Los mejores pares 4 cortos del PGA Tour
Con el título de «El poder y la gloria» la revista GolfWorld publicó hace algunos meses una relación de los mejores pares 4 del PGA Tour alcanzables con el driver (por los pros). Con una longitud entre 250 y 300 metros aproximadamente, estos hoyos, casi siempre ubicados en los segundos nueve hoyos, suelen ofrecer una maravillosa combinación de gloria (eagle) y perdición (muchos bogeys). Por muy buenos jugadores que sean, son seres humanos, y pocos pros se resisten a la tentación del «puedo llegar…, pues nada, ¡a por el green!». Cada hoyo esconde multitud de dramáticas historias de ese jugador que malogró su vuelta por intentar alcanzar la gloria. La lista de hoyos es fantástica así que la transcribo añadiendo fotos y comentarios:
Hoyo 14 del Plantation Course en Kapalua (Hawai). Desde barras negras son 305 yardas, es decir, 279 metros. Se dispara al green más pequeño del recorrido. El campo es famoso por ser sede del torneo de los campeones, el Hyundai Tournament of Champions, el torneo que inaugura el año. Ojo al glorioso hoyo 18 final en bajada. Stuart Appleby ganó el torneo a pesar de cometer 2 de sus 7 bogeys en el SBS Championship del 2004 en este hoyo «fácil».
El hoyo 10 del Waialae Country Club, Honolulu, sede del Sony Open in Hawaii. Es el hoyo 1 del campo para socios, que se juega como 10 en el Sony Open. El torneo se celebra la semana posterior al Hyundai Tournament of Champions en el mes de enero. Adjunto el plano del mismo.
El hoyo 10 de Riviera Country Club en California. Todo un clásico del calendario. Pese a sus 315 yardas, en cada edición del Northern Trust Open este famoso hoyo causa tantos problemas que se le apoda el «par 5 más corto del mundo».
El hoyo 17 del Stadium Course – TPC Scottsdale en Arizona. El Waste Management Phoenix Open es el torneo más ruidoso del mundo, y su hoyo 16 par 3 es un espectáculo impresionante con más de 25000 aficionados en sus gradas, alguno con demasiadas cervezas. El 17 es el hoyo de la izquierda en la foto: los bunkers de calle están suficientemente lejos para intentar llegar al green, pero si el jugador cierra la bola se bañará.
El hoyo 14 de Quail Hollow Club, Charlotte (North Carolina). Sede del Wells Fargo Championship, que se celebra en la primera semana de mayo. En este divertido par 4, el agua aguarda a los valientes por la izquierda, protegiendo este movido y alargado green. Este campo acogerá el PGA Championship en 2017.
Hoyo 11 del TPC Four Seasons Resort Las Colinas en Texas. Sede del HP Byron Nelson Championship. Con la bandera a la izquierda de este green alargado, la bola debe volar por encima del agua. Pese a su escasa longitud, el hoyo suele ofrecer una media golpes superior a 4. En la foto, el sudafricano Rory Sabatinni intentando llegar a green.
Hoyo 15 del TPC River Highlands, Connecticut. Campo donde se juega el Travellers Championship la semana posterior al US Open. Con 296 yardas, es decir 271 metros, este es el par 4 más corto del PGA Tour. Además de multitud de bunkers a ambos lados de la calle, el hoyo se ataca desde un tee elevado a un green resguardado por agua en la izquierda y una colina de hierba altísima por la derecha. Encima de la colina hay casas, por lo que el fuera de límites entra bastante en juego. Un hoyo para ver varios eagles y muchos bogeys. La vista desde atrás da fe de la excelencia del green y de sus gloriosos contornos.
El hoyo 4 del TPC Boston en Massachusets. Sede del primer torneo de los play-offs de la Fedex Cup, el Deutsche Bank Championship. Con 298 yardas, el hoyo presenta un aspecto muy similar al hoyo 10 de Merion. Ir a green tiene su riesgo por el enorme bunker de entrada.
El Hoyo 15 del TPC Summerlin, Las Vegas cierra la serie. Sede del Justin Timberlake Shiners Hospitals for Children Open, que se juega después de los play-offs en octubre. Con 341 yardas, el green elevado está bien resguardado por 5 bunkers y por el desierto de Nevada.
Feliz 2014 a todos y que podamos disfrutar todos de muchas vueltas de golf con numerosos birdies.
El hierro de Sergio García desde la madera
«Juegue la bola donde repose», dice la norma. Y así hizo Sergio ayer en el hoyo 10 de la última jornada del Arnold Palmer Invitational. Brillante.
El putt más cruel del 2013
Metafórico resumen de la carrera de Phil Mickelson (y de lo que es este deporte) en este putt para conseguir un 59 en la jornada de ayer del Waste Management Phoenix Open, el torneo más ruidoso del mundo. Un momento espectacular. Un 60 siempre sabe a medalla de plata…
Los drivers blancos
Cuando salió al mercado el driver blanco, TaylorMade argumentó que el color blanco aumenta el contraste, lo que facilita una mejor alineación del jugador frente a la bola. Además, se decía, evitaremos molestos reflejos que a veces nos produce el sol.
