. Quizá algo cara.
  • Los muy técnicos se pueden poner en manos de un profesor con trackman durante un mes. Conseguirán un gran smash factor.

Pero nada tan original como la que ha acometido un socio del Club de Golf Sant Cugat.

Harto de frustrantes resultados en el hoyo 16 «La Mina», el individuo en cuestión afrontó su problema de swing con enorme ingenio: hace dos semanas, agarró un cortacésped manual, se presentó en el tee del 16 y se puso a repasar el rough adyacente a la zona de aterrizaje hasta dejarlo más pelado que la piel de un melocotón.

Como dijo el torero «El Gallo» cuando le presentaron a Ortega y Gasset y le explicaron qué era ser un filósofo, «hay gente pa tó».

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Club de Golf Sant Cugat, Barcelona

13 de abril de 2012 3 comentarios

Explico el recorrido actual del Club de Golf Sant Cugat, campo que conozco bien, ya que soy socio desde el 2003. Y es un campo precioso que no me canso de jugar. Un diseño original de Harry Colt, modificado sustancialmente con la contribución, entre otros, del mismísimo Javier Arana. En otra entrada hablaré de estos cambios. El campo es muy corto para lo que es hoy un campo moderno de golf, de hecho se puede jugar sin drive. Es un parkland lleno de árboles y muy movido, par 69, campo técnico, con greenes rápidos y nobles. Un comercial del RCG del Prat me lo definió una vez como «un pitch and putt largo». Sin embargo, aunque no tenga los kilómetros del nuevo Prat, me parece infinitamente más divertido. Sorprendentemente mucha gente entiende que un campo bueno de golf tiene que ser larguísimo, imposible de jugar para amateurs. A mi me gusta disfrutar del golf, y en Sant Cugat lo pasas francamente bien. Yo creo que un buen diseño puede reemplazar a la distancia. En Sant Cugat, los pegadores no tocarán el drive o sufrirán. Los greenes son rápidos, y defienden bien los pares.

El campo está dividido en cuatro zonas diferenciadas, cruzadas por calles y carreteras del pueblo: los primeros 4 hoyos están en una zona plana. Del hoyo 5 al 12 estamos en la montaña. Cruzamos la carretera para jugar 13, 14 y 15. Y por último los tres finales en la zona aneja al campo de prácticas. Los rectores del club van a cambiar el orden de estos hoyos en breve (si no lo ha hecho ya), ubicando el hoyo 1 en el antiguo 16, de forma que el 18 sea un hoyo delante de la casa club. Describo el campo como lo he conocido siempre.

El hoyo 1, donde está la caseta del starter (en la foto) es un par 4 recto en leve bajada, con una pequeña depresión antes de un green elevado en plataforma que recibe en diagonal, y protegido por un bunker a la derecha y otro trasero. El tee de salida estaba elevado hace algunos años, igual que en el hoyo 2; ahora, con el tee rebajado, es una salida más larga y mejor. No es un hoyo sencillo, porque el green tiene su gracia y porque hay que salir muy recto.

Esta es la vista del green desde la calle del 1. Aunque acostumbro a pegar drive, lo más razonable es salir con un hierrito recto, porque si cierras la bola en exceso te vas a los árboles de la izquierda o peor. Si pegas un slice tremendo y vas a la derecha, te puedes cruzar a la calle del 4, a veces con tiro a green.

El hoyo 2 es un par 4 fácil, aunque la salida intimidará a los que no son locales. Realmente no se ve bien la calle porque se ha construido una casa a la izquierda de la salida, pero no entra en juego. El green al fondo está protegido por bunkers a izquierda y derecha, pero tiene una entrada noble. Antes del gran vendaval de hace algunos años más árboles estorbaban el tiro a green. Ahora es relativamente sencillo.

El hoyo 3 es un par 3 de unos 160 metros. Lo peor es irse a la izquierda, porque hay dos bunkers y sobre todo unos abetos que complican mucho el tiro. Este es el green del 3, al fondo está el green del 1.

