K-Club Palmer Ryder Cup Course, Irlanda
A menos de una hora de Dublín y en medio de una idílica campiña del condado de Kildare se enclava el resort más lujoso de Irlanda. Hay que preparar la cartera para poder disfrutar de una ronda en cualquiera de los dos campos del Kildare Hotel, Spa & Country Club, o como se le conoce el K-Club. Uno de los recorridos luce el nombre de su promotor, Smurfit, el millonario más rico de la isla. El otro, el Palmer Course, que comento aquí en este post, fue diseñado para albergar la Ryder Cup del 2006. Y obviamente está firmado por el rey, Arnold Palmer.
Y como buen campo diseñado para albergar un match play, el recorrido ofrece una serie completa de hoyos extraordinarios, difíciles, retadores, golf de muchos quilates, donde la posibilidad de liarse es más que real en cada hoyo. Mucha agua por todo el recorrido. No hay un hoyo débil o de transición: estamos en un parkland soberbio, precioso, con un recorrido muy estratégico. Hay que elegir bien las barras, porque desde profesionales el campo es muy largo y muy difícil.
Los primeros hoyos son realmente buenos. No hay hoyos iniciales de calentamiento: el festival empieza desde el hoyo 1. No es nada fácil empezar así, pero en un Ryder no se regala nada. Estamos ante un dogleg hacia la izquierda estupendo, con un green ciego y muy expuesto. Hay que intentar ir por la parte derecha para tener el mejor approach al green semioculto.
El hoyo 2, un par 4 recto y ascendente, es un tubo estrecho natural que cada vez se estrecha más. Y además es largo por lo que no queda otro remedio que ir recto como una vela.
El campo tuvo muchos problemas de drenaje en sus inicios, aunque cuando jugamos no era el barrizal que esperaba. Este es el tiro a green.
El hoyo 3 es un par 3 a un green metido en una vaguada. Greenes también interesantes y que cuentan con caídas importantes. Supongo que cortados rápidos serían un festival.
Un precioso par 5 continúa, el que lleva la firma del creador. La salida es semiciega, obstruida por un conjunto de bunkers que marcan la línea de tiro. El hoyo exige un estudio concienzudo del plano del mismo.
Desde lo alto de una escalera se puede bien el hoyo completo. Hay que sobrevolar los bunkers para aterrizar en una calle descendente y tener buen ángulo a green. Hay agua aunque no debe entrar en juego.
El siguiente par 4 es largo y ascendente, y requiere un drive potente para poder tener opciones de tener tiro claro al green.
Todo el campo es un auténtico jardín botánico que irá mejorando con el paso del tiempo.
El hoyo 6 nos enfrenta a un par 4 elevado, y la dificultad, además del viento, están en la pendiente de la calle que recibe la bola.
El hoyo 7, quizá de los más notables del campo, es un hueso no apto para novatos. Desde el tee sólo vemos una calle estrecha y rodeada por agua, que va girando hacia el green. Hay que jugar fuerte porque si no no tendremos tiro a un green en isla. No es lo mismo enfrentarte a un sello de correos rodeado de agua desde 170 metros que desde 120 metros. Sacar el par o mejor es una delicia.
Un par 3 corto continúa. El green bien protegido por bunkers cuenta con un piano espectacular que cae de derecha a izquierda.
Para terminar la primera vuelta, un par 4 en dogleg. Para tener tiro en el segundo golpe hay que ir por la izquierda de la calle hacia el árbol en medio de la calle.
La segunda vuelta comienza con un par 5 relativamente asequible, aunque como siempre hay que coger calle desde el tee. La entrada del green está bien protegida por bunkers y desnivel.
La segunda vuelta también destaca por la abundancia de hoyos con agua. El 11 te enfrenta de nuevo a un tiro donde ser agresivo puede compensar, aunque con riesgo de irse al agua: un dogleg hacia la izquierda con agua por este lado. No es un hoyo excesivamente largo así que se puede jugar conservador.
El siguiente hoyo 12 es un par 3 con agua, aunque realmente no entra en juego. Un green con mucha caída hacia el agua es la máxima dificultad.
El hoyo 13 vuelve a ser una preciosidad. Después de una salida semiciega, tenemos un tiro a un green protegido por agua por la parte derecha y en una vaguada.
El hoyo 14 es un par 3 relativamente largo y enmarcado en una escénica cascada. El green es un espectáculo: cuenta con caídas importantes en todas las direcciones.
El hoyo 15 tiene la particularidad de contar con un green muy escondido en una loma, y protegido por bunkers.
Este es el clásico bunker que juega con el novato: parece que rodea al green pero desde su pared al green hay todavía mucho rough que salvar.
Otro hoyo milagroso es el hoyo 16, un enorme par 5: desde el tee de salida sólo hay una inmensa calle que recibe hasta el drive más dudoso. El segundo tiro, ligeramente por la derecha, debe acercarse lo más posible a la zona del green, que es donde se esconden las emociones fuertes.
No se aprecia bien en la foto, pero el green está literalmente separado de la zona de la calle, en la parte izquierda, por un canal de agua. Hay que sacar escuadra y cartabón y apuntar con precisión milimétrica. Al fondo, la señorial casa que enclava al hotel de superlujo.
El hoyo 17 es un maravilloso par 4 con agua por toda la parte izquierda del hoyo. Muchos árboles por la derecha nos disuaden de seguir una ruta más conservadora. Hay que cerrar la bola bien, con control, para dejarse un pitch suave al green.
Para terminar un par 5 muy escénico y que zizaguea a un green rodeado de gradas naturales y de un lago. El green es simplemente enorme.
Estimado Pine Wantes, ya que veo que la has utilizado, sería interesante y podrías dedicar una entrada en tu blog a esas expresiones que tanto utilizamos en los pastos y no sabemos de dónde vienen; en este caso me refiero a una que no soporto por qué no sé que tendrán que ver la velas con el golf, además, yo gasto velas de esas pequeñas del Ikea y eso ni es recto ni es ná.
«Recto como una vela» ¿a santo de qué?
Saludos guapeton.
Enorme Pisha. Buena observación. Voy a pensar en ello. Un abrazo amigo
La expresion original es «tieso como una vela», expresión que se aplicaba a las personas altas y muy derechas y a la disciplina rigurosa que, en otros tiempos, se imponían en los colegios, de ahi que haya derivado en recto (rectitud).