Siempre me pareció un argumento un poco surrealista, uno de esos trucos de marketing que nos ayudan a justificar nuestro espíritu gastópata para racionalizar nuestros deseos de tener lo último.
Investigando sobre Gary Adams, encontré en la revista Golf Illustrated una explicación más interesante: Desde que TaylorMade arrebatara el liderazgo en drivers de metal a Callaway, su posición de dominio ha sido abrumadora. Al parecer, en el PGA Tour los pros que juegan drivers Taylor Made son más que los que juegan las marcas Callaway, Cleveland, Cobra, Nike y Ping juntas. Pero nadie lo sabía.
Así que los responsables de marketing tuvieron una idea genial para comunicarlo: la invención del driver blanco. Una forma efectiva de comunicar esta posición de dominio.
Tiger Woods, el diseñador del futuro
Con ocasión del anuncio del primer campo de Tiger Woods, analizo brevemente su trayectoria como diseñador.
Tiger empezó diseñando su propio campo de prácticas de juego medio y corto. Cuando se compró un terreno en Jupiter Island (Florida) en 2006, decidió transformar su jardín de 1,4 hectáreas en el campo de prácticas soñado para todo golfista. El campo replica las condiciones de terreno, bunkers y hierba que se juegan en el circuito. No hay tees, todo el campo sirve como tee para practicar tiros a los greenes desde ángulos diferentes: cualquier tiro de 135 metros del PGA Tour puede ser replicado en este campo. También se incluye un pequeño campo de prácticas para wedge, de forma que se pueden practicar tiros de entre 75 a 130 metros hasta la extenuación. Los greenes, cómo no, están perfectos para poder jugar el campo como pares 3. Este es el routing.
Tiger también proyectó diferentes contornos a los greenes para trabajar tiros de recuperación, empleando diferentes tipos de hierba y altura de corte, y dotó a los greenes de todas las caídas posibles para practicar putts largos, cortos, rectos y curvos. Los bunkers también están rellenos de diferentes tipos de arena que replican campos de golf de todo el mundo. Los greenes están dotados de tecnología SubAir, para ventilarlos, y redes de tuberías que enfrían o calientan su temperatura para alterar las condiciones de pateo.
Su primer proyecto de 18 hoyos fue Al Ruwaya, un campo de megalujo en Dubai, que nunca se terminará. Este es el hoyo 12, con 6 tees diferentes. Se llegaron a construir 8 hoyos, que serán próximamente enterrados por la crisis y las arenas del desierto.
Posteriormente Tiger Woods Design entregó dos proyectos más: Punta Brava en Ensenada, Mexico, a 60 km de San Diego, y The Cliffs at High Carolina en Asheville. Ninguno ha empezado a construirse, víctimas de la crisis.
El primer campo de Tiger será, pues, el campo de «El Cardonal» en el complejo Diamante de Cabo San Lucas, en la costa del Pacífico en México. Las obras empezaron este mes de octubre de 2012. El complejo ya cuenta con un campo tipo links («Dunes Course») diseñado por Davis Love III y abierto en 2009. Tiger ha proyectado un campo típicamente californiano. Muchas opciones de juego en cada hoyo, arroyos y estanques para provocar tiros de riesgo recompensa, greenes de contornos irregulares y naturales. Los búnkers de aspecto tradicional. Woods se ha preocupado especialmente en que el campo sea jugable por todo tipo de jugadores.
Crandon Golf Key Biscayne, Miami (Florida, USA)
¿Dónde jugar al golf en Miami?
Como cualquier ciudad americana, Miami disfruta de una amplísima oferta de campos de golf. Quizá el mas famoso sea el complejo de Doral, cerca del aeropuerto, sede del famoso Blue Monster, donde se disputa una prueba del PGA Tour, el Cadillac Championship. Es tan caro como famoso. Los hay asequibles y buenos, como Miami Beach Golf Club. Me decidí por otro campo público del que me habían hablado muy bien. Enclavado en Key Biscane, esta diseñado por Bruce Devlin y Robert Von Hagge en 1972, y fue rediseñado por el propio Von Hagge en 1993. El diseñador es autor de los dos recorridos del Empordà Golf, comentados ya (Links y Forest), además de El Encín o los campos de la Real Sociedad Española Club de Campo (Norte y Sur). Es un campo donde se han jugado torneos del Champions Tour, el circuito senior del PGA Tour.
El mapa del campo enseña sus armas: mucha, mucha agua. Yo perdí una bola (en el lago del hoyo 3) pero un compañero de partido que no estaba en su mejor día se dejó la escalofriante cifra de 15 bolas por el campo.