El hoyo 4 es uno de los dos pares 5 del campo. Ojo con los ganchos porque puede uno visitar la calle, por encima de la valla que se ve a la izquierda. El mejor drive es en la parte derecha de la calle, si es posible en la plataforma superior. Luego un hierro 5 y un pitch a un green plano enorme. La marca de 100 está 10 metros retrasada (es decir, marca 106 metros a entrada de green, al menos eso me dice siempre el Skycaddie). Este green está protegido por dos bunkers a izquierda y derecha, y un tercer bunker a unos 40 metros del green que puede hacer sufrir al que lo visite.

El hoyo 5 es un par 4 en ligera subida. La salida buena es en la parte derecha de la calle porque el stance será más plano. Nada de quedarse corto de green, la bola bajará hasta una depresión a la derecha. El bunker de la derecha tampoco es muy buen sitio.  La entrada de green es fantástica, y con la bandera corta los putts en cuesta abajo tienen emoción. En la foto desde el green se ve parte de la calle y al fondo el green del par 3, hoyo 12.

El hoyo 6, otro par 4 corto con green elevado. La calle en diagonal a la pendiente, con lo que tendremos en el segundo tiro la bola más alta que los pies. La línea ideal es por la parte derecha de la calle, y que la bola ruede hacia la izquierda. El green tiene un piano enorme y esto decidirá el palo a jugar desde la calle. Protegido por dos bunkers, frontal derecha y lateral izquierda. Mal sitio el bunker de la izquierda, ya que desde sus profundidades tendremos un tiro ciego a green.

El hoyo 7 es un par 4 muy corto, donde la gracia es un green elevado y protegido por dos bunkers y sobre todo una parte frontal en pendiente. Si nos quedamos cortos nuestra bola volverá a la calle. Los pegadores pueden disparar a green.  Hoyo claro de birdie.

El 8 es un par 4 absurdo. Un tiro ciego de salida con un hierro largo o madera, a una calle en subida. Si pegamos drive nos pasaremos al fuera de límites. Después el green en dogleg a la izquierda. Desde el green se disfruta una vista del green del Mirador, un par 3 de 150m con un desnivel brutal que se juega en verano en lugar de este hoyo. Este green es una maravilla de Colt: cuenta con una pequeña depresión en la parte derecha de green que hará que cualquier bola corta tenga un approach complicadísimo.

El hoyo 9 es un par 4 en ligera bajada y dogleg a la izquierda. Hay que apuntar hacia un gran ciprés que está a 100 metros de green, abriendo ligeramente la bola. No demasiado que si no visitamos un bosque que protege las casas de la izquierda.

El 10, handicap 1, es un dogleg en 90 grados hacia la izquierda. Desde la calle tenemos un tiro a un green elevado, para mi el tiro más bonito del recorrido. Al fondo está la cabaña de Blas, donde podremos degustar deliciosas viandas regadas con un buen Aquarius.

Esta foto es desde el tee del 11, donde se ve el green del 10 elevado sobre la calle.

El 11 es un par 4 también en dogleg en 90º. Se sale con un hierro 4 o 5, apuntando a una casa con toldos verdes. No hay que intentar apurar por la izquierda porque se nos puede enredar el hoyo con los árboles. Después tendremos un wedge a un green algo más elevado y grande. Hoyo de birdie.

El 12 es un par 3 de 170 metros en bajada. El green está protegido por varios bunkers.

El hoyo 13, «La Mina», es un par 4 también corto. Apuntar al arbol de la derecha de la calle cerrando la bola. Desde ahí tendremos un tiro corto a un green protegido por bunkers.

El 14 es un par 3 corto, donde el green tiene dos pianos bien diferenciados. Esto nos decidirá la elección de palo. Ojo con las ramas de los árboles. Este par 3 es especialmente famoso porque aquí conseguí el primero de mis hoyos en uno (por ahora, el primero y el único).

El 15 «la Balsa» es un par 4 donde si uno cierra mucho la bola puede irse a la balsa. Lo ideal es tirar por la esquina de la balsa, ahí la calle tiene un fuerte desnivel y cualquier bola con esa dirección bajará mansamente al centro de la calle.

El 16, par 4, demanda una buena salida a la parte derecha de la calle, para tener un stance plano. El segundo tiro no debe ir a la derecha, donde hay un barranco que absorbe bolas. El hoyo 17 es un par 3 llamado «El Frontón», porque puede jugarse a la montaña de la parte izquierda del green y que la bola caiga rodando al mismo. Si no se queda enredada.

La salida del 18, «El Largo», es una de las pocas donde los hitters verán recompensada su potencia. Aunque el tiro natural es un fade al centro de la calle, los pros que vi jugar tiraban un draw por encima del lago para llevar la bola al centro de la calle y poder tirar de dos a green.

Este es el hoyo 18 desde la calle, a la izquierda el campo de prácticas y a la derecha el lago.

Y este es el green del 18, una pista de baile enorme donde podremos tener putts de muchos metros.

Javier Arana, el gran arquitecto español

25 de marzo de 2012 30 comentarios

De todos los aspectos que rodean al golf, quizá el más importante y el menos celebrado es el propio campo donde se practica. Un deporte cuya cancha de juego es siempre diferente debería otorgar los máximos honores a los artistas que diseñan los mejores campos. Hoy mi post para Javier Arana, al que siempre acompaña la coletilla «el mejor diseñador de campos en España», sin mayor comentario. Arana diseñó Aloha y Río Real, dos campazos donde jugué recientemente, y también colaboró en Sant Cugat, por lo que ya me interesó indagar sobre su obra. Es difícil encontrar mucha información en la red; me apoyo en mi experiencia de juego en sus campos y en un artículo fantástico de Alfonso Enhardt (en inglés) que podéis encontrar aquí.  He oído que Alfonso, jugador de Puerta de Hierro, está preparando un libro. Ya tiene un comprador. Actualización: el libro ya está en mi poder. Se puede pedir en este link

Es un prodigio que un regatista olímpico vasco, sin formación académica en ingeniería o arquitectura, en un país en desarrollo y bastante aislado, donde el golf era una rareza, haya conseguido semejantes cotas de excelencia sin contar con presupuestos millonarios, y sea un perfecto desconocido en nuestro país, sin reconocimiento alguno ni siquiera en círculos golfísticos, después de dejarnos tantas maravillas variadas por toda España.

Repasando su vida, tres desgracias le llevaron a convertirse en el mejor arquitecto español de golf:

– Primera desgracia: A quinientos metros de la meta, en los juegos olímpicos de Amsterdam de 1926, se le rompe el mástil de su barco. Resultado: abandona el mundo de la vela. El golf gana un gran jugador.

– Segunda desgracia: La guerra civil interrumpe una brillante carrera amateur, en la que se incluye participación en el Open Championship y varios triunfos internacionales. Durante la guerra aprende topografía,  conocimiento muy útil para trabajar en el diseño de un campo de golf.

– Tercera desgracia: La guerra arrasa varios de los campos españoles, y los diseñadores internacionales que los habían firmado (Colt, Simpson o MacKenzie) no estaban disponibles, así que Arana, que conocía los grandes campos británicos, europeos y argentinos, empezó a trabajar en su reconstrucción.

En 1940 empieza a trabajar en la reconstrucción del Club de Campo de Madrid, un campo de MacKenzie Ross de 1932 donde los bunkers de arena habían sido sustituídos por bunkers de guerra y que había quedado arrasado durante la batalla de la Ciudad Universitaria, una de las más cruentas de la guerra. Las obras se extienden hasta 1955. En 1946 se traslada a vivir a Barcelona y es donde su carrera despega: trabaja en Sant Cugat (aunque su contribución real es escasa), diseña un pequeño campo en Puigcerdá, remodela el campo de Pedralbes (hoy bajo el asfalto de la Diagonal) y en 1948 construye el Real Club de Golf de la Cerdanya.

A partir de la década de los 50, España despega económicamente y Arana trabaja con cierta regularidad: diseña El Prat en 1954 (hoy bajo las pistas del aeropuerto), el recorrido negro del Club de Campo de Madrid (1956), el campo Sur del Real Club de Golf Guadalmina (1959), el campo de la Galea de la Real Sociedad de Golf de Neguri (1961), Ulzama y Río Real (1965), el RACE (1967) y El Saler (1968). Su última obra maestra es Aloha, inaugurado en 1975, unos meses después de su muerte. En total nos deja 11 campos, pocos pero todos extraordinarios. Sus diseños cincuentones resisten comparaciones con campos más modernos firmados por arquitectos extranjeros más ilustres. Cualquiera que haya jugado en estos campos repite regularmente.