El club tiene una casa club bastante funcional con vestuarios, restaurante y tienda. Hay un campo de prácticas cortito, sólo válido para hierros. Nos alquilaron unos palos Nike con varilla de acero que no están nada mal. Eso sí, a precio de oro: 55 dólares el juego. El greenfee cuesta 85 dólares, una ganga comparada con los precios de Doral. Como en todos los campos americanos, incluyen los buggies: aunque uno sea un purista del golf, jugar andando es casi suicida con el calor que aprieta en Miami en verano.
Me gustó mucho el diseño. Aunque hacía un calor brutal, siempre he pensado que más vale una vuelta de golf con calor que ninguna vuelta de golf.
El hoyo 1 ya intimida con una salida al draw donde hay agua y una calle que serpentea como una culebra hasta un green bien protegido. Esta es la salida del 1, que pide un draw para dejarla al fondo de la calle:
Una constante de este campo es que te cruzas con infinidad de especímenes de la fauna local. La foto muestra dos visitantes paseando por el green del uno. Es un espectáculo jugar junto a garzas, patos, ibis, cocodrilos, iguanas, caimanes, libélulas gigantes… Y sobre todo mosquitos. El starter guarda un spray antimosquitos con el que hay que embadurnarse si no quieres acabar devorado. Aún así alguna picadura te llevas.
Los primeros nueve hoyos son mucho más difíciles que la segunda vuelta. El hoyo 2 es un dogleg de derecha a izquierda enmarcado en una hilera de palmeras. Otro tiro que pide un draw, aunque el hoyo es francamente largo y no hay peligro de irse al bosque.
El segundo tiro desde la calle del 2 tiene dos problemas: un tiro muy largo y un green en alto protegido por bunkers. Si no recuerdo mal todos los greenes del campo son de este tipo, elevado tipo flan. Muy típicos de Von Hagge.
Todos los greenes del campo son enormes, como éste del par 3 hoyo 3. Permiten muchas banderas y pueden llegar a complicar los hoyos. Tienen bastante movimiento, aunque sin excesos.
El campo regresa hacia la salida del 1 por el 7, cuyo tee está muy cerca del starter. El hoyo 7 es un maravilloso dogleg hacia la derecha a un green invisible y bien protegido por agua.
Este es el green del 7. El tiro para cruzar el lago tiene la dificultad de la distancia. Un disparo tenso y precioso.
La segunda vuelta comienza con un hoyo cuyo plano intimida: tenemos agua a derecha e izquierda. Extraordinario diseño, aprovechando al máximo las condiciones del terreno, y permitiendo acortar el hoyo a los valientes (riesgo / recompensa). Otra cosa curiosa es la cantidad de tees diferentes desde los que podemos jugar, lo que permite atacar al campo al nivel de cada jugador.
Este es el tee de salida del 10, un tee tipo «aeropuerto», innovación de Robert Trent Jones que ya comenté en este post.
El campo lo jugamos con algo de viento, que se agradece para combatir el calor y la humedad, y que añade algo de diversión a los tiros a calle y green.
Otro de los largos tees de salida, en este caso del hoyo 11, otro dogleg precioso hacia la derecha. Al fondo a la izquierda hay un bunker enorme.
Este es el tiro que queda desde la calle del 11, el agua entra en juego para los que se acercen a la orilla para acortar metros. El green está en alto y varios bunkers protegen su ataque.
La calle está protegida por este curioso bunker, típico del campo. Enorme, con muchos contornos y con alguna isla de hierba.
Un buen ejemplo de un campo americano cuasi tropical y muy cerca del centro de Miami. Y para probar la bermuda, una hierba espesa apta para estos climas, y cuya principal diferencia se nota en los greenes: aquí las bolas regatean.
La tercera victoria de Tiger en 2012
Ayer, mientras España ganaba su segunda Eurocopa de fútbol, Tiger Woods conseguía su tercera victoria del año de Tiger Woods en el AT&T National en Congressional. Bo Van Pelt lo tuvo en su mano pero hizo un hoyo 16 desastroso, dejando la victoria en bandeja a Tiger.
Espectacular este golpe detrás de un árbol en el hoyo 12, sobre todo la visión a cámara lenta del golpe y cómo se dobla la varilla de su hierro 9. El hierro fue empleado en el 18, así que no sufrió daños de consideración.
Erik Compton, todo corazón
Eric Compton es un jugador profesional americano del PGA Tour que lleva dos trasplantes de corazón entre pecho y espalda. Le transplantaron su segundo corazón cuando tenía 12 años. En el año 2007 sufrió un infarto cuando volvía a casa desde el campo de golf que casi acaba con él. En mayo de 2008 recibió su tercer corazón.
En 2011 consiguió su tarjeta del PGA Tour a través del Nationwide Tour, la segunda división americana. Este año lleva $230.000 dólares en ganancias. Una barbaridad considerando las limitaciones que tiene, la medicación que toma y el escaso tiempo que dedica a entrenar. Además siempre en cada torneo va visitando hospitales y enfermos de corazón. Y siempre con una sonrisa.
Leo en el PGA Tour que su película favorita es… Braveheart.
Vía.