Arana era un perfeccionista y no toleraba interferencias en su trabajo: no aceptaba decisiones que afectaran a sus diseños ni imposiciones inmobiliarias. Su filosofía de diseño era construir campos jugables para cualquier jugador y no hay duda que lo consiguió: sus campos se disfrutan hoy por amateurs como yo y sirven de marco competitivo a torneos profesionales, donde el corte está en el par del campo (véase Aloha en el Open de Andalucía de este año). También pensaba mucho en el proceso de construcción y en el mantenimiento del campo: que el sistema de riego fuera adecuado, que hubiera agua, etc. No hacía grandes movimientos de tierra, más que nada para ahorrar costes. El 80% del campo lo da la naturaleza, y el diseñador debe alterar el 20% restante.

Sus campos son sobrios, equilibrados, largos, elegantes, con calles en movimiento siempre (pocas salidas rectas), por lo que la distancia no es la principal dificultad. Bien pensado el routing para no andar mucho entre green y tee. Con bunkers siempre en la salida del drive lógica, lo que obliga a jugar corto o a mover la bola. También le gustaba dejar árboles o en la entrada de los greenes para obligar a pensar al jugador, que tendría que pensarse dónde dejar la pelota para el segundo golpe; al parecer muchos de estos árboles fueron eliminados posteriormente por los propios campos que no entendían su propósito (ejemplo: el hoyo 3 del RACE). No suele haber situaciones con fueras de límites ajustados o muchos obstáculos o barrancos donde sea fácil perder bolas. Los greenes elevados, bien integrados en el terreno, amplios y rápidos con caídas evidentes pero sin himalayas. También le gustaba que el 17 fuese un par 3 complicado, un signo de su preferencia por el match play. Ejemplo evidente: el 17 en Aloha, llamado Obelix.

Las fotos de este artículo corresponden a campazos de Arana: Club de Campo, Río Real y El Saler. Ojala este post sirva para reconocer la contribución de uno de los más grandes arquitectos de España.

Harry S. Colt, el patriarca de los arquitectos

12 de marzo de 2012 16 comentarios

Tengo pendiente escribir una entrada (o varias) sobre el club de golf Sant Cugat, donde soy socio (actualizo: ver post y routing original). He estado leyendo sobre su diseñador, Harry Shapland Colt, el patriarca de los arquitectos de golf británicos y posiblemente el más importante arquitecto de la historia del golf. En este cuadro de A. Wardlow de 1894 posa como miembro del R&A, es el caballero en primer plano que mira a la derecha debajo del obelisco.

He leído Creating Classics: The Golf Courses of Harry Colt. La portada corresponde al hoyo 5 del campo de Sunningdale, campo que hizo en 1922. Cuanto más leo más asombrado estoy de que nuestro club esté firmado por arquitecto tan ilustre. Este dato incluso pasó desapercibido durante bastante tiempo. En otra entrada hablaré de la historia del club y lo que queda del diseño de Colt.

Harry S. Colt, un abogado inglés nacido en 1869 y fallecido en 1951, jugador notable, desarrolló muchos campos en Inglaterra, trabajó en Europa y en América. Pasó una semana en Pine Valley durante la cual realizó contribuciones decisivas al diseño de este campo. Su contribución exacta en este campo, quizá el mejor de USA, es un tema largamente debatido, pero sin duda tuvo un rol decisivo. En Escocia trabajó el Eden Course de St Andrews. Y también contribuyó a diseñar Royal County Down en Irlanda del Norte.

Su habilidad en el diseño estratégico crearon las bases para la explosión del golf y la época dorada del mismo. Casi todos los grandes arquitectos de campos deben su influencia a su trabajo y sus libros, conferencias y cartas. Para él la prueba esencial era si un gran campo podría pasar el test del tiempo.

Colt introdujo varias innovaciones: por ejemplo fue el primero en realizar planos de trabajo, con detalles constructivos e instrucciones detalladas del proceso de construcción. Se le atribuye (aunque otros cronistas otorgan el mérito a Old Tom Morris) el haber inventado el mejor amigo del golfista: el dogleg, como una forma de retar al jugador y forzarle a elegir la mejor ruta al green. Siempre pensaba en cómo forzar al jugador a pensar en el lugar idóneo para el drive de salida, nunca una calle ancha y fácil. Fue un pionero en plantear que un buen diseño debe obligar al jugador a emplear todos los palos de la bolsa. Fue el primero en integrar casas dentro de los campos, que es como se debe hacer (ahora se suelen integrar campos dentro de urbanizaciones). También ejerció su influencia en el tipo de hierba y otras mejoras agrícolas que mejoraban el mantenimiento y la jugabilidad de los campos. Su trabajo definió una nueva profesión: la del arquitecto de campos de golf.

Cuando Colt comienza a trabajar, los campos de golf del interior de Inglaterra no estaban precisamente pensados para encajar en su entorno y padecían de escasa imaginación en su diseño: campos planos y anodinos, con greenes planos y pocos bunkers. Incluso algún iluminado hacía campos extravagantes, con greenes cuadrados o rectangulares, por ejemplo. No resistían comparación con los links de las islas británicas. Su trabajo dejó varias obras maestras como Royal Portrush (en la foto), el New Course en Sunningdale, Royal Lytham & St Annes (sede del Open Championship de 2012), Muirfield, Wentworth y Royal Worlington, un gran links en el interior.

Su lista de colaboradores es espectacular: Nombres como Hugh Alison (que trabajó en USA y sobre todo en Japón, y de diseños más sádicos que Colt), John Morrison (cuyos campos destacan en Francia) o Alister MacKenzie (diseñador que trabajó en Australia y en USA, firmando con un tal Bobby Jones un campo llamado Augusta National). Todos, en sus inicios, discípulos y aprendices de Colt.

Colt siempre buscaba que los campos se mezclaran con el paisaje, que parecieran naturales. Como si fueran producto de la naturaleza, no de la excavadora. Para mi éste es el mayor arte del diseño: como el artista que convierte una roca en una escultura, rescatar un campo de golf de un prado salvaje, como si siempre hubiera estado ahí. Instalar la civilización en la naturaleza de la manera menos agresiva. Buscaba campos movidos, con calles en dogleg, movimiento en los greenes, movimiento en las calles. Al fin y al cabo la naturaleza no dibuja calles rectas o greenes planos. Evitaba siempre primeros tiros ciegos, le parecían un fracaso del campo. Aún así a veces colocaba tiros ciegos de segundo golpe, pero no demasiados. Cuando había montañas buscaba que los tiros siempre fueran diagonales a la misma, nunca directamente hacia arriba o abajo. Este es el impresionante tiro a green del 15 de Kennemer, uno de sus diseños holandeses.

Colt buscaba que desde la casa club partieran dos hoyos: así puedes tener el campo más o menos lleno en fines de semana. Para él el hoyo 1 debe ser razonablemente largo y fácil: nada peor que un primer hoyo en que los jugadores detengan el campo buscando bolas. Y el 18 debe ser un hoyo duro. El lay out mejor con 4 hoyos cortos (pares 3). Le gustaba también dejar un hoyo llegable con drive (un par 4 corto) con un green sobre una plataforma. Y permitía campos elásticos: muchos tees para permitir alargar o acortar el campo en función del jugador o del viento.

Colt era un mago en la selección de las ubicaciones de los greenes y del trayecto general del campo. Elegía primero estas ubicaciones y luego pasaba mucho tiempo buscando el mejor diseño que se adecuara a estos greenes. Le gustaba que el green fuera lo más natural posible, y que tuviese un barranco o una colina delante para dar interés.

El espíritu de Colt también se refleja en las formas de los bunkers. Todos los hazards artificiales deben parecer naturales. Márgenes irregulares y con rough, arena irregular. También prefería un conjunto de 3 o 4 bunkers pequeños y desperdigados antes que un gran bunker. Su filosofía no era castigar un tiro malo, sino retar al buen jugador. Obliga a pensar en la mejor línea de juego de ataque al green. La profundidad de los bunkers, siempre en función del riesgo. Este es el green – ataúd del 17 de Muirfield.

Una de sus particularidades es que era un maestro de los pares 3. Algo común a todos los campos que diseñó Colt: siempre cuentan con una gran serie de pares 3. Este es el de Kennemer, en Holanda. No hace falta ningún bunker para defender el green.

En aquella época los greenes eran mucho más lentos de lo que son hoy, y el contorno de los greenes bastante más irregular de lo que se ve hoy. Sus greenes no eran pequeños: Colt siempre diseña pensando en un reto para el buen jugador, pero siempre pensando en la jugabilidad. Colt era consciente de que el jugador medio de golf era un hombre de negocios de mediana edad y handicap alto. Sus campos se disfrutan.

En España trabajó en Sant Cugat, en Puerta de Hierro y en Pedreña.

Esta es una foto fantástica del hoyo 9 de Puerta de Hierro, data de 1935 (gracias a Txomin Hospital). Se ve el green bien protegido por una huella de gato formada por multitud de bunkers irregulares que asustan.

Hoyo en uno en movimiento

3 de febrero de 2012 Deja un comentario

Junio 2011

¿Qué probabilidad hay de hacer un hoyo en uno?
¿Y cuánta es si este hoyo además está moviéndose?

Ayer a las 11.30 de la mañana un golfista del club de golf Sant Cugat ejecutó un hoyo en uno sobre un hoyo en movimiento a 40 km/h, situado a unos 130 metros.
Si esto os deja anodadados, pensad que lo hizo con un drive.
Si tal hazaña os parece asombrosa, notad que además lo hizo golpeando una rama de árbol en su trayectoria.
Creo que el detalle insignificante de que lo hiciera sin querer no empaña semejante proeza.
Leed el relato de los hechos y contemplad las pruebas:

Salía de casa con mi flamante coche nuevo, con mi mujer y los niños, dispuesto a pasar un agradable día de domingo, y circulaba por la carretera que transcurre entre los hoyos 12 y 13 del golf de Sant Cugat. Cuando de repente… CATACROCK!!! Noté un objeto no identificado impactando de forma violenta sobre el coche.

Freno 50 metros más adelante, luces de emergencia, un poco jod*** porque el coche es nuevo, salgo del coche veo a un grupo de golfistas acudir hacia mi posición. Avanzo hacia la parte de delante y veo que la estrella frontal del mercedes ha desaparecido por el impacto. Mis ojos no dan crédito: encuentro la bola insertada y reposando en el agujero que deja la estrella en el frontal. Contemplad la posición de la bola (en una recreación fotográfica que hice más tarde).

El golfista se acercó pidiendo mil disculpas por su golpe y preguntando si estaba bien. Al principio reconozco que me asusté porque si paso un par de décimas de segundo después, la bola hubiera destrozado la luna del coche o hubiera podido incluso golpear a alguno de los niños. Pero ràpidamente y cuando vi la bola pensé que había sido testigo de uno de esos golpes irrepetibles, una hazaña que no alcanzará jamás ni el mismísimo Rory McIllroy.

Le dije que no había pasado nada, tomé sus datos para el parte y al final, le felicité calurosamente por su increíble gesta.

Un forero me afeó mi conducta: tendría que haberle regalado el coche.

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Peugeot Tour en Sant Cugat

3 de febrero de 2012 2 comentarios

(Abril 2011)

Hoy me he pasado por el tee del 1 del campo de Sant Cugat, para ver algunas salidas de los profesionales que están disputando el Peugeot Tour.
Ayer cerró como líder Alfredo García Heredia, con una vuelta de 10 birdies y dos bogeys.
He visto la salida de una de las grandes promesas del golf de futuro en España, Adrián Otaegui. Ayer se hizo un +2, y comentando con su caddie (creo que era su padre), me comentaba que jugó muy agresivo y que pese a ser un campo corto, la posición de las banderas está generando problemas, ya que si fallas la penalización es grande.
Adrián gano el British boys, el torneo más prestigioso para menores de 18, torneo que también ganaron Olazábal y Sergio. Sigue siendo amateur
Os adjunto un video (hecho con el móvil) de su salida

También hice algunas fotos  a su material


He visto 9 salidas del hoyo 1 (que en Sant Cugat es el 13). Un Par 4 de unos 300 metros.
– 3 la han puesto en el antegreen.
– 3 se han ido unos 60 metros a la derecha (a la calle del par 3 de la islita)
– 2 se han ido fuera de limites por la izquierda
– 1 se ha ido a la izquierda al rough alto

En fin que mucha potencia pero muy poquito control. Y digo yo… y salir con un hierrito al centro de la calle???? te queda un segundo golpe de 100 metros. ¿Por qué los profesionales lo juegan tan mal?